El Manifiesto de Manzanares: Contexto y Consecuencias en la España de Isabel II

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El Manifiesto de Manzanares (1854)

El texto es un fragmento del Manifiesto de Manzanares, hecho público por Leopoldo O'Donnell en el Cuartel General de Manzanares el 7 de julio de 1854 y cuya autoría se atribuye a Antonio Cánovas del Castillo. Es un texto de naturaleza política, concretamente un manifiesto y una fuente histórica primaria.

Esta proclama permitió unir a los progresistas al movimiento de repulsa contra el gobierno moderado, posibilitó el triunfo de la sublevación y, por tanto, contribuyó a poner fin a la Década Moderada (1844-1854) y al acceso al poder de los progresistas durante un periodo corto (dos años), el llamado Bienio Progresista (1854-1856), en el cual no dio tiempo para promulgar una nueva Constitución, pero sí para aprobar un conjunto de leyes de gran importancia para el desarrollo económico del país.

Contexto Histórico: Final de la Década Moderada

El texto se ubica en el final del período de la Década Moderada (1844-1854), durante el reinado de Isabel II. Durante los últimos años de la Década Moderada, el régimen político evolucionó hacia el autoritarismo. Bravo Murillo impulsó una reforma política que significaba la práctica eliminación de la vida parlamentaria, lo que provocó la crisis política del moderantismo. El proyecto de reforma fracasó y este dimitió, pero se puso de manifiesto la división de los moderados entre aquellos que apoyaban el viraje autoritario y los que defendían el régimen liberal y parlamentario.

La sucesión de gobiernos cada vez más ineficaces y autoritarios alentó a un grupo de generales moderados (Dulce, O'Donnell) a recurrir al pronunciamiento para derribar al gobierno de Sartorius que, a fines de 1853, había disuelto las Cortes y gobernaba de forma dictatorial. Dicho pronunciamiento tenía como objetivo un relevo de gobierno para terminar con el autoritarismo antiparlamentario y volver al espíritu de la Constitución de 1845, y marca el inicio de la “Revolución de 1854”.

El Pronunciamiento y la Revolución de 1854

El movimiento insurreccional se inició con el pronunciamiento de los generales moderados Dulce y O'Donnell, quienes se enfrentaron a las tropas gubernamentales en Vicálvaro (“la Vicalvarada”), un choque indeciso tras el que los sublevados, al no poder hacerse con la capital, se retiran hacia el sur.

En su camino hacia Andalucía, en Manzanares, los pronunciados publicaron el “Manifiesto de Manzanares”, redactado por el entonces joven Cánovas del Castillo y firmado por O’Donnell (7 de julio de 1854), cuyo objetivo era que los progresistas se sumaran al movimiento insurreccional.

Su difusión y la participación de los progresistas permitió que la sublevación militar se transformara en una revolución popular, ya que dio lugar a una serie de levantamientos urbanos en apoyo del movimiento insurreccional que contribuyeron a su radicalización y facilitaron el triunfo de la “Revolución”.

El 26 de julio de 1854, Isabel II encargó la formación de gobierno al general progresista Espartero, con O'Donnell como ministro de Guerra, iniciándose un período de gobiernos progresistas que retomaron algunos aspectos del programa más radical del liberalismo: el Bienio Progresista (1854-1856).

Contenido y Reivindicaciones del Manifiesto

El Manifiesto de Manzanares reivindica una serie de principios para el cambio de la situación del régimen político con vistas a una regeneración liberal, como reacción a la evolución del régimen moderado hacia el autoritarismo.

Los pronunciados se autodenominan “Ejército Liberal” o “Ejército Constitucional”, convirtiéndose en defensores de la libertad, del régimen representativo y del cumplimiento de las leyes fundamentales (Constitución de 1845), frente al gobierno autoritario de Sartorius.

Principales Puntos del Manifiesto:

  • Se hace referencia al enfrentamiento con las tropas gubernamentales en Vicálvaro y al entusiasmo con el que la población ha recibido al movimiento insurreccional.
  • Defienden un régimen representativo.
  • Declaran su adhesión a la monarquía de Isabel II, pero exigiendo acabar con la camarilla que rodeaba a la reina y que gozaba de una importante influencia política.
  • Intentan atraer a los progresistas al movimiento insurreccional, prometiendo:
    • Una reforma de la ley electoral.
    • Una reforma de la ley de imprenta.
    • La rebaja de los impuestos.
    • Acabar con la centralización administrativa (descentralización municipal).
    • Restaurar la Milicia Nacional.
  • Deja en manos de las Juntas Revolucionarias y posteriormente de las Cortes la tarea de asegurar la regeneración liberal que pretenden imponer con la fuerza de las armas, para asegurar el cumplimiento de la voluntad nacional.

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