Manuel Azaña y la Secularización del Estado Español: Debate Constitucional de 1931
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El Discurso de Manuel Azaña sobre la Laicidad del Estado en 1931
El texto es un fragmento de un discurso pronunciado por Manuel Azaña en el Congreso de los Diputados en el año 1931. Forma parte de los debates que precedieron a la redacción de la Constitución de la Segunda República Española.
Se trata de una fuente histórica primaria de temática política. Su carácter es público y estaba dirigido, en primer lugar, a los diputados en Cortes y, en segundo término, a toda la nación.
Contexto Biográfico de Manuel Azaña
Manuel Azaña nació en 1880 en Alcalá de Henares y falleció en 1940 en Francia. Fue un destacado político y escritor español que ocupó la Presidencia del Gobierno en dos ocasiones (1931 y 1936) y la Presidencia de la República desde 1936 hasta 1939.
La Negación del "Problema Religioso" por Azaña
Azaña negaba la existencia de un problema religioso en España. Sostenía que el Estado debía ser laico y aconfesional, tal como se plasmaría posteriormente en la Constitución, evitando así la tutela de las conciencias. Según su visión, lo religioso pertenece al ámbito de la conciencia personal y no es una cuestión política ni debe ser asumida por el Estado. Los asuntos ultraterrenos no competen a la esfera estatal.
La Separación Iglesia-Estado y sus Consecuencias
La separación Iglesia-Estado, que se producía por segunda vez en la historia de España (la primera ocurrió durante la I República), fue recibida con gran desaprobación por la Iglesia. La institución eclesiástica no aceptaba la laicidad de la estructura política ni la consiguiente pérdida de influencia social. Como resultado, el estamento eclesiástico se convirtió en uno de los principales opositores al nuevo régimen republicano, movilizando a la opinión católica en su contra.
Aspectos Clave de la Constitución de 1931 en Materia Religiosa:
- No confesionalidad del Estado.
- Libertad de cultos.
- Supresión del presupuesto de culto y clero.
- Permisión del divorcio y el matrimonio civil.
- Prohibición a las congregaciones religiosas de ejercer la enseñanza, la industria y el comercio.
- Supresión de la Compañía de Jesús y confiscación de sus inmuebles por parte del Estado.
Reacciones a la Legislación Religiosa
La aprobación de los artículos religiosos de la Constitución de 1931 provocó la dimisión de los sectores católicos del gobierno provisional, liderados por Miguel Maura y Alcalá Zamora. Amplios sectores de la Iglesia y de la sociedad interpretaron estas medidas como una provocación y una agresión a la religión católica. La mayor parte de la jerarquía eclesiástica se mostró contraria al régimen republicano.
El Fracaso de la Implantación del Estado Laico
La cuestión religiosa fue tratada sin la debida delicadeza, lo que contribuyó a la radicalización de los españoles, mayoritariamente católicos. La implantación del Estado laico fracasó, ya que la libertad religiosa no fue comprendida como una más de las libertades. En consecuencia, las clases más conservadoras de la sociedad española se declararon enemigas de la libertad religiosa y de la República.
La Secularización de la Vida Social
A pesar de las dificultades, la República se propuso limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y secularizar la vida social por encima de todo y a cualquier coste. Para ello, contó con el fuerte anticlericalismo manifestado por las clases populares, que ocasionalmente se materializaba en la quema de edificios religiosos y del patrimonio artístico católico.