Maestros Impresionistas: Renoir y Degas en la Danza y la Vida Parisina
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El Baile del Moulin de la Galette: Una Joya Impresionista de Renoir
FICHA TÉCNICA: La obra que comentamos hoy es un óleo sobre lienzo realizado en 1876 por el pintor impresionista francés Pierre-Auguste Renoir.
Composición y Escena
La obra representa uno de los muchos bailes que tenían lugar junto al Moulin de la Galette en el barrio de Montmartre, uno de los más famosos y bohemios de París. La escena tiene lugar en el exterior y aparecen numerosos personajes, hombres y mujeres, charlando unos y bailando otros, bajo una luz que se proyecta a través de las copas de los árboles.
El cuadro se organiza claramente a través de una diagonal que lo recorre, dividiéndolo en dos espacios:
- Espacio inferior: Ocupado por hombres y mujeres, organizados en círculo alrededor de una mesa y un banco, charlan de manera distendida.
- Espacio superior: Formando un círculo más amplio, aparecen varias parejas bailando.
Asimismo, el pintor ha alterado las leyes de la perspectiva, situando dos puntos de vista diferentes dentro de la misma obra: el grupo inferior, más próximo al espectador, se ve desde un punto de vista alto, mientras que las parejas que bailan al fondo tienen un punto de vista frontal.
Características Impresionistas en la Obra de Renoir
En toda la obra vemos ya inequívocas señales de la técnica impresionista, tales como:
- Tema: La vida urbana, tan del gusto de este pintor.
- Predominio del color: Aplicado a base de pinceladas sueltas.
- Interés por captar la luz: Filtrada a través de los árboles y proyectada en los trajes y en el suelo, creando manchas de luces y sombras: violáceas y amarillentas en el suelo, o pardas y marrones en la chaqueta del hombre sentado en la silla de espaldas al espectador.
- Desaparición del dibujo: Prácticamente desaparece bajo las pinceladas de color.
Significado y Legado
Esta obra, la más famosa del pintor y una de las más célebres de la pintura impresionista, refleja bien los cambios que se producen en la pintura durante la segunda mitad del siglo XIX. Tanto el tema, la vida urbana, como la técnica empleada, rebosan modernidad, dejando atrás la pintura academicista y los temas extraídos del pasado con carga moral.
Aquí, Renoir nos refleja la alegría de vivir a través de brillantes colores, poses relajadas (los personajes parecen ajenos a nuestra mirada mientras se divierten) y multitud de personajes que hablan, bailan y se mueven en todas direcciones a lo largo del cuadro.
Conclusión sobre el Impresionismo de Renoir
Como ya hemos mencionado, nos encontramos ante una de las obras maestras del Impresionismo, siendo un testimonio no solo de los cambios que sufre la pintura, sino también de la vida parisina del último cuarto del siglo XIX.
La Clase de Danza: El Arte del Ballet según Edgar Degas
Esta obra del pintor impresionista Edgar Degas es una de sus escenas de ballet más conocidas y se conserva en el Museo de Orsay de París.
La Escena y sus Protagonistas
El artista capta un instante en la clase del reputado bailarín Jules Perrot, que a sus 64 años de edad todavía es capaz de transmitir sus conocimientos en el mundo de la danza.
Las bailarinas se arremolinan en torno al maestro, conscientes de la importancia de seguir sus consejos para conseguir convertirse en bailarinas que puedan dedicarse profesionalmente a la danza.
Toda la estancia está llena de muchachas bailando bajo la atenta mirada del maestro y de sus madres, que ocupaban unas butacas reservadas a tal efecto en el interior de la sala de ensayos.
A pesar del número de bailarinas, de las posturas y poses que adoptan y de las dos que coloca en primer plano, el verdadero protagonista del cuadro es el profesor.
Composición y Perspectiva en Degas
Para enfatizar la figura del maestro entre todas las bailarinas, Degas recurre a un efecto óptico que le sirve para dar sensación de profundidad y que logra gracias a las líneas diagonales que traza en el suelo y que convergen hacia la mitad derecha del cuadro.
De igual manera, ayuda el concentrar las figuras en la parte opuesta hacia donde se dirigen las líneas, mucho más libre de personajes.
Con este tipo de perspectiva, su intención es la de hacer al espectador partícipe de la escena al reforzar el dinamismo y la inquietud que genera un cuadro que dirige la mirada continuamente hacia la derecha de la obra.
Es por ello que su intención es clara: insertar al espectador dentro de la obra. La perspectiva que utiliza, con el punto de fuga hacia la derecha, refuerza esta sensación de dinamismo, inquietud y movimiento, que consigue gracias a la colocación de las bailarinas en posiciones diferentes (y a veces casi imposibles).
Luz y Temática en la Obra de Degas
Su interés por la luz, como buen impresionista, está presente en todas sus obras a través de la luz que entra por las ventanas y su reflejo en los espejos de las salas de ensayo y en los blancos de los vestidos de las bailarinas, lo que permite resaltar los rojos, verdes y amarillos de los lazos de sus vestidos.
La mayoría de las escenas de danza de Degas muestran el esfuerzo y el intenso trabajo de las muchachas por poner una obra en escena. Se convierte de esta manera en el pintor de lo que hay al otro lado del telón, del maravilloso mundo del aprendizaje, más que del esplendor del espectáculo.
Aunque es conocida la afición y el gusto del pintor por representar escenas de bailarinas, tenía preferencia por capturar los momentos de ensayo, donde la improvisación y la naturalidad le permitían representar el momento de luz y de movimiento más adecuado en cada momento. El artista comparaba el ballet con la pintura por ser dos formas de arte que exigen máxima precisión y equilibrio para alcanzar la perfección.