Literatura Griega Clásica y Filosofía de Marx: Épica, Lírica, Teatro, Historiografía, Oratoria y Alienación

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La Literatura Griega Clásica: Un Legado Imperecedero

Épica (Siglos VIII-V a.C.)

La épica se define como una composición extensa de carácter narrativo, en un número indeterminado de versos sin división estrófica, que relata las hazañas de uno o varios héroes. Se caracteriza por:

  • Poesía oral.
  • Temas relacionados con mitos, leyendas, historias o cuentos populares.
  • Narrador omnisciente.
  • Verso hexámetro dactílico.
  • Estilo con símiles y comparaciones.

Autores y obras destacadas:

  • Homero: Ilíada, Odisea.
  • Hesíodo: Teogonía, Trabajos y días.

Lírica (Siglos VII-V a.C.)

La lírica es una composición poética que expresa los sentimientos del poeta. Su nombre deriva del instrumento musical, la lira. Se distinguen dos tipos:

  • Lírica monódica: Cantada por un solista en banquetes o fiestas de grupos cerrados. Autores: Alceo y Safo.
  • Lírica coral: Cantada por un coro en festivales religiosos o grandes acontecimientos familiares. Autores: Píndaro y Baquílides (Olímpicas, Ístmicas).

Características de la lírica:

  • Poesía acompañada de música y danzas.
  • Temas del presente.
  • El autor siente como suyo el poema.
  • Métrica variada con divisiones estróficas.
  • Dialectos variados según el poeta y la composición.

Teatro (Siglos VI-IV a.C.)

El teatro es una composición poética que cuenta una historia a través de la acción de los personajes. Es una síntesis de la épica y la lírica. Se divide en:

  • Tragedia: Presentación dramática y lírica de una acción tomada de la leyenda heroica, que implica acontecimientos de cierta magnitud. Características:

    • Carácter religioso.
    • Temas tomados de leyendas míticas del pasado heroico.
    • Personajes alejados del hombre cotidiano, son mitológicos.
    • Coro fundamental que subraya la acción.
    • Lenguaje y estilo refinados.

    Autores y obras destacadas: Sófocles (Edipo Rey, Antígona), Eurípides (Medea, Bacantes).

  • Comedia: Presentación dramática y lírica de tema cómico, cuya intención era divertir y presentar críticas de comportamientos humanos. Características:

    • Carácter festivo.
    • Temas actuales.
    • Personajes sacados de la vida cotidiana.
    • Lenguaje vulgar u obsceno, sexual.

    Autores y obras destacadas: Aristófanes (Lisístrata, Nubes), Menandro (El misántropo).

Historiografía (Siglos V-IV a.C.)

La historiografía es una composición en prosa que relata hechos históricos. Es una transformación racional de la épica. Se escribe en dialecto jónico.

Autores y obras destacadas:

  • Heródoto: Historias.
  • Tucídides: Historia de la Guerra del Peloponeso.
  • Jenofonte: Helénicas.

Oratoria (Siglos V-IV a.C.)

La oratoria es una composición en prosa que consiste en un discurso que pretende persuadir. Se utiliza el dialecto jónico.

Autores y obras destacadas:

  • Lisias: Discurso contra Eratóstenes.
  • Demóstenes: Filípicas.

La Filosofía de Karl Marx y el Concepto de Alienación

Karl Marx (siglo XIX) planteó la unión de teoría y praxis (acción revolucionaria) con el fin de transformar el mundo. Defendió que las ideologías, por medio de las cuales los hombres se comprenden a sí mismos y al mundo que les rodea, así como las instituciones sociales (superestructura), están condicionadas por la base económica de la sociedad (infraestructura). Por eso, el hombre solo podrá realizarse plenamente en una sociedad verdaderamente justa, racional y libre.

Para Marx, el hombre es un ser natural (material y sensorial), esencialmente activo, cuyas necesidades se satisfacen mediante el trabajo. Según Marx, “la esencia del hombre surge del trabajo”. Gracias al trabajo, el hombre se apropia de la naturaleza, la humaniza y se realiza a sí mismo plenamente. De este modo, el trabajo implica una doble relación: una natural (del hombre con la naturaleza) y otra social. No es que el hombre sea “social por naturaleza”, sino que solo se hace humano en sociedad. El lenguaje, la conciencia y el mismo pensamiento surgen del trabajo.

Sin embargo, si atendemos a las relaciones de producción capitalistas, comprobaremos cómo en el trabajo el hombre contradice su propia esencia, una situación que recibe en el pensamiento de Marx el nombre de “alienación”.

La alienación es el proceso mediante el cual una persona o grupo social es desposeído de algo que le pertenece, generando en ellos una “falsa conciencia” o interpretación distorsionada de la realidad. Según nuestro autor, la fuente primaria y el origen de toda alienación es de tipo económico, dado que son las condiciones materiales de la infraestructura económica y social las que determinan las ideas y construcciones mentales de la superestructura ideológica.

En la sociedad capitalista, el trabajo es un trabajo alienado, dado que el hombre no se apropia de la naturaleza, ni puede humanizarla, quedando convertido él mismo en un mero objeto o “mercancía” que se compra y se vende a cambio de un salario. La superestructura ideológica tiende a legitimar (justificar) la alienación económica, por lo que ésta se convierte en el origen y la fuente de toda otra alienación, ya sea social, política, jurídica, filosófica o religiosa.

En este sentido, el trabajo alienado divide a la sociedad en clases (los poseedores y los desposeídos), dando lugar a una sociedad escindida (alienación social) y a la existencia de un Estado que ampara y legitima (mediante el Derecho y la violencia) las desigualdades sociales nacidas del trabajo (alienación política y jurídica). Incluso la religión y la misma filosofía sirven para salvaguardar los intereses de la clase dominante. Para Marx, la religión es “el opio del pueblo”: una mera ideología que persigue adormecer la praxis revolucionaria, ofreciendo “consuelo” en un más allá ilusorio que nos permita olvidar las situaciones de injusticia.

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