Lírica petrarquista renacentista y barroca
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Lírica petrarquista renacentista. Garcilaso de Vega es el máximo representante de los caballeros poetas de la lírica española. Aunque su obra no es extensa, fue considerada entre sus contemporáneos un modelo clásico. Su producción está compuesta por tres églogas, dos elegías, una epístola, cinco canciones, cuarenta sonetos, tres odas en latín y un grupo de poesías cancioneriles. El conjunto de sonetos garcilasistas es muy homogéneo. Los más destacados son los de cuño petrarquista. En ellos predomina el tema amoroso, el lamento por la ausencia, los celos o la muerte de la amada, y el tono elegíaco, atormentado por el desdén de la dama y con continuas alusiones a fábulas mitológicas, expresado todo ello en cuidados endecasílabos y con abundantes figuras literarias como metáforas, símiles, antítesis, epítetos, aliteraciones...
Lírica petrarquista barroca. Lope de Vega y Quevedo, la poesía petrarquista evolucionó en la segunda mitad del siglo XVI. Poetas como Lope de Vega y Francisco de Quevedo continuaron ahondando en este modelo literario, fundamentalmente a través del soneto amoroso. Lope organizó su producción en un canzoniere, Quevedo utilizó un lenguaje sensorial basado en la contemplación visual de la hermosura de la amada que se muestra desdeñosa. Mientras el primero gustó del uso de enumeraciones y la cercanía de lo biográfico, Quevedo se sirvió de antítesis, contrastes, hipérboles y metáforas en las que se indagan analogías entre lo próximo y lo lejano, el microcosmos y el macrocosmos.
Lírica religiosa
En la segunda mitad del siglo XVI se fue imponiendo una lírica religiosa que vertía a lo divino, es decir con fines espirituales, las formas y contenidos tanto en la lírica tradicional y cancioneril como la de los metros italianos. Ejemplos de esta nueva tendencia son las obras señeras de San Juan de la Cruz y Luis de León.
Fray Luis de León abarca tanto la producción en prosa no ficcional como en verso, así también una amplia labor traductora de textos bíblicos en consonancia con su profunda formación y conocimiento de las lenguas bíblicas. Su obra fue publicada en 1631 y comprende un total de veintitrés poemas en los que predomina el endecasílabo y el heptasílabo y la modalidad estrófica de la lira, agrupadas en odas. Dámaso Alonso clasificó esta producción en tres grandes grupos temáticos:
- Poesía ocasional, religiosa y patriótica.
- Poesía en los que predomina lo autobiográfico y la expresión de su experiencia carcelaria.
- Poemas en los que expresa su anhelo de una paz pastoril y celestial.
San Juan de la Cruz. Su producción poética, breve, se puede dividir en dos grandes grupos: Obras mayores y menores. Estas últimas vierten a lo divino canciones tradicionales. Las obras mayores comprenden tres poemas que recogen las experiencias místicas de San Juan: Noche oscura, que es el cántico espiritual, y Llama de amor viva. La noche oscura está compuesta de ocho liras que corresponden a las tres etapas de su vida espiritual cristiana: vía purgativa, iluminativa y unitiva. El cántico espiritual se compone de cuarenta liras que se presentan como un diálogo entre dos personajes simbólicos, la Esposa y el Esposo. Finalmente, Llama de amor viva está compuesta por cuatro estrofas de seis versos. Es un poema centrado en el júbilo de la unión mística donde la exaltación amorosa se describe a través de los juegos de antítesis y las expresiones exclamativas.