Luces de Bohemia: Poder, Miseria y Crítica Social en la Obra de Valle-Inclán

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Contexto: Escena VIII de Luces de Bohemia

Este texto pertenece a la escena VIII de Luces de Bohemia, la obra cumbre de Valle-Inclán en la que culmina el esperpento, esa deformación grotesca de la realidad donde la caricatura de los personajes y la sociedad se endurecen para mostrar su rostro más cruel y doloroso.

El fragmento se sitúa tras la salida de Max Estrella de la cárcel.

Análisis de Personajes y Crítica Social

La figura de Max Estrella sirve de burla y crítica a los que lo rodean; es descrito como un alcohólico que vive en el arroyo y se relaciona con prostitutas. Dieguito no tiene piedad en sus palabras hacia él. Pero casi más cruel resulta la postura del Ministro por ser más hipócrita, ya que desde su posición privilegiada dice añorar lo que pudo haber sido su vida bohemia, algo a lo que renunció en cuanto pudo.

Reflexiones sobre el Poder y la Indiferencia

La reflexión a la que nos lleva este texto es que desde el poder es fácil hacer consideraciones sobre todo lo que nos rodea, perdiendo, además, los valores que de verdad importan: la piedad y la compasión. Ante la miseria y la humillación, el poderoso responde con el desprecio, como Dieguito.

Al final, el único objetivo parece ser mantenerse en ese poder y alejarse del “desastre”, distanciándose de todo lo que pueda estar relacionado con la miseria, ya que toda esa miseria les es ajena, no tiene que ver con su mundo.

Paralelismos con la Sociedad Actual

Esa parece ser la relación que existe hoy entre el poder y los que sufren la pobreza, el paro o los desahucios.

Hoy en día, como en épocas anteriores, a quienes tienen poder a menudo solo les preocupa acumular más, sin darse cuenta de que ello conlleva empobrecer a los que ya son pobres.

Además, aparte de creerse ajenos a toda esta pobreza, la tratan con humillación y desprecio. Esto es algo que debería cambiar en nuestra sociedad porque, independientemente de lo pobres o ricos que seamos, no dejamos de ser personas. No somos mejores ni peores por tener más o menos dinero, o simplemente por hacer de nuestras vidas lo que hemos querido hacer de ellas.

El Egoísmo y la Falta de Comunidad

La sociedad siempre ha sido muy egoísta; cada persona mira por sí misma y no por su alrededor, ignorando que somos una comunidad. Los padres crían a sus hijos y les inculcan que deben compartirlo todo, cuando son ellos mismos los que no comparten con su entorno y son egoístas, tanto con el medio ambiente principalmente, como con el resto de personas que nos rodean. Todo el mundo ve, cuando anda por la calle, a personas desahuciadas que por “x” razones se han quedado sin trabajo y sin casa, y casi nadie mueve un dedo por ayudar, ni siquiera se paran a mirar a esa persona. Simplemente la ignoran y siguen su camino hacia su destino.

Llamada a la Igualdad

Todas las personas somos iguales y todas deberíamos tener las mismas oportunidades en la vida.

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