Maestros del Barroco y Neoclasicismo: Bernini, Caravaggio, Rubens, David y más

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Arte Barroco

Arquitectura Barroca

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)

Gian Lorenzo Bernini es el arquitecto barroco por excelencia, además de genial escultor y pintor ocasional, y el principal responsable de la Roma monumental actual. Utiliza elementos de la arquitectura clásica, aunque dándoles un sentido diferente de fuerza y contrastes, y hace de la arquitectura un arte total al integrar las artes plásticas: pintura y escultura. Diseñó la columnata de San Pedro con forma elíptica y de orden dórico, que se abre para abrazar a los fieles.

Alonso Cano (1601-1667)

Alonso Cano pertenece a la segunda mitad del siglo XVII en España. Fue pintor, escultor y arquitecto barroco español que desarrolló la mayor parte de su obra en Granada, aunque tuvo gran influencia en Andalucía y Madrid. Como arquitecto destaca la Fachada de la catedral de Granada, que concibió como tres grandes arcos de triunfo que se apoyan en estribos que sobresalen respecto de los paños del muro, creando juegos de luces y sombras.

Escultura Barroca

Gian Lorenzo Bernini (1598-1680)

Es la máxima figura de la escultura europea y un artista excepcionalmente dotado que a los 20 años ya dominaba la técnica, como se puede apreciar en Apolo y Dafne o el David. En ambas consigue que el mármol refleje las calidades de las cosas y, a la vez, el movimiento sorprendido en plena acción, en acto, y con violencia expresiva. Su obra maestra es el Éxtasis de Santa Teresa en la iglesia de Santa María de la Victoria (Roma), en la que un efecto luminoso hace que las imágenes parezcan suspendidas en el aire. Como decorador urbano destaca la Fuente de los Cuatro Ríos en Piazza Navona, complicada alegoría para exaltar el Papado. Como retratista ha dejado muchos ejemplos que reflejan vivacidad en los rasgos y el carácter de las personas, dando mucha importancia a los ropajes (Retrato de Luis XIV).

Gregorio Fernández (1576-1636)

En Castilla, Gregorio Fernández será la figura central. Establecido en Valladolid, recibirá encargos de todo el norte peninsular, incluido Portugal. Formado en la tradición de Juan de Juni, su estilo evoluciona desde formas manieristas hasta un naturalismo extremo. En su madurez, los pliegues de los paños se hacen quebrados y angulosos, como en la pintura flamenca del siglo XV. Crea tipos iconográficos que se repetirán posteriormente:

  • Cristos yacentes
  • Cristos atados a la columna
  • Crucificados
  • Piedades
  • Inmaculadas

Simultáneamente realiza retablos como el de la Catedral de Plasencia. También notables son los pasos de procesión, concebidos como escenas de teatro llenas de vivacidad y expresión, aunque cuentan con la amplia colaboración de discípulos.

Luisa Roldán, "La Roldana" (1652-1706)

Luisa Roldán, conocida como La Roldana, aprendió el oficio de escultora en el taller de su padre, el imaginero sevillano Pedro Roldán. Posteriormente se trasladó a Cádiz y finalmente a Madrid, donde llegó a ser escultora de cámara de Carlos II y Felipe V. Sus obras destacan por su realismo, dramatismo y expresividad, como se aprecia en su Ecce Homo.

Pintura Barroca

Caravaggio (1571-1610)

Michelangelo Merisi da Caravaggio pertenecía a la tendencia naturalista. Tuvo una vida azarosa y una personalidad violenta. Cultivó la pintura religiosa, para la que toma como modelos a gente real sin importar su fealdad o deformidades. Con ello acercaba la doctrina a los fieles, aunque la excesiva vulgaridad de los tipos produjo polémicas al ser considerada una falta de respeto. Utiliza como recurso el tenebrismo, que consiste en presentar los personajes y objetos sobre fondo oscuro, destacándolos con una iluminación dirigida y violenta, muy teatral. Ignora el paisaje pero valora el bodegón y destaca la psicología de los personajes. Obras destacadas: Vocación de San Mateo, La muerte de la Virgen, El martirio de San Pedro, David con la cabeza de Goliat.

Pedro Pablo Rubens (1577-1640)

Pedro Pablo Rubens será la figura culminante. Se educó en Amberes en el círculo de los “romanistas” y estudió Humanidades. Quedó deslumbrado por Miguel Ángel, el colorido de los venecianos y sus contemporáneos como Caravaggio. Realizó misiones diplomáticas para la Corte flamenca que le permitieron viajar por toda Europa, hecho que ayudó a difundir sus obras. Supo dotarse de unos colaboradores de calidad que le permitieron realizar una obra ingente. Se caracteriza por su dinamismo, vitalidad y exuberancia. Su colorido es cálido. Las composiciones se ordenan sobre un esquema diagonal que les presta una sensación de movimiento que se prolonga más allá del cuadro. Pinta cuerpos varoniles musculosos y femeninos carnosos y sensuales. Desarrolla formas enroscadas y dinámicas hasta en el paisaje, con una pincelada suelta y pastosa. Abarca todos los géneros:

  • Como pintor religioso crea grandes composiciones de gran espectacularidad, al servicio de una Iglesia triunfal (Adoración de los Magos).
  • Como pintor mitológico representa los temas con maestría y sensualidad (El Juicio de Paris, Las Tres Gracias).
  • Entre sus obras alegóricas destaca El Jardín del Amor, donde resuelve con una composición elíptica el grupo principal.
  • Finalmente, crea un tipo de retrato cortesano que no descuida el aspecto psicológico del personaje (Duque de Lerma).

