Libertad y Valores: Pilares Fundamentales en la Educación
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La Libertad como Principio Educable
La relación entre libertad y educación constituye un tema crucial en la antropología educativa. No se trata simplemente de educar en libertad, sino de educar la libertad misma. Podemos identificar tres sentidos de libertad:
- Libertad trascendental
- Libre albedrío
- Libertad moral
Partimos de la premisa de que el conocimiento es intencional. Al conocer algo, lo hacemos nuestro de forma real, aunque sea algo lejano y ajeno. Kant niega la posibilidad de conocer la realidad en sí misma.
La Libertad Trascendental
La libertad trascendental dota al ser humano de una realidad que le permite conocer otras realidades. Así, el ser humano crecerá si intenta conocer y querer otras cosas. Esto se debe a que las personas tienen algo que las hace únicas, esa intimidad que nunca llegamos a conocer completamente. Querer las cosas implica que podemos verlas como algo totalmente necesario e imprescindible, pero con el tiempo nos pueden resultar indiferentes. La educación debe tratar temas afectivos, estéticos y evolutivos, que nos hagan más personas, ya que el fin de la educación es mejorar a la persona como tal. Conocer y querer son modos de trascender. Cualquier ganancia cognoscitiva o evolutiva es punto de partida para ganancias futuras. Esto explica la vertiente utópica de la educación: intentar alcanzar la plenitud aun sabiendo que nunca la alcanzaremos. En definitiva, la libertad trascendental se refiere a la libertad en cuanto que el ser humano no queda limitado a lo físico, sino que está abierto gracias a la inteligencia y la voluntad.
El Libre Albedrío
El libre albedrío es la más común de las libertades. La voluntad está muy unida a la libertad debido a la tendencia racional. Pueden surgir problemas al unir libertad y determinación. El ser humano, al ser libre, tiene ante sí muchas posibilidades y deberá determinarse por una. Esta determinación es autodeterminación, ya que el sujeto cuenta con libertad de elección. Diferentes bienes se presentan a la voluntad: honestidad, utilidad y placer. Las limitaciones intrínsecas de esta libertad son que la voluntad solo puede querer el bien o el mal, pero tampoco puede querer el bien absoluto. Donde se consuma el libre albedrío es en el acto de elegir y determinarse. De un modo, cuando se elige algo, se renuncia a otras posibilidades, por lo tanto, es otra limitación intrínseca no poder elegir otras. Otra limitación intrínseca es que el ser humano no ha elegido ser libre. Sartre dice que estamos encadenados a la libertad. Los clásicos hablan de dos libertades: la de ejercicio (hacer o no hacer) y la libertad de especificación (escoger medios para llegar a la realidad).
La Libertad Moral
La libertad moral solo se tiene cuando se adquiere. Estriba en la capacidad de querer bienes cuya consecución precisa de esfuerzos. Querer es la realización de querer la realización de los medios que conducen a ello, es decir, querer conlleva un esfuerzo. Para querer bienes arduos es preciso neutralizar inclinaciones hacia bienes no arduos pero que se nos presentan como fáciles o agradables; ahí es donde entra en juego la libertad. En este punto, Freud y Nietzsche piensan que debe evitarse la represión. La libertad moral está en la decisión de conquistarse a uno mismo, en autodominarse. Dicha libertad estriba en las virtudes morales, virtudes como fuerza para dominar las tentaciones. La libertad no consiste en hacer lo que uno quiere, sino lo que uno debe hacer. Debe tratarse la autonomía y su relación con la libertad para entender la educación como habilitación de la libertad. La conciencia es solo moral si es autónoma. En la educación, al ser autoeducación, el educador ayuda al ejercicio de las libertades del educando y a la habilitación de la libertad humana. La libertad está propuesta a la educación. Los educadores podemos contar con métodos y técnicas, pero el perfil de la educación está propuesto a la inteligencia y a la libertad de los agentes que intervienen.
Educar en Valores: Significado y Relevancia
Para el positivismo, solo existe lo medible. Los valores se refieren al ser. El valor podría ser la importancia o relevancia que pueda tener algo o alguien. En el valor podemos ver una dimensión subjetiva, pero debemos recalcar la dimensión objetiva. El valor es independiente de los hechos y no diferente a nuestras estimaciones. La educación supone abrir nuevas vías de perfeccionamiento, sabiendo que la plenitud no se alcanzará. La axiología fenomenológica afirma que “los valores no son, sino que valen”, mostrando la independencia entre los valores y los hechos. La realidad del valor es un aspecto del bien, y este bien es un aspecto del valor, pudiendo adoptar tres formas:
- Honestidad: como valor de lo que es.
- Utilidad: el valor de lo bueno que es.
- Placer: valor de lo que produce deleite.
No solo es bueno proponerse hacer algo, sino también la acción que me propongo. Que los valores valgan implica que, de alguna manera, son. La tradición axiológica trata el concepto de portador de valores: personas cargadas axiológicamente que portan valores o, en su defecto, contravalores. Scheler sostiene que el único acceso al valor es de modo sentimental. Los valores son interpretados como no cognoscibles, ya que solo cabe responder de forma afectiva. Scheler propone dos características de los valores: polaridad y jerarquía.