Literatura Española del Siglo XVIII: Ensayo y Teatro Ilustrado
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Literatura Española del Siglo XVIII: Ensayo y Teatro
En general, la literatura del siglo XVIII se utilizó como medio de difusión de los temas e ideas de la Ilustración. Se introdujeron nuevos géneros literarios, como el ensayo y el artículo periodístico. La intención de gran parte de la literatura (novela, poesía o teatro) era 'enseñar deleitando'.
Características del Racionalismo o Clasicismo en la Literatura del Siglo XVIII
Las características de la literatura de esta época, conocida como Racionalismo o Clasicismo, son:
- El culto a la razón y al buen gusto, lo que obliga a la verosimilitud y la mesura. Se rechaza lo fantástico, lo misterioso, lo exagerado, lo poco natural y la expresión del sentimiento.
- El sentido de la utilidad. La literatura ha de perseguir una finalidad educativa, de ahí el componente moralizador, satírico o didáctico que encierran todas las obras.
- Los ilustrados son reformistas, no revolucionarios. Propugnan una reforma continua, centrada fundamentalmente en dos temas: la economía y la educación.
- El carácter aristocrático. El arte se gesta en los salones de la nobleza y de ahí se irradia al pueblo.
Períodos de la Literatura Española del Siglo XVIII
Se distinguen tres épocas en la literatura española de este siglo:
- Postbarroquismo (hasta 1750, aproximadamente): Pretendida continuación del arte barroco, reducido a puro formalismo, cuyos rasgos dominantes son la despreocupación moral, el capricho y la galantería.
- Neoclasicismo (hasta fin de siglo): Seguimiento de las normas estéticas del neoclasicismo francés:
- Las reglas de las tres unidades en el teatro.
- Cultivo de una literatura didáctica y crítica.
- Predominio de lo racional sobre lo sentimental, de lo verosímil, y rechazo de lo fantástico e imaginativo.
- La literatura, como todo arte, tiene una finalidad didáctica.
- Naturalidad en la expresión y abandono de excesos y artificios barrocos.
- Buen gusto (rechazo de lo desagradable o vulgar).
- Separación radical de los géneros literarios.
- Uniformidad y adecuación en el estilo (no mezclan verso y prosa, y rechazan la polimetría).
Escritores destacados: Jovellanos, Cadalso y Moratín.
- Prerromanticismo (fin de siglo):
- Abandono de las reglas clásicas.
- Predominio del sentimiento sobre la razón.
- Temas emotivos/sentimentales.
Escritores destacados: Cadalso (Noches lúgubres), Cienfuegos, Quintana y Lista.
El Ensayo en el Siglo XVIII
El ensayo fue el género literario que mejor se acomodaba a los propósitos de los escritores ilustrados. Conscientes de la decadencia del país, se dedicaron al análisis de sus orígenes y síntomas, y a la elaboración de proyectos que le pusieran remedio. Muchos intervinieron directamente en el gobierno y concibieron la literatura como un medio para sus propósitos, y no como un fin en sí misma.
Temas de Interés de los Ilustrados
Varios asuntos merecieron la atención de los ilustrados:
- La decadencia del país: Tema preferente en la primera mitad del siglo. Al análisis de causas y posibles soluciones, y al estado de postración de España dedicaron muchos escritos.
- La educación: Instrumento para remediar los males de la sociedad. La educación liberaría a los ciudadanos de prejuicios y costumbres perniciosas; los obligaría a abandonar las actitudes derrotistas y los convertiría en personas instruidas, capaces de asimilar los nuevos conocimientos técnico-científicos que el país necesitaba para progresar. Denunciaron la inutilidad de la filosofía tradicional, la acusaban de no basarse en principios lógicos y de no haber comprendido la importancia del método experimental. Criticaron tanto la cultura basada solo en la erudición como la valoración de todo lo vulgar.
- La función social de la mujer: Los ilustrados contribuyeron a revalorizar la función social de la mujer. Aunque nunca llegaron a propugnar una igualdad entre ambos sexos, reclamaron para ella un papel más activo en la sociedad. Defendieron su derecho al estudio, al trabajo y a casarse por voluntad propia frente a la autoridad paterna.
- La dignificación del trabajo: En una sociedad donde se consideraba deshonroso el trabajo manual, dedicaron enormes esfuerzos a combatir tales actitudes que empobrecían el país. Criticaron a las clases ociosas y reivindicaron la dignidad de las labores manuales (sastre, herrero, etc.).
- La religión: Mantuvieron una actitud moderada. Se confesaron católicos, pero mostraron su desacuerdo con la autoridad eclesiástica, el poco rigor de la vida conventual, el excesivo número de frailes y la superchería religiosa. Invocaron unas vivencias religiosas más íntimas y austeras, basadas en la amistad y el bien común. El tribunal de la Inquisición no escapó a sus críticas.