La lírica italianizante y el petrarquismo: características y subgéneros

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La lírica italianizante y el petrarquismo

En 1526 se entrevistan en Granada Juan Boscán y Andrea Navagero, poeta y embajador de Venecia, quien anima a Boscán a escribir poesía en metros italianos.

Boscán y Garcilaso de la Vega emprenden juntos esta tarea, pero será Garcilaso el artífice de la gran renovación de la poesía castellana.

La revolución poética fraguada por Garcilaso, que adopta como modelo a Petrarca y recibe la influencia de la Antigüedad grecolatina, conlleva fundamentalmente una renovación de contenido, métrica y estilo. Dicha renovación no hubiera sido posible sin la adopción de los nuevos metros italianos (el endecasílabo y el heptasílabo), y estrofas como el soneto.

Estas son las características y los rasgos más importantes de este tipo de lírica:

  • Temas. Amor, naturaleza y mitología son los ejes centrales de la lírica italianizante:
    • El amor: de concepción petrarquista (amor no correspondido, sufrimiento...) y platónica (idealización de la amada cuya contemplación remite a la divinidad). La amada se presenta como un ser inaccesible cuya ausencia causa el desaliento y la angustia del poeta.
    • La naturaleza, remanso de paz y armonía, está descrita en todo su esplendor. Es a un tiempo reflejo de la belleza divina y espacio predilecto para el amor.
    • Los mitos grecolatinos se incorporan ya sea por su valor simbólico (representan a las fuerzas de la naturaleza) y ornamental, o para describir las experiencias amorosas del poeta. Su referente es Las metamorfosis, de Ovidio.
  • Tópicos. Los tópicos usados por los poetas son también de raíces clásicas: el carpe diem, el collige, virgo, rosas, la descriptio puellae, el locus amoenus y el beatus ille.
  • Subgéneros. La imitación grecolatina comporta la asimilación y recuperación de subgéneros líricos clásicos como la égloga, la elegía, la epístola y la oda.
  • Lenguaje. El lenguaje poético tiende a la naturalidad y se hace más rico y expresivo. Se emplea un estilo culto.
  • Métrica. Empleo de los versos endecasílabo y el heptasílabo.



Garcilaso de la Vega

Nació en Toledo en 1501. Representa el ideal de hombre renacentista: de armas y de letras, soldado y poeta. En 1520 entra al servicio del emperador Carlos V, a cuyo lado lucha en varias batallas. En 1525 se casa con Elena de Zúñiga, pero su gran amor será Isabel Freyre, destinataria de gran parte de sus versos. En Nápoles se relaciona con poetas y humanistas, y esta estancia en Italia es capital para el desarrollo de su obra. En 1536 falleció en el asalto a una fortaleza.

Garcilaso de la Vega adaptó los metros y temas importados de Italia, incorporando de forma definitiva la lírica petrarquista a nuestra literatura. Alcanzó fama y se convirtió tempranamente en un modelo para los poetas de su generación y de la posterior.

Su obra se publicó por primera vez en 1543, y aparece de forma póstuma junto a las obras de su amigo Juan Boscán.

Su breve producción poética contrasta con la envergadura que adquirió su figura. Aparte de treinta y ocho sonetos y tres églogas, su obra la componen:

  • Ocho coplas octosilábicas
  • Una epístola en versos libres
  • Dos elegías, una de temática amorosa dirigida a Boscán; y otra, de tono fúnebre, al duque de Alba tras el fallecimiento de su hermano.
  • Cinco canciones, entre las que se encuentra la «Oda a la flor de Gnido», que es la primera obra castellana escrita en liras*.(oda para obtener los favores de una dama desdeñosa de la que se había enamorado un amigo)

* Lira: Estrofa que combina versos heptasílabos y endecasílabos.

Los sonetos

Soneto: Composición poética formada por catorce versos de arte mayor, generalmente endecasílabos, y rima consonante, que se distribuyen en dos cuartetos y dos tercetos.

