Literatura española de posguerra: contexto, características y autores
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Literatura española de posguerra
Contexto histórico y social
Los escritores de posguerra rechazaron mayoritariamente el concepto de arte puro que tanto éxito había tenido entre los artistas vanguardistas de los años veinte y treinta. España había salido de una guerra civil y para los nuevos escritores la literatura no podía ser un mero juego formal, sino que debía dar una respuesta a la desoladora realidad que se vivía en el país. Esta imperiosa necesidad hizo que las obras literarias de posguerra estuvieran llenas de contenidos humanos, como la angustia existencial, la denuncia de las injusticias, la solidaridad o la experiencia íntima y personal que un escritor comprometido con su tiempo podía elaborar en el contexto de una dictadura. Por eso se dice que gran parte de la literatura del periodo que vamos a estudiar estuvo a la altura de las circunstancias.
La censura
Las autoridades franquistas limitaron la libertad de expresión de los escritores. Para poder comunicar sus ideas, muchos recurrieron a los símbolos, a las alegorías y a una complicidad con los lectores, que debían leer entre líneas. Hubo censura previa hasta 1966. A partir de este año, la nueva ley de prensa facultaba a las autoridades a actuar después de la publicación de la obra. La década de los cuarenta fue el periodo más represivo de la dictadura.
La literatura como reflejo del descontento
Ante la imposibilidad de expresar la oposición ideológica al régimen, los escritores mostraron su descontento sin asociarlo directamente a la situación social y política que se vivía, sino a la condición humana, sujeta siempre a las miserias del dolor, la angustia, la muerte o lo absurdo de la vida. Lo que en el fondo era un problema político se transformó en desesperación y angustia existencial.
A la muerte de los grandes escritores anteriores a 1936, como Unamuno, Valle-Inclán o García Lorca, hay que añadir el exilio de otros. Esto supuso una ruptura traumática con la literatura anterior a la guerra.
La apertura del régimen al final de los cincuenta, aunque fue limitada, posibilitó que los escritores ofrecieran en sus obras un testimonio directo y realista denunciando la injusticia social y la falta de libertad en el país. De esta forma surgió la figura del escritor comprometido y el concepto de literatura como un arma de lucha política contra el franquismo.
La canción protesta
Durante los años setenta surgieron cantantes comprometidos, como Joan Manuel Serrat y Paco Ibáñez. Aparte de la canción protesta, popularizaron poemas de Antonio Machado, Miguel Hernández, Gabriel Celaya y Blas de Otero, entre otros.
El régimen franquista superó el aislamiento internacional y se fortaleció. Muchos escritores dedujeron entonces que la literatura de contenido político no era eficaz para luchar contra la dictadura y optaron por hacer una literatura intimista.
La novela social de los 50
A pesar de que toparon con la censura, los novelistas de los años cincuenta dieron testimonio y denunciaron la realidad social y política que se vivía en España durante la dictadura. Estas novelas cumplieron una función informativa, dado que reflejaban una situación social y económica que la prensa oficial ocultaba.
Se distinguen tres tipos de novela social, dependiendo del enfoque ideológico y el estilo literario empleados por el autor:
- Novela precursora: como La colmena de Camilo José Cela, donde el autor se limita a dar testimonio de la sociedad. La crueldad con los débiles y la falta de valores éticos que se respiran en esta novela se achacan a la condición humana en general, sin que se denuncie el régimen franquista como causa directa. Tenía un lenguaje muy elaborado literariamente.
- Novela comprometida: neorrealismo: como El Jarama de Rafael Sánchez Ferlosio. El autor adopta un enfoque crítico ante las repercusiones negativas de la dictadura en la vida cotidiana (plano existencial). Esta crítica, que se inspira en valores democráticos y éticos universales, no se hace explícita, sino que la extrae el lector. En este tipo, el autor logra un equilibrio entre la forma y el fondo.
- Novela comprometida de realismo social: como Dos días de septiembre de Caballero Bonald. La novela tendenciosa o política hace una denuncia del capitalismo y la dictadura desde la perspectiva marxista, según la cual la literatura es un arma para concienciar al lector en la lucha de clases y contra el franquismo.
Elegía
1-8: tristeza y dolor (x doler me duele hasta el aliento)
9-11: rabia/no aceptación de la muerte/rebelión contra la muerte (no hay extensión más grande que mi herida)
12-16: aceptación de la muerte y de otra existencia (la alma con la que va a hablar)
Partes = distintas emociones que pasa por la muerte de su amigo