María de Nazaret: Modelo de Fe y Profecía para la Vida Cotidiana
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¿Qué supone para nosotros María de Nazaret?
María ha sido, en muchas ocasiones, la gran desconocida, alejada de nuestra vida ordinaria de fe. Hemos compartido nuestra reflexión y debemos acercarnos a ella, descubriéndola como:
Modelo de mujer, de madre y de discípula
Mujer sencilla, pobre, humilde y receptiva al Sí de Dios a la humanidad. Mujer de fidelidad absoluta a Dios. Primera creyente, porque conoce al Dios del Amor.
Mujer de fe, de entrega, atenta a las necesidades del hermano, comprometida en lo cotidiano. Cuanto más cercana se descubre, más nos identificamos con ella. Es una señal luminosa que nos marca el camino hacia su Hijo.
Profeta de nuestro tiempo
- En ella descubrimos cómo Dios se hace presente y salva en la debilidad.
Aspectos que nos descubre María para vivir la espiritualidad de Nazaret
- Reencontrar el gusto por lo sencillo, sin preocuparnos por la eficacia en la tarea cotidiana.
- Cercanía, escucha y disponibilidad.
- Acogida al otro, especialmente al inmigrante, y apertura a sus necesidades.
- Vivir con hondura la soledad física y espiritual.
- Actuar desde la profundidad de la fe, sobre todo para soportar las dudas.
- Nos descubre cómo se va realizando la salvación desde lo sencillo.
- El crecimiento del Reino también se va haciendo en lo cotidiano, a pesar de que nos gustaría ver pasos más decisivos tanto en la sociedad como en la Iglesia.
- Ser capaces de dar una respuesta valiente a la llamada.
- Nos cuesta mucho aún aprender de los silencios de Dios en nuestra vida.
¿Qué puede aportar la espiritualidad de Nazaret a nuestra sociedad actual?
- El vivir desde la esperanza.
- Acompañar, amistad gratuita, disponibilidad.
- Saber estar en el mundo, comprenderlo, quererlo y hacer realidad nuestra fe en medio de él.
- Favorecer hogares: lugares de acogida, de calor fraterno, sin problemas de agenda ni horarios para el que lo necesita.
- Apostolado de la bondad: sencillez, sonrisas, abrazos y palabras amables.
- Actitud de tolerancia con el distinto, de servicio al otro. Personas orantes, despojadas de poder.
- Evangelizar con la presencia, con la amistad, encarnarnos, poner amor y esperanza en el corazón de los problemas, en las realidades de los que conviven a nuestro lado.
- Vivir en pobreza efectiva, entregando el corazón, nuestra única riqueza, a "fondo perdido".
- Contemplativos en la acción.
- Hacer y hablar: necesidad de la coherencia fe-vida. Que nuestros testimonios de palabra vayan acompañados de nuestras obras.
- Dar razones de nuestras preocupaciones: anunciar y denunciar.