Maquiavelo y Hobbes: Ruptura con la Ética Tradicional Occidental
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El Cambio de Paradigma en la Ética: Maquiavelo y Hobbes
1.- Intente resumir con sus propias palabras en qué consiste el cambio representado por Maquiavelo y Hobbes respecto de la tradición ética occidental.
Para Maquiavelo y Hobbes, la realidad fundamental es política, no humana. No buscan comprender al hombre en su esencia, sino construir un orden político. El ser humano no es inherentemente racional, sino pasional y, a menudo, violento. Su significado yace en el contexto de la política. Para Maquiavelo, las virtudes son herramientas para ocultar la verdadera naturaleza del poder y proyectar una imagen favorable del gobernante. Para Hobbes, las virtudes son reglas artificiales y racionales, dictadas por la política, cuyo objetivo es garantizar la paz mediante la autoridad.
Estos autores consideran que la moral no está intrínsecamente ligada a la naturaleza humana. Perciben un mundo marcado por la dureza, la violencia y conflictos existenciales constantes, en contraste con la visión tradicional de un mundo racional basado en los fines naturales y virtuosos de la vida humana.
Llegan a la conclusión de que la tradición occidental está equivocada debido al idealismo moral que la caracteriza.
Maquiavelo separa la política de la moral, concibiéndola como un instrumento para encubrir la violencia inherente al poder. Hobbes, por su parte, reduce la moral a la norma legal, desprovista de existencia propia fuera de la autoridad política. Para ambos, la moral carece del sentido aristotélico y cristiano que tenía anteriormente. Ya no reside en la naturaleza humana, sino que está vinculada al poder. Para estos autores, el estado se convierte en un estado de caos, centrado en el egoísmo, lo que pone en evidencia el carácter de la tradición occidental, regida por el orden y la razón. En este estado de caos, solo hay anarquía, violencia y deseos. Maquiavelo sostiene que este estado de caos solo puede ser gobernado mediante la virtú (un concepto que evoluciona desde la idea inicial de madurez hacia la perfección del orden moral). Según Hobbes, existe un contrato entre la política y la moral, aunque este contrato es ficticio y tiene como fin último garantizar la paz.
A diferencia de Aristóteles, la antropología pesimista de Maquiavelo y Hobbes define la moral como antinatural, ya que el hombre no es una criatura moral por naturaleza. Cada individuo define lo bueno y lo malo según sus propios intereses.
Para Aristóteles, las virtudes encauzan el “deseo natural de felicidad”. La felicidad, para él, consiste en “una actividad del alma conforme a la virtud”. Estos conceptos expresan la naturaleza racional del hombre. Maquiavelo, en cambio, considera al hombre como un ser pasional y peligroso, no racional. Hobbes comparte esta visión, pero cree que, entre la visión idealizada de Aristóteles y la realista de Maquiavelo, puede existir un acuerdo entre la moral y la política, siempre y cuando se base en un carácter artificial.
Para Maquiavelo, las virtudes son meras apariencias para ocultar la realidad del poder (dimensión propagandística de la política). Para Hobbes, son pautas de comportamiento político para asegurar la paz.