Manejo Integral de la Hemorragia Gastrointestinal Aguda: Cuidados, Diagnóstico y Diferenciación

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Manejo de la Hemorragia Gastrointestinal Aguda: Valoración y Reanimación

La hemorragia gastrointestinal (HGI) es una urgencia médica que requiere una valoración rápida y un manejo adecuado para estabilizar al paciente. A continuación, se detallan los pasos esenciales para la valoración y los cuidados de reanimación.

1. Valoración del Estado Hemodinámico

Es crucial evaluar el estado hemodinámico del paciente para determinar la gravedad de la hemorragia y la necesidad de intervención inmediata.

  • Constantes vitales: Monitorizar pulso y tensión arterial (TA) en decúbito supino y en bipedestación (si la condición del paciente lo permite).
  • Shock hipovolémico: Asociado a taquicardia, hipotensión y deterioro mental, indicando una pérdida de más del 40% del volumen sanguíneo.
  • Distrés respiratorio: Poco frecuente, pero a menudo indica una neumonía por aspiración.
  • Signos cutáneos de vasoconstricción periférica:
    • Palidez
    • Diaforesis
    • Livedo reticularis
  • Nivel de conciencia: Alterado por reducción del flujo sanguíneo cerebral.
  • Gasto urinario: Menor de 30 ml/hora, indicativo de perfusión renal insuficiente.

2. Medidas de Reanimación

Una vez valorado el paciente, se deben implementar rápidamente las medidas de reanimación para estabilizarlo.

  • Vía intravenosa (IV):
    • Catéter IV de gran calibre.
    • Extracción de sangre simultánea para pruebas de laboratorio.
  • Volumen: Administración rápida de suero (fisiológico si el paciente está hipotenso).
  • Hemoderivados:
    • Concentrado de hematíes: es el producto hemático de elección.
    • Plasma fresco congelado.
    • Plaquetas: indicadas en pacientes con un recuento inferior a 20.000.
  • Protección de vías aéreas: El paciente con reducción de conciencia y episodios repetidos de vómitos puede requerir intubación para proteger las vías aéreas y evitar la aspiración del contenido gástrico.
  • Oxígeno: Administración a 10 l/minuto.

3. Monitorización Continua

Se requiere un registro detallado de la evolución y una valoración continua del paciente.

Causas Sospechosas de Hemorragia Digestiva Alta (HDA) o Baja (HDB)

Identificar la posible localización de la hemorragia es fundamental para el diagnóstico y tratamiento.

Causas de Hemorragia Digestiva Alta (HDA)

  • Várices esofágicas
  • Esofagitis
  • Desgarro de Mallory-Weiss
  • Fístula aortoentérica
  • Gastritis
  • Angiodisplasia gástrica

Causas de Hemorragia Digestiva Baja (HDB)

  • Hemorroides
  • Diverticulitis cólica
  • Angiodisplasia cólica
  • Colitis isquémica
  • Neoplasias del intestino grueso (IG)
  • Enfermedades del intestino delgado (ID)

Diferenciación de Hemorragia Digestiva Alta: Masiva vs. Baja Intensidad

La distinción entre una hemorragia masiva y una de baja intensidad es crucial para el manejo clínico y el pronóstico del paciente.

Hemorragia Masiva

Requiere 4 unidades o más de sangre en 12 horas.

  • Manifestaciones clínicas:
    • Hematoquecia (si se presenta junto con hematemesis, indica alta mortalidad)
    • Hematemesis (presente en casi el 30% de los casos)
  • Inestabilidad hemodinámica:
    • Hipotensión ortostática
    • Shock
  • Diagnóstico diferencial:
    • Várices esofágicas
    • Enfermedad ulcerosa péptica
    • Gastritis
    • Desgarro de Mallory-Weiss
    • Fístula aortoentérica

Hemorragia de Baja Intensidad

Puede manifestarse de forma aguda con:

  • Hematemesis
  • Vómitos en posos de café
  • Melenas
  • Hemorragia oculta en heces
  • Síntomas de anemia

Se caracteriza por la ausencia de signos de inestabilidad hemodinámica.

El diagnóstico diferencial debe incluir:

  • Esofagitis
  • Gastritis
  • Enfermedad ulcerosa péptica
  • Telangiectasias vasculares gástricas
  • Neoplasias gastrointestinales (GI)

Objetivos y Actividades en la Hemorragia Gastrointestinal Aguda

El objetivo básico en el tratamiento de cualquier hemorragia es su interrupción lo más rápida posible, priorizando las actividades necesarias y sin perder de vista el estado general del paciente. Para ello, se deben establecer estos 4 puntos fundamentales:

  1. Identificar el origen y la causa de la hemorragia.
  2. Reponer la volemia y los componentes hemáticos perdidos, si es necesario.
  3. Conseguir una buena oxigenación y perfusión de todos los tejidos.
  4. Mantener el estado homeostático del paciente y evitar que los parámetros medibles (vitales y de laboratorio) se aparten de las condiciones normales.

Es fundamental seguir los protocolos establecidos por cada centro asistencial para asegurar la fluidez y la interrelación del equipo, garantizando una aplicación certera de las medidas para restablecer la integridad y la autonomía del paciente.

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