Los sonetos de Garcilaso tratan de forma casi exclusiva el amor. En ellos se exploran las diversas manifestaciones de la experiencia amorosa: contemplación y divinización de la amada, sufrimiento, ausencia o recuerdo de la amada, amada inmisericorde y cruel, dolor ante la pérdida, o los celos.

La mitología también se convierte en materia poética, siempre al servicio de la temática amorosa. Como ejemplo de amores desdichados, Garcilaso actualiza el mito de Apolo y Dafne*, entre otros; también presenta a Faetón e Ícaro como encarnación de los peligros del loco deseo (pasión amorosa irrefrenable, en el caso del poeta); se compara con Orfeo; o erige en destinatarias de sus penas amorosas a las ninfas.

* Apolo, dios de las artes y la música en la mitología griega, se enamoró perdidamente de Dafne a causa de una flecha de oro disparada por Eros.



Las églogas

Égloga: Subgénero de la lírica, procedente de la antigüedad clásica, protagonizado por pastores en una naturaleza idealizada (locus amoenus)

Representan lo más perfecto de su poesía y muestran una magistral conjunción de petrarquismo y clasicismo, de introspección y descripción idealizada del paisaje.

Égloga I. Ofrece los lamentos de dos pastores, Salicio y Nemoroso. El primero, despechado por su dama, llora el desdén y la infidelidad de Galatea; el segundo, con honda ternura, lamenta la pérdida de su amada Elisa. Está escrita en estancias*.

*Estancia: Estrofa de origen italiano compuesta de versos heptasílabos y endecasílabos.

Égloga II. El poema, que tiene como núcleo central el amor no correspondido y desdichado del pastor Albanio, recoge, además, un elogio de la casa de Alba. Combina los tercetos y las estancias.

Égloga III. Se ambienta en un paraje idílico a orillas del río Tajo donde varias ninfas se reúnen para bordar tapices con escenas mitológicas de amores trágicos .



Miguel de Cervantes

Biografía

Miguel de Cervantes Saavedra nace en 1547, en Alcalá de Henares. Su vida transcurre bajo los reinados de Carlos I (1517-1556), Felipe II (1556-1598) y Felipe III (1598-1621). Su infancia coincide con los días más gloriosos de la política imperial (hegemonía española, conquista de América...).

A su etapa de madurez corresponde la decadencia del imperio: Felipe III delega el gobierno en manos de los validos, aumentan la inflación y la corrupción, se agravan las condiciones de vida del pueblo (hambre, mendicidad...). Esta situación política, económica y social contrasta con la riqueza cultural: las letras y las artes españolas viven sus momentos más brillantes y creativos (pintura, arquitectura, literatura...).

La trayectoria vital de Cervantes está condicionada por el cautiverio que padece durante cinco años en Argel. Por ello, en su biografía se establecen dos etapas, que van del idealismo renacentista a la frustración barroca. Su vida parece discurrir paralela a la suerte del imperio.

Participó en la batalla de Lepanto, dando muestras de un extraordinario heroísmo. A consecuencia de un disparo pierde la movilidad de la mano izquierda. Tras recuperarse de sus heridas, vuelve a combatir. En 1575 emprende el regreso a España, pero durante el trayecto, la galera en la que viajan Cervantes y su hermano es asaltada por turcos. Estarán cinco años prisioneros en Argel. Cervantes intenta escapar hasta cuatro veces, pero todas fallidas; no recobra la libertad hasta 1580, cuando los frailes trinitarios consiguen rescatarlo mediante el pago de quinientos escudos. Los sufrimientos y las adversidades del cautiverio dejan profunda huella en el autor y se convertirán en materia de muchas de sus obras. Aquí concluye la etapa militar del escritor.

