Manejo de Heridas y Hemorragias: Primeros Auxilios Esenciales y Actuación en Emergencias

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Qué NO hacer con una herida

Para el cuidado de una herida, evita lo siguiente:

  1. Desinfectar la herida con alcohol.
  2. Usar antisépticos teñidos si requiere valoración médica.
  3. Usar pomadas o polvos.
  4. Usar algodón en rama para limpiar o cubrir heridas.
  5. Suturar la herida (debe hacerlo un profesional).

Heridas en los ojos

Si hay una herida en los ojos:

  • Cubre los ojos con gasas y sujétalos con esparadrapo para que la persona no parpadee.
  • Si hay cuerpos extraños, puedes intentar extraerlos con agua; si están clavados, no los saques.
  • Evita que la persona se frote los ojos; el roce puede provocar que el objeto lesione la córnea o que se clave más profundamente.

Clasificación de hemorragias por volumen de sangre

La cantidad de sangre que se pierde es crucial para determinar la gravedad:

  • Hemorragia Leve: Se pierde menos del 10% del volumen sanguíneo (menos de 500 cc en un adulto de peso medio). Esto provoca una sensación de inestabilidad.
  • Hemorragia Grave: Se pierde entre el 10% y el 30% del volumen sanguíneo (entre 500 y 1500 cc). El organismo reacciona para intentar compensarla: se contraen las pequeñas arterias que irrigan la piel y algunos órganos a fin de reservar el riego disponible para los órganos vitales. Por tanto, la víctima experimenta: dolor, piel pálida y fría, sed por la pérdida de líquido, vértigo, desmayo, pulso débil con latidos rápidos y respiración superficial.
  • Hemorragia Muy Grave: Se pierde más del 30% del volumen sanguíneo (más de 1500 cc). Además de las manifestaciones anteriores, hay taquipnea y manifestaciones de shock. Puede llevar a la muerte en menos de media hora y corresponde a una emergencia médica.

Actuación ante una hemorragia

La actuación debe centrarse en controlar la hemorragia y adoptar medidas generales anti-shock.

Sospechamos que existe una hemorragia interna cuando hay: confusión, desorientación, piel pálida, fría y humedecida, taquicardia y taquipnea. Estaremos atentos a manifestaciones como: dolor abdominal acompañado de hinchazón, dolor torácico o cefalea intensa.

Actuación ante hemorragia externa

Los métodos se aplican de los más sencillos a los más complejos:

  1. Localiza y destapa el punto o herida que sangra.
  2. Presión directa: Es el método de elección. Consiste en presionar sobre la herida con una gasa y taparla con vendas. Si la gasa se empapa, no la quites; coloca otra encima y presiona contra el hueso, controlando la frecuencia y dejando periodos sin presionar. Es preferible que sangre de forma controlada a provocar una isquemia (sufrimiento de los tejidos por falta de oxígeno) por la compresión.
  3. Elevación del miembro: Si la hemorragia no se ha detenido, reduce el flujo sanguíneo hacia la zona afectada con la elevación del miembro.
  4. Inmovilización en caso de fractura: Si una fractura ósea no permite controlar el sangrado, podemos inmovilizar el miembro dejando libre la zona por donde sangra.
  5. Compresión arterial: Si la hemorragia no para, intenta la compresión arterial en los siguientes puntos:
    • Mitad inferior de la cara: Ángulo mandibular.
    • Frente, cabeza (por encima de la oreja): Delante de la oreja.
    • Brazo, antebrazo, mano: Axila, cara interna del brazo, cara ventral del antebrazo.
    • Muslo, pierna, parte anterior del pie: Centro de la ingle, detrás de la rodilla, empeine.

    Este método requiere de mucho entrenamiento. Así no evitamos el sangrado por completo, pero lo reducimos mientras esperamos ayuda. La compresión de la arteria es un buen recurso si en la herida hay cuerpos extraños que impiden comprimir directamente el punto que sangra contra el hueso.

    Manejo de cuerpos extraños incrustados

    Si la herida tiene un cuerpo extraño incrustado, no lo extraigas. Deja el objeto y presiona los labios de la herida por los lados del objeto para evitar daños mayores. Para vendarlo, coloca trozos de tela doblados a los lados para que la venda que pases por arriba no presione directamente el objeto.

Uso del torniquete

El torniquete está indicado solo si:

  • Hay una amputación traumática de un miembro.
  • Hay aplastamiento de un miembro (y solo antes de liberar el miembro para evitar el sangrado inmediato).
  • La hemorragia no puede ser controlada por otros métodos.

Es peligroso y se usa de forma excepcional. Su objetivo es cortar la irrigación arterial del miembro herido y detener la hemorragia. Sus peligros: puede tener graves complicaciones, puede producir isquemia y necrosis, lo que puede llevar a dolor permanente, parálisis, gangrena y hasta la necesidad de amputación.

Procedimiento para aplicar un torniquete

  1. Coge un trapo grande, dóblalo hasta formar una banda de 6 a 8 cm (no usar bandas de menos de 2,5 cm, ya que pueden cortar la piel).
  2. Coloca la banda unos centímetros por encima de la herida y haz un medio nudo, dejando los extremos sueltos.
  3. Ata una barra (o similar) en las puntas libres y haz un segundo nudo por encima para fijarla.
  4. Gira la barra apretando el miembro hasta cortar el flujo arterial y detener la hemorragia. No debes notar pulso por debajo del torniquete.
  5. Mantén esta posición con un segundo trapo que la anude.
  6. Apunta en la piel próxima o en la frente de la víctima la hora a la que has apretado el torniquete.
  7. El torniquete no debe estar apretado más de 20 minutos, ya que un tiempo mayor de isquemia puede provocar lesiones graves. Cuando se acerque el límite de tiempo, presiona la herida y afloja el torniquete, dejándolo flojo durante 5 minutos, y luego vuelve a apretarlo.
  8. Lleva a la víctima a un hospital.

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