Literatura Argentina: Reflexiones sobre El Matadero, El Fin y la Vanguardia

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El Matadero de Esteban Echeverría: Un Reflejo de la Identidad Nacional

Como bien señala Noé Jitrik: "El valor de El matadero de Echeverría radica en el hecho de que muestra la problemática que fundó la literatura argentina, en la que comienza a perfilarse la identidad nacional como una lucha de opuestos. Es la alegoría de una historia encontrada, dividida en dos".

En efecto, El matadero de Esteban Echeverría es una obra fundamental para comprender los cimientos de la literatura argentina. La novela expone la dicotomía que marcó la construcción de la identidad nacional, representada por la lucha entre unitarios y federales. La obra es un fiel reflejo de la realidad política y social de la época, encarnada en la figura de Juan Manuel de Rosas, líder de los federales. El matadero, como espacio simbólico, representa la violencia y la confrontación entre estos dos grupos antagónicos. Es una alegoría, una ficción que, sin embargo, refleja con crudeza la realidad de una nación dividida.

El Fin de Jorge Luis Borges: Intertextualidad y Reescritura

Analicemos "El fin" de Jorge Luis Borges a la luz del concepto de intertextualidad propuesto por Gérard Genette, quien afirma: "La literatura es, sobre todo y siempre, 'reescritura' que enlaza con una tradición de textos ya dados y se desarrolla en un diálogo infinito con lo ya existente".

Borges, en su cuento, reinterpreta y reescribe el final del Martín Fierro, el extenso poema de José Hernández. Al titular su obra "El fin", Borges sugiere una continuación, un nuevo desenlace para la historia del gaucho. De esta manera, se establece un diálogo intertextual con la obra de Hernández, en el que Borges no solo rinde homenaje, sino que también propone una nueva perspectiva sobre el destino de Fierro.

La Vanguardia de Oliverio Girondo según Beatriz Sarlo

Beatriz Sarlo, reconocida crítica literaria, cultural y ensayista, ofrece una interesante perspectiva sobre la obra de Oliverio Girondo, poeta vanguardista. Según Sarlo, Girondo busca distanciarse de los poetas que "sienten", "expresan" o "imaginan", ya que estos hacen pasar el mundo a través del filtro de un yo lírico que él prefiere evitar.

Para Girondo, la ausencia del yo lírico libera a la literatura del sentimentalismo, el recuerdo, la nostalgia, el pasado, la tradición y la historia. El valor de la obra reside en la novedad, y los procedimientos poéticos se centran en la percepción. En lugar de "mundos interiores", Girondo propone superficies, imágenes captadas por el poeta en la escena urbana. Cuando utiliza el pronombre "yo", las líneas siguientes se conjugan con los demás pronombres, hasta llegar a "ellos". El verbo que estos pronombres conjugan es "no saber". En lugar de saber, se palpa, se oye, se huele, se percibe. La relación con las cosas no es de propiedad ni de apropiación. Esta operación desacralizadora también se extiende al arte.

Ricardo Piglia: El Matadero y Facundo, Dos Caras de la Misma Moneda

Ricardo Piglia, en su ensayo sobre Echeverría, sostiene que la historia argentina comienza dos veces: en El Matadero y en la primera parte de Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento. Ambos textos, según Piglia, narran una escena fundacional de violencia, un doble origen para una misma historia.

El Matadero, sin embargo, presenta una visión paranoica y alucinante de la confrontación entre unitarios y federales. A diferencia de Facundo, donde el unitario huye y se exilia, en El Matadero el unitario se adentra en el territorio enemigo, en los suburbios. Piglia destaca que El Matadero es pura ficción, a diferencia de Facundo. Y es precisamente esa condición ficcional la que le permitió a Echeverría dar voz a los bárbaros, a los federales, y mostrar su mundo desde adentro.

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