Literatura Vasca en el Siglo XVIII: Auge y Figuras Clave
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Introducción: La producción de libros en el País Vasco experimentó una notable diferencia entre el norte y el sur durante el siglo XVIII. Este siglo marcó un período de menor actividad en comparación con los dos siglos anteriores, especialmente en el sur.
Inicialmente, las primeras décadas del siglo XVIII mostraron una relativa lentitud en la literatura vasca. Sin embargo, la situación cambió con la figura de Manuel Larramendi, un jesuita que influyó en sus contemporáneos a través de su trabajo en la lengua vasca. Entre sus discípulos, A. Kardaberaz y S. Mendiburu destacaron como escritores prolíficos de mediados del siglo XIX, siendo autores de la mayoría de los libros publicados en ese período.
Tras la muerte de Larramendi en 1766 y la expulsión de los jesuitas al año siguiente, la producción literaria en euskera disminuyó hasta el final del siglo.
Manuel Larramendi (1690-1766)
Manuel Larramendi, nacido en Andoain, fue una figura destacada del siglo XVIII. Tras estudiar en la Compañía de Jesús en Valencia, Salamanca y Valladolid, ejerció como maestro y confesor de la viuda del rey Carlos II en Bayona durante tres años (1730-1733). Posteriormente, se estableció en Loyola, donde se dedicó a la investigación y consultoría, abordando problemas y conflictos en la región de Guipúzcoa.
Larramendi fue un erudito exigente y prolífico, especialmente en el estudio de la lengua vasca. Su principal objetivo fue defender y promover el euskera, buscando minimizar la vergüenza que algunos sentían por su idioma y fomentar su uso. Sus obras abarcaron temas históricos, políticos y autobiográficos. Entre sus trabajos más destacados se encuentran:
La universalidad del Bascuence antigüedady en España (1728)
Esta obra es una apasionada defensa del euskera, refutando las críticas y ataques que se hacían a la lengua en ese momento. Larramendi se basa en la filología y la historia, argumentando que el euskera es una lengua antigua, descendiente de la confusión de lenguas de Babel, y que en el pasado se extendió por toda la Península Ibérica.
El Vencido Imposible. Arte de la Lengua Bascongada (1729)
Esta obra es la primera gramática vasca, un desafío a la creencia de que el euskera no se adaptaba a las reglas gramaticales. Larramendi demuestra con su trabajo que el euskera es una lengua con su propia estructura y reglas.