Maravillas de la Ingeniería Romana: Acueductos, Teatros, Anfiteatros y Circos

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Acueductos

Los acueductos tenían la finalidad de transportar grandes cantidades de agua de un lugar a otro, y específicamente proporcionar agua potable a las ciudades. Los arcos constituyen la parte más espectacular y conocida de los acueductos. Cuando los canales llegaban a las murallas de la ciudad, todo el agua transportada se recogía en una cisterna y desde el depósito se distribuía a los edificios y a los ciudadanos. Había acueductos por todo el Imperio. El más antiguo se construyó en el II a.C para proveer agua a Cartago, éste acueducto medía 141 km. En España destaca el acueducto de Segovia.

Teatros

En un primer tiempo, las únicas representaciones en público consistían en desfiles religiosos para apaciguar a los dioses. En el 55 a.C se edificó el primer teatro de piedra en Pompeya. A partir de entonces, se fueron construyendo teatros por todo el Imperio Romano. Es un gran hemiciclo de gradas cerrado por una pared. Generalmente se edifican en terrenos planos y las gradas se apoyan sobre bóvedas y columnatas, aunque en ocasiones se aprovecha la pendiente de una colina para que estas primeras se apoyen. El escenario (scaena) se adosa a la pared del fondo, y está separado por un muro bajo de un espacio en semicírculo donde se sentaban los espectadores importantes. En torno a este espacio, se disponían las gradas a las que se accedía a través de pasos cubiertos de bóvedas. A cada lado de la escena había dos torres por donde aparecían los actores. En el centro de la pared se podía encontrar la estatua del Emperador. Un gran muro tras la escena disimulaba los bastidores y en el subsuelo se encontraba la maquinaria necesaria para efectuar el cambio de decorados.

Anfiteatros

Son edificios de grandes dimensiones, de forma elíptica. El más conocido es el Coliseo de Roma. El Coliseo es inmenso. Su fachada está formada por grandes arcadas, dispuestas en cuatro pisos. Todo el edificio se adornaba con elementos decorativos como estatuas, mármoles, mosaicos... El público accedía a los pisos por escaleras y circulaban por galerías interiores que conectaban con las gradas. Los espectadores notables tenían sitios confortables más acogedores que el resto. La arena, donde tenía lugar la acción, se habilitaba de acuerdo con las necesidades del espectáculo, que solía ser combates de gladiadores, cacerías, batallas navales, etc. Contaba también con estancias subterráneas donde se disponían las jaulas de los animales y los gladiadores. Las jaulas se hacían subir arriba con montacargas.

Circos

Estaban destinados a realizar distintos espectáculos y, cuando se celebraba un triunfo militar, la ceremonia se hacía ahí. El espectáculo más habitual eran las carreras de caballos, aunque también se podían presenciar combates de gladiadores, pugilatos, reconstrucciones de maniobras militares... Era un edificio rectangular con uno de los lados cortos semicircular y rodeado de gradas, excepto en uno de los extremos. En el centro había una pared baja llamada espina. Hacia el siglo IV d.C, los juegos de circo se prohibieron por la presión de la Iglesia. En España destacan por su estado de conservación los circos de Mérida, Tarragona y Toledo.

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