Manuscritos Iluminados Medievales: Orígenes, Estilos y Legado Artístico

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La Edad Media: Manuscritos Iluminados

1. Manuscritos Iluminados

Solo los miembros de la Iglesia sabían leer y escribir. Los manuscritos se realizaban en el scriptorium del monasterio, donde se utilizaba oro. Había diferentes roles: el aprendiz, el copista, el scriptor y el iluminador. Los colores utilizados eran: negro (lámpara de humo), azul (lapislázuli), marrón (óxido de hierro y agallas de sauce), rojo (tiza roja y gema) y oro (granulado o en láminas pegadas). La calidad del manuscrito dependía de la piel, del color, del copista y del iluminador.

El manuscrito iluminado más antiguo conocido es el “Virgilio Vaticano” del siglo V d.C. Retrata la Eneida y las Geórgicas, siendo un manuscrito clásico y pagano, escrito en letra cuadrata rústica.

Desde el siglo VI d.C. hasta el IX d.C., se utilizó la tipografía uncial. Posteriormente, apareció la escritura semi-uncial, caracterizada por un menor espacio entre las letras. Esta evolución fue el punto de partida para la escritura dual, que combinaba mayúsculas y minúsculas.

Manuscritos Iluminados en Irlanda

En Irlanda, los manuscritos presentaban particularidades distintivas: una mezcla de imágenes cristianas con elementos de la cultura celta. Los colores predominantes eran el amarillo, el rojo y el azul.

Los scriptoriums más importantes se encontraban en Iona y Lindisfarne.

El primer manuscrito irlandés notable es el “Libro de Durrow”. En él, San Mateo aparece enmarcado por símbolos celtas y el tetramorfos. La decoración es predominantemente vegetal, con la inclusión de figuras humanas y reptiles.

El “Evangelio de Lindisfarne” es uno de los más importantes. Destaca por sus páginas alfombra y el uso del horror vacui, donde se mezclan elementos vegetales y geométricos con colores muy llamativos.

El “Libro de Kells” se inició en Iona, pero debido a la invasión vikinga, fue trasladado a Kells. Este manuscrito pone mayor atención en las ilustraciones y estaba destinado al altar. La letra utilizada es uncial, también conocida como scottica o escritura insular.

2. Periodo Carolingio

El Periodo Carolingio se desarrolló bajo el reinado de Carlomagno, con sede en Aquisgrán. Carlomagno fue un gran defensor de la cultura y las artes. Convocó a un monje inglés, alumno de York, para mejorar la calidad de los manuscritos. Reunió a un grupo de escribas con el objetivo de lograr la uniformidad en el tipo de letra (la minúscula carolingia), las ilustraciones y las encuadernaciones.

Uno de los scriptoriums más conocidos fue el de Reims. El estilo del libro carolingio influyó en la producción de manuscritos franceses, alemanes e ingleses, aunque no llegó a España de manera significativa.

El “Evangelio de Coronación” (o “Evangelio de la Coronación de Viena”), datado alrededor del 800 d.C., es uno de los más importantes. Fue realizado por escribas franceses, con iniciales sencillas y decoración clásica, y sus ilustraciones presentan pinceladas expresionistas. Se atribuye su autoría a Eginardo.

3. Beatos

En España, los libros estaban influenciados por los Hadices, textos musulmanes.

Los Beatos reciben su nombre de Beato de Liébana, un monje del Monasterio de San Martín de Liébana, quien escribió un Comentario al Apocalipsis de San Juan (conocido como Comentario al Apocalipsis). En los Beatos, la ilustración era más importante que el texto. Se caracterizan por su gran colorido, logrado mediante franjas de color intenso, como el azul cobalto, el amarillo cromo, el rojo y los verdes. Sobre estas bandas, aparecen figuras simples que enmarcan las ilustraciones, a menudo con formas geométricas.

El tema central era el fin del mundo, reflejando el contexto de la invasión musulmana en España y el surgimiento de herejías como el adopcionismo, que buscaba unir ambas religiones para ganar más adeptos. Por ello, Beato de Liébana escribió su comentario, insistiendo en las consecuencias para los “malos cristianos”. También aparecen ilustraciones sobre la naturaleza divina de Jesús.

4. Los Manuscritos Iluminados del Periodo Románico

Durante el Periodo Románico, los monasterios continuaron siendo el principal centro cultural de Europa. En ellos se escribían evangelios, salterios y libros de revelaciones. Destacó la escuela alemana, cuyas ilustraciones mostraban un gran naturalismo y una notable influencia musulmana, con letras capitulares de formas abigarradas.

Con el Periodo Gótico, se produjo un cambio significativo en la producción de manuscritos: los centros culturales dejaron de ser exclusivamente los monasterios para incluir también a las universidades.

Adquirieron gran importancia los Libros de Horas, destacando la obra de Jean Pucelle. También fueron relevantes los libros del Apocalipsis. Entre los Libros de Horas más famosos se encuentra “Las muy ricas horas del Duque de Berry”, encargado por el Duque de Berry a los hermanos Paul, Herman y Jean de Limbourg, quienes eran orfebres y miniaturistas.

En España, uno de los libros de horas más importantes es las “Cantigas de Santa María”, del siglo XV.

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