En 1587 se instala en Sevilla como comisario encargado de la provisión de víveres para la Armada Invencible. Trabaja también como recaudador de impuestos. Este cargo le hace viajar por Andalucía y conocer a sus gentes. Comienzan los años más ingratos y difíciles de su vida: estrecheces económicas, nuevos problemas con la justicia, excomunión y varios ingresos en prisión. En una de estas estancias diseñó y planificó su obra maestra, el Quijote.

En 1604 se asienta en la corte, que por aquel entonces estaba en Valladolid. La publicación y éxito de la primera parte del Quijote (1605) se ve empañada por un nuevo encarcelamiento del autor. Un hombre es asesinado en la puerta de su casa, y su familia, incluido el escritor, es conducida a prisión. Pronto se esclarecen los hechos y son puestos en libertad.

En 1606 vuelve a Madrid. Bajo la protección del arzobispo de Toledo y del conde de Lemos, se consagra por completo a la actividad literaria. Es el momento de mayor productividad del autor: se imprimen sus Novelas ejemplares (1613), el Viaje del Parnaso (1614), las Ocho comedias y ocho entremeses (1615), la segunda parte del Quijote (1615); y poco antes de morir termina Los trabajos de Persiles y Sigismunda.

Falleció en Madrid el 23 de abril de 1616.



Narrativa

Cervantes no solo es uno de los mejores novelistas de todos los tiempos, sino también uno de los grandes maestros de la literatura universal. Con el Quijote, además, se convierte en el creador de la novela moderna.

Cervantes asimiló y cultivó todos los géneros narrativos del momento (pastoril, bizantino, picaresco, novela corta, morisca, novela de caballerías, sentimental), sometiéndolos a su personal teoría narrativa y abriendo caminos a la novela posterior.

Las obras narrativas de Cervantes (el Quijote, de 1605; Novelas ejemplares, de 1613; segunda parte del Quijote, de 1615; y Los trabajos de Persiles y Sigismunda, de 1617), fueron escritas en su madurez, salvo La Galatea, que es el primer libro del autor (1585).

La Galatea

La Galatea es una novela pastoril dividida en seis libros. La obra, que está ambientada en las riberas del Tajo, narra los amores de Elicio y Galatea. Cervantes se atiene a los rasgos temáticos y estructurales del género (pastores refinados, desengaño amoroso, filosofía neoplatónica, naturaleza idealizada, composiciones poéticas engarzadas...), pero supera a sus predecesores al dotar a la novela de un mayor realismo.

Los trabajos de Persiles y Sigismunda

Los trabajos de Persiles y Sigismunda, última obra cervantina, se publica después de su muerte. Se trata de una novela bizantina que combina el amor casto y puro de la pareja protagonista, los príncipes Persiles y Sigismunda, con una serie de aventuras y peligros (naufragios, raptos, prisiones, piratería, persecuciones...) que deben sortear para llegar a Roma, encontrarse y contraer matrimonio.

Las Novelas ejemplares

Cervantes es el primer autor que emplea el término novela para referirse a un relato literario de corta extensión («yo soy el primero que he novelado en lengua castellana», escribe en el prólogo) y el primero en crear obras originales. Hasta la fecha, las narraciones breves (denominadas cuentos, apólogos o patrañas) eran traducciones o versiones de autores italianos o de cuentos tradicionales.

Clasificación:

Las doce novelas ejemplares muestran una notoria variedad de asuntos y temas, así como una hibridación de géneros.

Sus mejores piezas son:

Rinconete y Cortadillo. De ambiente picaresco, en la que dos jóvenes ladronzuelos viajan desde el centro de la Península hasta Sevilla. Allí ingresan en una cofradía de maleantes, donde se negocia todo el crimen de la ciudad. Sobresale la recreación del mundo del hampa sevillano.

El coloquio de los perros. Dos perros, que durante una sola noche poseen la facultad de hablar, denuncian la corrupción de la sociedad. Aparece el tema del engaño y el desengaño. En esta novela se recrea el tópico del mundo al revés.

