La lucha por la igualdad de la mujer: Un análisis ético, social y jurídico

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1. La situación de la mujer como ejemplo del progreso ético

Las raíces de la discriminación: los prejuicios

A lo largo de la historia, las mujeres han sido tratadas injustamente y privadas de derechos fundamentales. En el siglo XX, tras siglos de movilizaciones, su situación jurídica, social, educativa y política cambió radicalmente en algunos países.

Sin embargo, en muchos países, la situación de la mujer sigue siendo injusta. ¿Cuáles son las raíces de la discriminación femenina? La ciencia nos dice que la inteligencia del hombre y de la mujer son iguales. La discriminación se basa en una invención cultural. En casi todas las sociedades han existido prejuicios o falsas creencias que, a fuerza de repetirse, se consideran verdaderos. Los dos principales son:

  • El prejuicio que consideraba a la mujer intelectualmente inferior al hombre.
  • El prejuicio que atribuía a la mujer un peligroso poder de seducción.

De este modo, la mujer ha sido recluida en los hogares con la función social de ocuparse de la casa, la alimentación y el cuidado de la familia.

Los orígenes del movimiento feminista

La gran fuerza que hizo cambiar la consideración social y jurídica de la mujer fue la de los movimientos feministas, lo que nos demuestra que, sin la participación ciudadana, no se logra el progreso ético.

El movimiento feminista nació a finales del siglo XVIII a la sombra de la Revolución Francesa. En la Revolución no se reconoció la igualdad de la mujer, lo que llevó a que algunas de sus protagonistas protestaran contra esa injusticia: Olympe de Gouges redactó una Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Sus protestas no fueron admitidas y fue guillotinada. En la misma época, desde Gran Bretaña, Mary Wollstonecraft publicó su Vindicación de los derechos de la mujer, en la cual argumentaba que las mujeres no eran por naturaleza inferiores a los hombres, sino que la aparente inferioridad se debía a que no habían tenido acceso a una educación apropiada.

En 1848 se publicó la Declaración de Seneca Falls. Sus principales artífices fueron Lucrecia Mott y Elizabeth Cady Stanton, y fue el punto de partida en la lucha de los movimientos feministas. Las manifestaciones, las llamadas a la desobediencia civil, la creación de clubes de opinión y la incorporación de mujeres a la vida pública fueron dando sus frutos desde finales del siglo XIX y a lo largo del siglo XX.

Las reivindicaciones femeninas

  • La participación política: que se concentra en un primer momento en el derecho al voto.
  • El acceso a la educación: como paso previo a la incorporación de la mujer al mundo laboral.
  • La equiparación de sexos dentro de la familia con el fin de evitar la subordinación de la mujer.
  • El reconocimiento de la sexualidad femenina en igualdad con la masculina.

2. Problemas éticos planteados por la discriminación de la mujer

Veamos cómo afecta a la situación de la mujer cada uno de los nueve problemas éticos.

El derecho a la vida

El problema se plantea porque, en algunos países, las niñas o mujeres son un estorbo y se las puede matar por razón de honor.

La relación entre individuo y sociedad

En muchos casos, la sociedad ha impuesto a las mujeres deberes injustos: son obligadas a casarse contra su voluntad, son vendidas o se les niega su autonomía. La solución está en los derechos humanos: la libertad de poder elegir su forma de vida.

La resolución de conflictos

En los conflictos de intereses, la mujer suele ser la perjudicada: en muchos países no puede independizarse, no puede acceder a una educación, su testimonio no tiene validez en un juicio, no puede negarse a mantener relaciones sexuales. La igualdad ante la ley y la búsqueda de la justicia son la solución a este problema.

La relación con las religiones y el más allá

Con frecuencia, las religiones han discriminado a las mujeres. Han desconfiado de ellas y las han culpado de muchos males. La solución está en que las religiones respeten siempre el marco ético de los derechos humanos.

El cuidado de los débiles

Las mujeres, los niños, los ancianos y los enfermos han sido tradicionalmente los colectivos más vulnerables. Además, el cuidado de las personas en situación de dependencia ha estado en manos de las mujeres, un trabajo sin reconocimiento social y económico.

El poder y su ejercicio

La participación de la mujer es minoritaria en asuntos públicos a nivel global. Los datos de los países desarrollados nos revelan que estamos todavía lejos de una participación política igualitaria. El promedio es de entre un 9% y un 16%.

El trato con los extranjeros

Las mujeres migrantes son uno de los colectivos más vulnerables a la violación de los derechos humanos, porque, además de ser mujeres, son pobres y extranjeras. Por otro lado, a las mujeres y a las niñas las hacen esclavas sexuales. El respeto a la dignidad y los derechos de estas personas es la única solución.

Los bienes y su distribución

La riqueza no está bien distribuida y las mujeres poseen nada más que el 1% de la riqueza del mundo pese a ser la mitad de la población. El 70% de la población más pobre son mujeres. Las mujeres acceden a peores trabajos, sufren la desigualdad de los salarios y, en muchos casos de separación y divorcio, sufren el abandono de las responsabilidades familiares por parte de los hombres.

Familia, procreación y sexualidad

Solo el cambio de las mentalidades machistas en cuanto a la sexualidad femenina, la procreación y la familia logrará que consigamos la igualdad efectiva. La situación de la mujer dentro de la familia patriarcal ha sido injusta porque estaba absolutamente sometida al marido. El reconocimiento de la igualdad de derechos es la única solución a este problema.

3. Soluciones jurídicas, económicas y éticas

Soluciones jurídicas

El primer paso fue reconocer que las mujeres tenían los mismos derechos que los hombres. La incorporación en las constituciones del derecho de igualdad entre todos los seres humanos es el principio de cambios muy profundos. Los movimientos feministas dieron una especial importancia a asuntos como el divorcio y la planificación familiar, que se han ido convirtiendo en derechos en muchos países.

Por otro lado, las sociedades son más lentas en admitir estos cambios, pues algunas costumbres están muy arraigadas en la vida pública. La mayoría de los países occidentales han puesto en marcha medidas de discriminación positiva que tratan de establecer la igualdad efectiva: son políticas temporales que permiten contrarrestar aquellas discriminaciones que son el resultado de prácticas sociales aparentemente neutras.

Soluciones económicas

Uno de los objetivos básicos de la lucha feminista ha sido lograr la emancipación económica de las mujeres mediante el acceso al mundo laboral. Solo siendo independientes económicamente se podía evitar la tutela histórica de los hombres.

El primer paso fue conseguir que se reconociera el derecho a la educación para las mujeres.

Soluciones éticas: los derechos humanos

La ética es la solución definitiva a los problemas de la justicia. No basta con el reconocimiento de derechos. Es preciso aplicarlos y esto nos obliga a todos los seres humanos.

En la Conferencia Mundial sobre la Mujer (1995) se declaró por primera vez en la historia que el cambio en la situación de la mujer afecta a toda la sociedad, no solo a las mujeres, y se consideró que el tema no podía ser tratado como un asunto más, como "políticas de mujer", sino que tenía que afectar a las acciones políticas generales.

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