Maestros del Barroco Español: Zurbarán y Velázquez, Legado Artístico
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Francisco de Zurbarán (1598 – 1664)
Francisco de Zurbarán, contemporáneo y buen amigo de Velázquez, aunque de trayectoria artística distinta, encontró sus principales clientes en los conventos sevillanos y extremeños. Su obra se caracteriza por una religiosidad severa y menos retórica, donde el uso del blanco es fundamental y los fondos arquitectónicos son prescindibles.
En sus cuadros tenebristas, las propias formas parecen irradiar una luz muy viva. Sus temas preferidos son los monacales, aunque también abordó batallas y cuadros mitológicos. En sus bodegones, impone una sobria ordenación, logrando la inmaterialidad a partir de la luz blanca.
Diego Velázquez (1599 – 1660)
Diego Velázquez es la figura más importante de la pintura barroca española. Su arte marcó en España la ruptura definitiva con el clasicismo del siglo XVI, al no representar la realidad a partir de la línea o el dibujo, sino de la mancha de color.
El Contexto de Sevilla en el Barroco
Los máximos representantes de la pintura barroca española se gestaron en Sevilla, que en esa época era la ciudad con mayor población de España (aproximadamente 150.000 habitantes). Hasta la epidemia de 1649, Sevilla concentraba todo el comercio con las Indias, lo que atrajo a mercaderes ricos que constituían un próspero mercado para las obras de arte. La ciudad mantenía estrechas relaciones con importantes centros comerciales de Italia y del norte de Europa, permitiendo que las últimas tendencias artísticas llegaran allí antes que a otras ciudades del Imperio. Este ambiente propició el florecimiento de una destacada escuela sevillana de pintura.
Características Generales del Estilo Velazqueño
- Marcado acento en la realidad: Velázquez no aspiraba a plasmar obras perfectas, sino la realidad misma.
- Naturalismo sereno: El impulso naturalista barroco fue atemperado por su sentido del equilibrio, guiado por el buen gusto y la elegancia.
- Composición y método de trabajo: Pintaba individualmente o en grupo, en un ambiente de sencillez. Al principio, sus figuras estaban yuxtapuestas, evolucionando hasta conseguir que se movieran y agruparan con naturalidad. Su trabajo era concienzudo y con muchas revisiones.
- Gran variedad temática: Abordó cuadros mitológicos, bodegones, paisajes, retratos, entre otros.
- Evolución cromática: Pasó de tonos oscuros a grises plateados, lo que resultó en una paleta más limpia y alegre.
- Evolución en la aplicación del color: Inicialmente, aplicaba una pincelada pastosa, lisa y uniforme, al servicio del claroscuro y de forma muy acabada. Hacia 1630, dio paso a una pincelada más suelta e inconexa, que producía manchas aisladas.
- Captación del espacio: Creaba un ambiente real que envolvía a sus personajes.
- Perspectiva aérea: Utilizaba la luz no solo para iluminar y dar volumen, sino también para hacer visible el aire entre los objetos, logrando que estos perdieran su configuración definida.