La Maestría de Cicerón: Retórica, Oratoria y la Estructura del Discurso Romano

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La Retórica y la Oratoria en Roma: El Legado de Cicerón

El don de la elocuencia, del buen hablar, ayudaba a triunfar en el mundo romano. Podía abrir las puertas de par en par. El triunfo en el Senado, en el Foro, en los tribunales e incluso en el campo de batalla podía depender de ello. El romano fue un decidido partidario de los estudios de retórica, consciente del poder y del valor de la oratoria.

El ejercicio de la oratoria va ligado a la libertad de expresión: cuanto mayores son las libertades públicas, mayores serán las posibilidades del género. La oratoria florecerá en tiempos republicanos y fue declinando en época imperial. El ámbito de aplicación se reduciría a las escuelas de retórica. En cualquier caso, el arte de la elocuencia fue una constante del romano de casi todos los tiempos.

La oratoria romana tiene como punto central, que marca un antes y un después, a Cicerón.

La Oratoria Preciceroniana

Las primeras manifestaciones oratorias no escritas deben buscarse en las laudationes funebres, ensalzando al difunto, en la actividad pública y en su vida privada.

Se consolidó con la influencia de Grecia, con la llegada de filósofos y oradores. Aparecen dos figuras importantes: Catón y Escipión.

Catón el Censor

Escribió como vivió, con sobriedad y austeridad. Sus discursos son llamadas a la sencillez y sobriedad; es la conciencia moral de su tiempo.

Escipión

Comparte con Catón la preocupación por los valores morales de la sociedad, pero se muestra abierto y receptivo a Grecia. Construye discursos elegantes, breves y sobrios, pero más elaborados que los de Catón.

La Oratoria Ciceroniana: Marco Tulio Cicerón

La época que vive Cicerón es especialmente propicia para el ejercicio del discurso. La República estaba en un momento intenso y álgido; la opinión pública estaba atenta a lo que pudieran decirle sus políticos. Las enseñanzas de los oradores griegos calaron en la sociedad romana. En este contexto, destacan Julio César, Q. Hortensio y Cicerón.

Cicerón defendió la República, no vio con buenos ojos el triunfo de César, en quien adivinaba tendencias dictatoriales e imperialistas. Arremetió contra Marco Antonio y le dedicó unas Filípicas que le costarían la vida. Viajar le proporcionó una gran cultura, y fue una auténtica figura de la vida pública romana.

Los Discursos Ciceronianos

Pueden dividirse en dos grandes apartados:

Discursos Judiciales

Pronunciados ante un tribunal, tanto en calidad de abogado defensor como de fiscal acusador:

  • In C. Verrem: Siete discursos contra Cayo Verres. Bastó que pronunciara dos de los siete que compuso para que Verres se desterrara voluntariamente.
  • Pro Marcelo.
  • Pro Murena.
  • Pro Archia poeta: Al defenderle, defendía todas las letras.
  • Pro Roscio Amerino.
  • Entre otros.
Discursos Políticos

Pronunciados en el Senado o en el Foro:

  • De imperio Pompeii: Un alegato a favor de Pompeyo frente a César.
  • Catilinarias: Discursos contra L. Catilina, candidato al consulado junto a Cicerón, quien tramó una conspiración para hacerse con el poder y fue descubierta.
  • Filípicas: Catorce virulentos discursos contra Marco Antonio. Este no le perdonó sus ataques y le dio una muerte atroz.

Cicerón muestra un estilo cambiante; la perfección en la composición y la ejecución o pronunciación del discurso son innegables. La finalidad del discurso, según Cicerón, es la de “instruir, deleitar y emocionar” (docere, delectare et movere).

Las Obras Retóricas de Cicerón

A su faceta como compositor y ejecutor de discursos se une una fecunda actividad como crítico literario o teorizante de la retórica. Sus principales tratados incluyen De Oratore, Brutus y Orator.

Las Cinco Partes del Proceso Retórico (Quinque Partes Artis)

Cicerón explica las cinco partes fundamentales que exige el proceso del discurso:

  1. Inventio: Búsqueda de los correspondientes argumentos.
  2. Dispositio: Distribución adecuada de esos argumentos, encadenando unos con otros.
  3. Elocutio: Arte de adornar las ideas con una sintaxis precisa.
  4. Memoria: Recordar cada dato en su lugar apropiado.
  5. Actio: Pronunciación del discurso (gestos, voz, énfasis, etc.).
Estructura Canónica del Discurso

También explica las partes en las que se estructura el discurso:

  • Exordium: Introducción al tema.
  • Narratio: Exposición del asunto objeto del discurso.
  • Argumentatio: Se compone por el probatio (exposición razonada de los argumentos) y el refutatio (rechazo de las objeciones reales o posibles).
  • Peroratio: La conclusión final.

Después de Cicerón, la oratoria se refugió en las escuelas de retórica, donde sus tratados se convirtieron en libros de referencia y consulta obligatoria.

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