La Marcha sobre Roma y la Caída de la Democracia en Alemania

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La Marcha sobre Roma y el Ascenso de Mussolini

Mussolini ordenó que todos los militantes del Partido Nacional Fascista ejercieran toda la violencia posible en todo el país, lo cual lograron ante la pasividad del ejército y la policía. Luego, masas de fascistas se lanzaron a carreteras y trenes para dirigirse a Roma y tomar el poder para su líder, amenazando con provocar una guerra civil si las autoridades les cerraban el paso.

Los Camisas Negras acudieron por millares a la capital italiana desde el 22 de octubre, a paso firme. El día 25 de octubre, una gran masa de miles de Camisas Negras había llegado a las afueras de Roma y su número aumentó pronto, por lo cual el primer ministro Luigi Facta pidió declarar estado de sitio y detener a los fascistas con tropas.

El rey Víctor Manuel III rechazó firmar la orden para evitar "una batalla entre italianos" a gran escala, y decidió llamar al poder a Mussolini para "neutralizarlo" más adelante. Pero Mussolini exigió a Facta la jefatura del gobierno y el rey Víctor Manuel accedió a ello: el 29 de octubre Mussolini recibió el cargo de primer ministro. Viajando desde Milán en tren, Mussolini formó gobierno en Roma el día 30 de octubre.

La República de Weimar: Origen y Caída

En noviembre de 1918, Guillermo II, emperador de Alemania, abdicó dejando sin liderazgo a una nación. Dos meses después, en la ciudad de Weimar, tuvo lugar una asamblea nacional constituyente para celebrar elecciones, en las que se decidió fundar la República de Weimar, con la idea de constituir la primera democracia parlamentaria germana.

En febrero, la asamblea eligió a Friedrich Ebert para ocupar el cargo de presidente de la república. La naciente república estuvo constituida por una mayoría parlamentaria de tendencia socialdemócrata, con presencia del Partido Democrático Alemán y el Partido del Centro. La República de Weimar heredó las viejas formas monárquicas, al grado que el cargo del gobernante era de presidente del imperio (Reich).

En 1926, la República de Weimar fue aceptada como miembro de la Sociedad de las Naciones, antecesora de la actual ONU.

En marzo de 1930, Hermann Müller, del Partido Socialdemócrata, encabezó el último gobierno mayoritario. Tuvo una disputa con los demás partidos que no lograban llegar a acuerdos en temas de empleo. Tras la ruptura de esta unión partidista conocida como “gran coalición”, le sucedió en el poder un gobierno burgués liderado por Heinrich Brüning, del Partido Alemán del Centro, que sostuvieron en el poder a Paul von Hindenburg, como presidente del Reich.

En 1930, el parlamento tuvo elecciones y el Partido Nacionalsocialista (NSDAP) fue uno de los que más votaciones obtuvo. Su líder llamado Adolf Hitler se había popularizado. Los socialdemócratas se sintieron presionados y modificaron estatutos para permitir la presencia del partido de Brüning en el gabinete y frenar, de alguna manera, la presencia de la derecha radical en el poder.

Sin embargo, muchos de los nuevos estatutos limitaron el poder del Reichstag y los partidos de derecha e izquierda, antiparlamentarios, ganaron gente. Hitler se presentó a sí mismo y a su partido, como la única alternativa a los “peligros” del marxismo. En las votaciones de 1932, los nazis obtuvieron la mayoría en el Parlamento y el ala conservadora logró convencer a Hindenburg, segundo presidente de la República, de darle la cancillería al ya políticamente poderoso Hitler.

El 30 de enero de 1933 se nombró Canciller (Kaiser) a Adolf Hitler, quien al poco tiempo cambió su título por el de Führer (conductor) del Tercer Reich, acabando con la efímera República de Weimar.

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