Maestros de la Escultura Barroca Española: Artistas y Obras Clave
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La Escultura Barroca Española
Las esculturas barrocas son pasos de Semana Santa. Se realizan esculturas exentas para los pasos de Semana Santa o los retablos.
Etapas de la Escultura del Barroco Español
La escultura del barroco español se puede dividir en cuatro etapas. Las tres primeras durante el siglo XVII y la última en el siglo XVIII:
- Primera etapa: Gregorio Fernández y Juan Martínez Montañés.
- Segunda etapa: Los seguidores de Fernández y Martínez Montañés, además de Manuel Pereira y Alonso Cano.
- Tercera etapa: Pedro de Mena, los Mora y Nicolás de Bussy.
- Última etapa: Escultores franceses, los Churriguera y Salzillo.
Principales Escultores Barrocos Españoles
Gregorio Fernández
Se formó con su padre pero pronto se trasladó a Madrid y después a Valladolid. Allí recibió la influencia de Pompeyo Leoni y realizó su primera gran obra: las estatuas de cuatro apóstoles, unos arcángeles y un calvario para la iglesia de San Miguel.
Hacia 1612 se ocupa por primera vez de los pasos de Semana Santa, los elabora con gran maestría y destacan la delicada anatomía, el dinamismo en los pliegues suaves de las telas, la talla primorosa y la calidad de las encarnaciones.
En 1614 Felipe III le encargó la realización de un Cristo Yacente. En 1616 concluyó el Paso de la Piedad, una de sus obras más importantes. También realizó Inmaculadas y otras esculturas religiosas.
Juan Martínez Montañés
Fue discípulo de Pablo de Rojas y después marchó a Sevilla donde estableció su taller. Al principio dota a sus obras de un cierto clasicismo manierista, pero a partir de 1600 su trabajo cambia de dirección y sienta las bases de la escultura barroca sevillana.
En 1601 establece un taller donde realiza algunas de las obras más importantes de su época, como el Cristo de la Clemencia, o de los Cálices, caracterizado por su naturalismo, la elegancia de sus paños y su primorosa policromía.
Una de sus obras más importantes fue el retablo mayor del monasterio de San Isidoro del Campo en Santiponce. Se compone de San Jerónimo Penitente (una de las obras más importantes de la escultura barroca) con los relieves de la Adoración de los Pastores y de la Adoración de los Reyes a los lados y completado por las estatuas orantes de los fundadores del monasterio, Guzmán el Bueno y su esposa María Alonso Coronel.
Uno de los temas predilectos de Montañés fueron las Inmaculadas. Las mejores producciones son a finales de su vida. La más importante es la Inmaculada Concepción, también conocida como La Cieguecita en Sevilla (representa una doncella que reza con las manos juntas en actitud de recogimiento. En sus pies se encuentran cabezas de querubines y la luna en cuarto creciente).
Como escultor se le denominó "el dios de la madera". En 1635 fue llamado para trabajar en Madrid para tallar un busto que sirviera de modelo para realizar la estatua ecuestre del rey Felipe IV.
Hay grandes diferencias entre el clasicismo de Montañés y el expresionismo de Gregorio Fernández.
Alonso Cano (1601-1667)
Trabajó la arquitectura, escultura y pintura. Nació en Granada pero se mudó a Sevilla y fue discípulo de Montañés. En la primera etapa manifestó las influencias de su maestro. A partir de 1629 aparece su forma como maestro.
En 1638 se convirtió en un afamado escultor requerido por el Conde-Duque de Olivares a la corte madrileña, donde permaneció hasta 1652 pero dedicado fundamentalmente a la pintura. Volvió a Granada y vive su último periodo de vida más destacado como escultor. Lo contratan en la Catedral de Granada para que realice varias obras como pueden ser la Inmaculada del Facistol.
Pedro de Mena (1628-1688)
Era de Granada como Cano e hijo de Alonso de Mena. En sus primeras obras se ve el influjo de su padre. Después se sintió atraído por Cano y su personalidad, lo que posibilitó colaborar con él. El estilo de Cano influyó mucho en sus obras. En esta fase se trabajaron sus primeras Inmaculadas.
En 1658 recibió el encargo de la conclusión del coro de la Catedral de Málaga, que fue la obra más importante de sus primeros años. Ejecutó 40 tableros de la sillería. Se marchó a Madrid y a Toledo y el cabildo lo nombró escultor de la catedral. En Madrid recibió el encargo de una de sus obras más famosas: La Magdalena Penitente.