Rembrandt (1606-1669)

Rembrandt Harmenszoon van Rijn es la personalidad más compleja del arte holandés. Aunque no viajó, recibió el influjo de la pintura italiana a través de sus maestros. Se instaló en Ámsterdam, donde adquirió enorme prestigio que le proporcionó múltiples encargos. Su estilo parte del tenebrismo, aunque no tan tajante como el de Caravaggio, sino que se complace en penumbras misteriosas. Utiliza personas comunes como modelos; ellas serán las fuentes de la luz misteriosa y simbólica que aparece en sus cuadros. Cultiva todos los géneros, desde la temática religiosa, que trata con sensibilidad y sencillez, hasta el paisaje o el bodegón. Es uno de los grandes retratistas del siglo y deja un número considerable de autorretratos en los que reflexiona sobre el paso del tiempo. También realiza retratos colectivos con composiciones llenas de sorpresa que rompen la monotonía de los grupos: Lección de Anatomía del Dr. Nicolaes Tulp, La ronda de noche.

José de Ribera (1591-1652)

Perteneciente a la escuela valenciana, José de Ribera, “El Españoleto”, es uno de los grandes artistas de la pintura barroca española. Se formó en Valencia, pero muy joven marchó a Italia y se empapó de las influencias del tenebrismo de Caravaggio. Sintió predilección por pintar cuadros que mostraban las gentes sencillas de la época. Ribera destacó por su impecable y realista tratamiento de la piel y de las arrugas. Como otros pintores españoles de la época, sufrirá una evolución abandonando poco a poco el tenebrismo, como se aprecia en su obra El martirio de San Felipe. Este abandono del tenebrismo se produce por el contacto e influencia de Rubens y Velázquez. Otras obras importantes de José de Ribera son El sueño de Jacob y El patizambo.

Bartolomé Esteban Murillo (1617-1682)

Perteneciente a la escuela andaluza, Bartolomé Esteban Murillo se centró también en la temática religiosa. Murillo representa la cara amable de la Contrarreforma. Fue muy popular y querido. Sus clientes fueron las órdenes religiosas y algunos párrocos. Se produce una evolución en su trayectoria como pintor, ya que al principio se adhiere al tenebrismo y pinta escenas de género, cuyos protagonistas son los niños, mientras que en sus últimos años su pintura se hace más colorista y vaporosa. De la primera etapa es La Sagrada Familia del pajarito, un cuadro tenebrista, de gran realismo y de una cotidianidad muy cercana al pueblo, cuya composición se basa en líneas diagonales. Otras obras importantes de Murillo son Niños jugando a los dados o Los niños de la concha (Cristo niño ofreciendo agua a San Juan Bautista). Del tema de la Inmaculada Concepción llegó a realizar unas veinte versiones. Es una pintura colorista con una escena idealizada donde la Virgen tiene una mirada de éxtasis místico (La Inmaculada de El Escorial).

Arte Neoclásico

Arquitectura Neoclásica Española

Juan de Villanueva (1739-1811)

Juan de Villanueva es la figura más importante de la arquitectura neoclásica española. Estudió siete años en Roma pensionado por la Academia de San Fernando, entrando en contacto directo con la Antigüedad. Trabajó casi en exclusiva para la Casa Real. Su obra maestra es el edificio del Museo del Prado, que concibió como un edificio con claro predominio de lo horizontal, en el que sus elementos arquitectónicos están dispuestos de forma rigurosamente simétrica y donde destaca la austeridad ornamental. También construyó el Observatorio Astronómico de Madrid, un edificio de planta central cruciforme inspirado en la Villa Rotonda de Palladio, en el que destaca el desarrollado tambor que corona el edificio a modo de tholos griego con columnas jónicas y acristalamiento, ya que era el centro de observación.

Escultura Neoclásica

Antonio Canova (1757-1822)

Antonio Canova asume la tradición antigua y renacentista, e incluso barroca. Sus personajes se presentan contenidos, aunque con un componente sentimental que enlaza con el romanticismo. Destaca su retrato de Paulina Bonaparte (a la que presenta semidesnuda como la Venus vencedora del juicio de Paris, con una composición triangular y muy equilibrada, frontalmente y mostrando el naturalismo en su anatomía y pliegues) y el grupo Eros y Psique (en el que los cuerpos trazan un aspa cuyo centro pasa por los labios de los amantes).

Pintura Neoclásica

Jacques-Louis David (1748-1825)

Jacques-Louis David es el máximo exponente de este estilo. Tras un viaje a Roma, su pintura evoluciona hacia el clasicismo. Encarna la figura del artista políticamente comprometido, pues participó activamente en la Revolución Francesa y asumió cargos públicos desde los que desarrolló planes para organizar las artes. Concibió el arte como un elemento transformador de la realidad, capaz de cohesionar la nueva sociedad revolucionaria y transmitir sus valores. En El juramento de los Horacios muestra, con un estilo depurado, claridad compositiva pero rigurosa, teatralidad y color subordinado al dibujo, un tema recogido por Tito Livio en el que el individuo se supedita a las necesidades del Estado. Por su parte, La muerte de Marat es una obra personal y emotiva que refleja la influencia de Caravaggio en el uso del claroscuro y que remite a la iconografía de los Cristos yacentes, exaltando la figura del revolucionario asesinado.

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