El licenciado Vidriera. Esta novela narra la historia de un hombre que cae en la locura de creerse de vidrio y decir las verdades a todo aquel que se le aproxima.



El Quijote

Publicación

La primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha se publica en 1605. Su éxito fue inmediato: se realizaron numerosas ediciones, algunas piratas; se tradujo al inglés y al francés; y hubo incluso una continuación apócrifa, que apremió a Cervantes a redactar la segunda parte, publicada en 1615, bajo el título Segunda parte del ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.

Intención y sentido

La intención de Cervantes era ridiculizar los libros de caballerías («poner en aborrecimiento de los hombres las fingidas y disparatadas historias de los libros de caballerías» (II, cap. LXXIV).

El Quijote fue concebido como una parodia de los libros de caballerías: el héroe de alta nobleza, joven y virtuoso, es sustituido por un hidalgo cincuentón y sin juicio de tanto leer; el escudero, por un campesino; la noble y hermosa dama a la que sirve el caballero, por una tosca aldeana; el ambiente idealizado, fabuloso y exótico del mundo caballeresco (magos, gigantes, dragones...), por la realidad de la España de los siglos xvi y xvii. Así fue entendido por los lectores de la época.

Se ha señalado también la posibilidad de que Cervantes concibiera el Quijote como una novela corta y se inspirara en un entremés del siglo xvi de autor anónimo titulado Entremés de los romances, protagonizado por un labrador que enloquece al leer el Romancero y decide imitar a los héroes de los romances. Esta teoría se basa en la unidad de los seis primeros capítulos del libro (primera salida de don Quijote). Cervantes, viendo las posibilidades de la historia, desarrollaría la obra incorporando a Sancho, personaje que da la réplica al caballero andante.

El falso Quijote de Avellaneda

En 1614 se publica en Tarragona una continuación apócrifa de la obra, atribuida a Alonso Fernández de Avellaneda, seudónimo bajo el que se esconde el verdadero autor, cuya identidad aún no se ha esclarecido. Se ha señalado la posibilidad de que fuera un autor del círculo de Lope de Vega.

Por este motivo, en la segunda parte del Quijote, hay capítulos en los que Cervantes alude al Quijote apócrifo, lanzando críticas contra Avellaneda y reivindicando la autenticidad de su obra, historia y personajes.

Estructura, argumento y relatos intercalados

La primera parte de la novela relata las dos primeras salidas de don Quijote y consta de cincuenta y dos capítulos; la segunda, donde se narra la tercera y última salida del personaje, la conforman setenta y cuatro capítulos.

Primera parte

Primera salida (capítulos 1-6). Alonso Quijano, hidalgo manchego, pierde el juicio por leer libros de caballerías y decide hacerse caballero andante para restablecer como ellos el orden y la justicia en el mundo. Toma unas armas viejas, elige para sí y para su rocín nombres sonoros (don Quijote de la Mancha y Rocinante) y crea una amada ideal (Dulcinea del Toboso). Esta primera salida la realiza solo

Segunda salida (capítulos 7-52). Don Quijote convence a Sancho, un simple labrador, para que le acompañe como su escudero, prometiéndole grandes recompensas. Protagoniza alocadas aventuras de las que sale vapuleado. Al final, el cura y el barbero de su pueblo engañan al caballero haciéndole creer que está encantado y lo llevan de vuelta a casa encerrado en una jaula, ante las burlas de sus vecinos.

Segunda parte

Tercera salida (capítulos 1-74). Los protagonistas retoman sus aventuras y se encaminan hacia El Toboso, donde vive Dulcinea. Se narran diversas aventuras. En Aragón, unos duques se burlan del amo (aventura de Clavileño) y del criado. En Barcelona, don Quijote es derrotado por el Caballero de la Blanca Luna (en realidad, su paisano el bachiller Sansón Carrasco) y debe regresar a su pueblo, donde recupera la cordura y muere rodeado de su familia y amigos.

