Maravillas Arquitectónicas del Renacimiento: Fachada de Salamanca y Palacio de Carlos V
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Fachada de la Universidad de Salamanca: Retablo de Piedra Renacentista
La fachada del edificio antiguo de la Universidad de Salamanca, una obra maestra del Renacimiento español, fue realizada en 1530. Curiosamente, la identidad de su arquitecto permanece desconocida hasta el día de hoy.
Esta imponente fachada responde al modelo de "fachada-retablo" o "fachada-tapiz", elaborada íntegramente en piedra y adosada al muro. Su estructura es notablemente simple: sobre dos arcos escarzanos se elevan tres pisos, separados por frisos y enmarcados lateralmente por dos semicolumnas. Los dos pisos inferiores están divididos en cinco calles, separadas por pilastras, mientras que el superior presenta un desarrollo continuo. El conjunto se remata con una espectacular crestería gótica, que añade un toque distintivo.
La decoración es extraordinariamente minuciosa e invade toda la superficie, destacando elementos como escudos, medallones circulares y grutescos. Estos últimos son un tipo de decoración mural basada en elementos animales, vegetales y humanos entrelazados, que originan conjuntos de figuras fantásticas. Un detalle ingenioso es que el tamaño de los motivos decorativos aumenta progresivamente con la altura de la fachada, facilitando así su percepción desde el nivel del suelo.
Palacio de Carlos V en la Alhambra: Majestuosidad Renacentista en Granada
Este emblemático edificio fue encargado por Carlos I de Habsburgo, rey de España y emperador del Sacro Imperio Romano Germánico (conocido como Carlos V). Tras contraer matrimonio en Sevilla con Isabel de Portugal en 1526, el emperador y su Corte se trasladaron a Granada, residiendo un tiempo en la Alhambra. Las crecientes necesidades de la Corte motivaron la decisión de construir un nuevo palacio, anexo a los ya existentes palacios de época nazarí.
El proyecto del palacio fue encomendado a Pedro Machuca, un arquitecto de gran visión. El edificio fue concebido como complemento de la residencia privada de los reyes en la Alhambra, con la función de servir de escenario para los actos oficiales de la Corte, a la vez que ofrecer una nueva imagen del reinado de Carlos I. Las obras se iniciaron en 1527, y a la muerte del arquitecto en 1550, aún no habían concluido; las obras fueron continuadas por su hijo, Luis Machuca, hasta su finalización en 1571.
El edificio presenta una planta cuadrada, en cuyo centro se erige un armónico patio circular porticado, combinando así las dos formas predilectas del clasicismo renacentista. La fachada del palacio está organizada en dos pisos en los que se superponen pilastras, columnas y entablamentos de los órdenes dórico y jónico. Se conjugan admirablemente otros elementos clásicos como frontones, medallones y óculos, y en la planta baja se utiliza un distintivo sillar almohadillado a la rústica.
En el interior del edificio, el patio circular porticado es el elemento central, manteniendo la misma superposición de órdenes del exterior y completándose con una elegante balaustrada en la planta superior. Las distintas dependencias del palacio se organizan en torno a este patio central. Para la construcción de esta magnífica obra se utilizaron materiales nobles como el mármol de Macael y la piedra caliza de Santa Pudia.