La Lírica Española tras la Guerra Civil
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La Poesía Española en la Posguerra: Tendencias y Evolución
Durante los primeros años de la posguerra, la literatura española en general y la lírica en particular se caracterizaron por el aislamiento y la ruptura con el pasado, debido a la rígida censura que se estableció nada más finalizar la guerra.
Tendencias Iniciales: Arraigada y Desarraigada
Hubo durante estos años dos tendencias contrapuestas:
Poesía Arraigada
Una “poesía arraigada”, de exaltación nacionalista, ajena a los graves problemas sociales del momento y a la cruel realidad que se estaba viviendo. Estos poetas cultivaron temas tradicionales empleando para ello formas métricas clásicas.
Entre los escritores que cultivaron este tipo de poesía, se encuentran:
- José García Nieto
- Dionisio Ridruejo
- Luis Felipe Vivanco
- Luis Rosales
- Leopoldo Panero
- Además de otros muchos.
Poesía Desarraigada
Una “poesía desarraigada”, existencial, que expresa la angustia y el sufrimiento del hombre en medio de un mundo caótico y cuyas formas métricas fueron más libres.
Entre los autores más representativos de este tipo de poesía se encuentran:
- Eugenio de Nora
- Victoriano Crémer
- Antonio G. de Lama
También los primeros libros de Gabriel Celaya y Blas de Otero se incluyen dentro de esta línea que más tarde desembocará en la poesía social. Blas de Otero resumía por entonces el sentimiento que embargaba a los poetas desarraigados en el poema titulado “La tierra” o “Lo eterno”, de Ángel fieramente humano (1950).
Libros Clave de 1944
Dentro de esta tendencia de poesía “desarraigada” se incluyen dos libros claves publicados en 1944 por dos miembros de la llamada generación del 27:
- Hijos de la ira, de Dámaso Alonso.
- Sombra del paraíso, de Vicente Aleixandre.
El primero de los libros mencionados es una obra profundamente renovadora tanto desde el punto de vista formal como temático y en ella se demuestra que, junto al optimismo que se desprende de la llamada “poesía arraigada”, también hay sitio para expresar la angustia y el dolor.
En el segundo de los libros mencionados el mundo aparece visto como un paraíso del que el hombre ha sido desterrado. En esta obra se ofrece, además, una nueva dimensión a la poesía surrealista que dará sus frutos en generaciones posteriores.
La Poesía Social
En una fecha posterior, se publicaron dos libros de poemas que marcaron un hito en la evolución hacia la poesía social:
- Pido la paz y la palabra, de Blas de Otero.
- Cantos iberos, de Gabriel Celaya.
En este tipo de poesía el escritor antepone las angustias colectivas a las personales y presta su voz a los oprimidos, a los marginados y a todos aquellos que sufren. El poeta, por lo tanto, deja a un lado los problemas personales para centrarse en los problemas colectivos y solidarizarse con las clases más desfavorecidas, a la vez que critica la represión política y las injusticias sociales.
La poesía se transforma así en un arma política con la que se pretende construir un mundo más justo. El destinatario de esta poesía será, por tanto, el hombre de la calle, esa “inmensa mayoría” de la que habló Blas de Otero, lo que propicia la utilización de un lenguaje directo, coloquial o conversacional que, en algunas ocasiones, puede llegar a caer en lo prosaico.