Luces de Bohemia: Un análisis del esperpento valleinclanesco
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Caracterización del esperpento y su reflejo en Luces de Bohemia
El Diccionario de la Real Academia Española ofrece dos acepciones del término esperpento: 1. Persona o cosa notable por su fealdad. 2. Desatino. En 1920, Valle-Inclán lo utiliza por primera vez en el sentido literario que hoy tiene, calificando así a Luces de Bohemia. A partir de esta obra, publica con igual designación Los cuernos de don Friolera, La hija del capitán... Si bien Valle solo aplica este nombre a estas obras, la mayoría de los críticos afirman que la estética esperpéntica aparece en otras. Para Valle, este nuevo término implica la creación de una forma literaria distinta, y muchos críticos coinciden en que el esperpento supone una técnica literaria diferente.
En 1928, el propio autor explicaba que había tres maneras de ver a los personajes: de rodillas, en pie o levantado en el aire. En la primera, el autor ve a sus criaturas como héroes, como en la tragedia griega; en la segunda, los personajes son como los de Shakespeare; en la tercera, la perspectiva que adopta en los esperpentos, los personajes se convierten en muñecos grotescos, seres inferiores al autor, vistos con ironía. Estas afirmaciones, aunque útiles, son insuficientes para explicar la compleja esencia del esperpento, cuyos rasgos más característicos expondremos a continuación, siguiendo los estudios de críticos como Zamora Vicente, José María Álvarez, Juan Bermejo Marcos y Alberto Cardona:
Rebajamiento de la realidad
Se consigue mediante la deformación de los personajes, desprovistos de humanidad y tratados como marionetas. Se observan procesos de animalización, cosificación (convertir a un ser humano en un objeto inanimado) e incluso animación de objetos.
- Personajes como muñecos: Zaratustra es descrito así tres veces.
- Animalización: Don Latino es llamado "perro" dos veces.
- Cosificación: En la escena III, dos amigos son descritos como "sombras en las sombras".
- Animación: El timbre telefónico es un "grillo telefónico que se orina".
Espejos, luces y sombras
A través de ellos se refleja una imagen retorcida y deformante de la realidad, como en el viejo café donde conversan Max Estrella y don Latino.
Lo grotesco como forma de expresión
La realidad se deforma de forma caricaturesca, como en la escena IV donde el policía aparece con un tratamiento épico.
Humor y sátira
Se consiguen a través de la distorsión grotesca de la realidad, la caricatura de los personajes y la utilización de contrastes. Ejemplo: la agonía de Max Estrella en la escena XII.
Lo extraordinario como normal
Los personajes del esperpento son individuos fuera de lo corriente que ocultan bajo una máscara deformadora. El mundo reflejado parece no coincidir con sus verdaderas coordenadas histórico-sociales. En Luces de Bohemia aparecen con sus nombres verdaderos Rubén Darío y Ciro Bayo. Valle hace coincidir en su obra a personajes que existieron en la realidad pero que nunca pudieron coincidir en vida. También presenta personajes con nombre ficticio que representan a personas reales de la historia.
La muerte como personaje fundamental
La muerte tiene una acción niveladora. Varios personajes mueren en la obra, incluyendo Max Estrella, y se sugiere el posible suicidio de la mujer y la hija del protagonista.
Libertad formal
- Uso de la acotación: En Luces de Bohemia, las acotaciones describen a los personajes de forma caricaturesca (ej: Enriqueta la Pisa Bien), dan información sobre la iluminación, y su combinación produce sinestesia, sinécdoque y comparaciones.
- El concepto del tiempo: No sigue un desarrollo lineal.
- El espacio cambiante: Diversas localizaciones.
- Desgarro lingüístico: El esperpento se caracteriza por la deformación idiomática, el uso constante del habla popular, que se cruza con la dirección culta y modernista. Se utilizan madrileñismos ("colgar" en vez de "empeñar"), expresiones arrabaleras ("coger a uno de pipi"), léxico callejero ("menopea", "peseta"), vocablos del caló ("dar mule", "matar") y creaciones latinas burlescas, junto con cultismos ("por veces" en vez de "a veces").