Las manos

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El escaparate de la pastelería


Escrito por MatuteNinosTontos 13-11-2016 en Análisis de los cuentos.
Este cuento, cuyo protagonista es un niño pobre que sueña todas las noches con comer pasteles, hace una crítica clara a la falsa caridad. El niño tonto iba siempre acompañado de un perro hambriento, tan delgado, que es un «perro de perfil» dice humorísticamente la autora.
Una noche, el niño, sonámbulo, llega hasta el escaparate, pero, naturalmente, está cerrado y tiene que volver a su choza.
Al día siguiente, una mujer le lleva unos garbanzos que le habían sobrado, pero el niño los rechaza diciendo que no tiene hambre. La mujer, escandalizada y ofendida, cuenta a todo el mundo lo «desagradecido» que, según ella, es el niño.
Solo el perro flaco se compadece del niño y le lleva un trozo de escarcha, que a modo de caramelo chupará durante toda la mañana, sin hacerle olvidar las verdaderas golosinas.

La niña que no estaba en ninguna parte


Escrito por MatuteNinosTontos 13-11-2016 en Análisis de los cuentos. Este cuento, tan enigmático, nos va dando pistas desde el principio para acertar en esta especie de puzle. En un pequeño espacio, un armario, que contiene objetos infantiles de los que se desprende un olor a alcanfor y una sensación de frío, se desarrolla la mayor parte del cuento. Se insiste por dos veces en este espacio mínimo «dentro del armario» y en la segunda línea, la imagen de la ceniza aplicada a las flores aplastadas nos hace pensar directamente en la muerte.
El color rojo de los zapatitos anima la tristeza del ambiente pero, a continuación, se repite la desagradable sensación de la naftalina añadida a la fea visión de la muñeca, que ya no sirve para jugar. La tapa de la caja es un signo de indicio de que la muñeca está muerta, nos presenta simbólicamente la muerte de la infancia. La niña no está porque no ha conservado la niñez, se ha convertido en una mujer horrible, de cara amarilla y arrugada, que se mira la lengua como haciendo burla, mientras se ponía rulos en el pelo.  

El tiovivo

Escrito por MatuteNinosTontos 13-11-2016 en Análisis de los cuentos.  En el escenario colorido y animado de la feria, la autora nos presenta a un niño pobre que no puede participar en las diversiones de los otros. El niño mantiene su mirada gacha, como barriendo el suelo en busca de una moneda perdida que le permita subir al tiovivo: Un día, sin embargo, encuentra una hermosa chapa de cerveza, y como en la infancia todo lo que brilla es oro, acude presuroso a comprar todas las vueltas del tiovivo. Aunque el tiovivo estaba inmóvil y una lona lo protegía de la lluvia, él monta en un resplandeciente caballo de oro (color que simboliza la muerte feliz). La elipsis de la muerte se materializa en una vuelta inacabable. El grito del niño «Qué hermoso es no ir a ninguna parte» patentiza la perduración de una conciencia lúcida tras la muerte, al tiempo que el logro de todos los anhelos lúdicos.

El niño que no sabía jugar

Escrito por MatuteNinosTontos 13-11-2016 en Análisis de los cuentos. Este relato tiene un título que asusta un poco, ya que el juego es natural en el niño
Las manos quietas y el desdén por los juguetes, aunque los miraba y los tocaba, inquietaban a la madre, que siente un frío premonitorio de un mal próximo. El padre, que no conoce en absoluto la psicología infantil, se enorgullece de su hijo, que cree que es muy inteligente. Los signos de indicio nos preparan para el desenlace, de apenas poco más de una línea. El leve ruidito —¡crac!— nos deja sin palabras a los lectores: la onomatopeya es suficiente para encerrar toda la crueldad en un cuerpo tan pequeño.  

El año que no llegó

Escrito por MatuteNinosTontos 13-11-2016 enAnálisis de los cuentos
.  El primer cumpleaños del niño escapó por un agujero abierto en una luz distinta a todo, símbolo de la muerte feliz. El niño, maravillado, extiende los brazos para recibirla, repitiendo: «Voy a cumplir un año, esta noche, a las diez». Destaca la metáfora «saquitos de arena dorada» en la que la luz señala al niño como predestinado para la eternidad

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