Los personajes

  • Don Quijote es un viejo hidalgo que ha enloquecido por leer libros de caballerías, de ahí que interprete la realidad según el mundo caballeresco. Es idealista, y actúa movido por las injusticias, el bien y el amor a su dama. La locura de don Quijote estriba en considerar que los caballeros y los héroes son reales y en el intento de resucitar su sistema de valores. Es un personaje complejo en el que conviven los disparates con la lucidez. Fuera del universo caballeresco, se presenta como un «loco cuerdo» que da magníficas muestras de sensatez, bondad, tolerancia y nobleza de carácter.
  • Sancho es un simple labrador vecino de don Quijote que decide acompañarlo. Un hombre de bien, práctico y materialista, que derrocha sabiduría popular y se mueve en función de sus intereses personales. A diferencia de don Quijote, Sancho percibe la realidad como es. Adquiere mayor relevancia y complejidad en la segunda parte de la obra.

Ambos representan las dos caras del alma humana: el idealismo y el realismo.

Temas

  • El amor. El amor que el caballero profesa a Dulcinea sigue las convenciones del amor cortés: don Quijote se confiesa siervo y vasallo de la dama a la que invoca y pide protección antes de cada aventura... Asimismo, el tema amoroso se encuentra diseminado en las historias pastoriles, en las sentimentales, en las moriscas...
  • La justicia y la libertad. El ideal de justicia que mueve a don Quijote es utópico, se sustenta en la fraternidad, en el amor, en la libertad individual. Por eso el personaje rechaza el sistema judicial de la época. La libertad, de la que el propio autor se vio privado, es otro de los asuntos sobre los que se reflexiona en la obra.
  • El idealismo y el realismo. La pareja protagonista representa dos visiones complementarias del mundo que encarnan la complejidad del ser humano. El idealismo de don Quijote (heroísmo, generosidad, justicia, amor, libertad) contrasta con el realismo de Sancho (pragmatismo, materialismo).
  • El retrato de la sociedad. En la novela están presentes todas las clases sociales, oficios y profesiones de la España del Siglo de Oro, así como las costumbres, las tradiciones y las formas de vida. Del mismo modo, se reflejan algunos fenómenos históricos contemporáneos: la expulsión de los moriscos, la amenaza turca en el Mediterráneo, el bandolerismo... Detrás de todo ello se esconde una sutil crítica de las injusticias y los males de la sociedad
  • La literatura. El Quijote alberga teoría, crítica y práctica literaria. En la obra se habla y se discute de literatura.

Técnicas narrativas

Juego de narradores. Cervantes finge que los hechos que narra proceden de la traducción de un manuscrito de un historiador árabe (tópico parodiado de los libros de caballerías). Así, puede ofrecer varios narradores: el historiador Cide Hamete Benengel. Con ello dota de verosimilitud y mayor objetividad a la narración.

Perspectivismo. La multiplicidad de voces narrativas permite múltiples perspectivas y reafirma la libertad creadora del autor. En la obra todo se muestra difuso y ambiguo: el nombre del personaje (Quijada, Quesada, Quejana...), el lugar del que procede («de cuyo nombre no quiero acordarme»). Con este novedoso y original juego de perspectivas Cervantes enriquece la novela.

El diálogo. Los diálogos confieren dinamismo: son fluidos, vivos y entretenidos, contribuyen al humor y la comicidad; delatan la ironía cervantina.

Parodia. La parodia de los libros de caballerías conlleva, por un lado, la presencia de personajes, motivos y códigos del universo caballeresco; y, por otro, delata el gran conocimiento y las lecturas del autor.

Humor e ironía. Como texto humorístico, la obra está plagada de ironías: la conducta de don Quijote, las frases con doble sentido, los equívocos, distorsiones y exageraciones. A diferencia del tono amargo de la picaresca, la ironía cervantina está impregnada de humanidad y comprensión.

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