El Mal, el Dolor y la Redención: Fundamentos Teológicos
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La Existencia del Mal y el Dolor
Dios y el mal son dos conceptos totalmente contradictorios. Es más, si se da uno, no se puede dar el otro. Dios es por sí mismo y su existencia es la razón primordial del bien. Por lo tanto, decimos que Ser, Bien y Dios son términos equivalentes.
Dios, que es bueno (Lc 18, 19 - “Nadie es bueno sino sólo Dios”), crea a las criaturas y les da la existencia. Es decir, que todo lo creado es bueno. El mal, sin embargo, no existe. No tiene existencia, luego no viene de Dios. Es la ausencia de Dios. Por lo tanto, el mal surge cuando se “quita” a Dios.
Los hombres son seres tanto materiales como espirituales, hechos a imagen y semejanza de Dios, es decir, capaces de amar, de razonar y son libres. Igual que los ángeles, pueden elegir a Dios o no elegir a Dios. Dios “permite” esto, porque es fruto de la libertad del hombre.
Originalmente, el ser humano fue creado con una naturaleza perfecta, que fue corrompida cuando cometió el pecado original, volviéndose imperfecta. Estas enfermedades son fruto y consecuencia de la naturaleza imperfecta del hombre.
Razones por las que el Dolor no es intrínsecamente Malo
Teniendo en cuenta que es un misterio, se pueden observar algunas razones por las cuales el dolor no es intrínsecamente malo:
- El dolor físico nos advierte de que algo va mal en nuestro cuerpo.
- Nos hace más fuertes.
- Nos ayuda a discernir entre los verdaderos bienes y los aparentes.
- Es camino de santificación, es decir, que Dios siempre aprovecha para sacar cosas buenas del dolor.
Citas Bíblicas sobre el Dolor y la Caridad
- Mateo 25:35-36: Dar al que sufre es hacer el bien.
- Gálatas 6,2: Ayudando al que sufre, llegaremos al cielo.
- Mateo 10, 38: El sufrimiento nos permite cargar con nuestra cruz, ofrecernos por Cristo.
La Caída y la Teoría de la Justificación
Al principio de los tiempos, el ser humano cometió el pecado original. Desobedeció a Dios y fue expulsado de su presencia. El pecado cometido fue el de soberbia, es decir, querer ser como Dios. Además, dado que en Dios todo es infinito, la ofensa fue infinita. Para que el hombre fuera redimido, debía ofrecerse un sacrificio infinito que fuera suficiente para perdonar una ofensa infinita. Es decir, que solo Dios mismo podría satisfacer el sacrificio infinito, pues solo Él es infinito. Por otro lado, el ser humano, al ser quien cometió la ofensa, debía ser quien pidiera perdón.
En esto consiste la teoría de la justificación: en que Jesucristo, verdadero Dios y verdadero hombre, se ofreciera en la cruz como sacrificio para que el ser humano pudiera volver con Dios. La confesión es la actualización del sacrificio hecho por Jesucristo en la cruz, nos vuelve a perdonar por nuestros pecados incluso después de haberse sacrificado, pues Dios es atemporal.
Citas Bíblicas sobre la Justificación y el Perdón
- 1 Jn 2,2: Jesús se ofreció por nosotros.
- Efesios 1,7: Él es la salvación por los sacramentos.
- 1 Jn 1,9: Si nos confesamos, Dios nos perdona.