El Estado y la Libertad: Perspectivas Filosóficas de Mill, Marx y el Anarquismo

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Límites del Estado y la Libertad Individual

La Necesidad y los Peligros del Poder Estatal

Muchos pensadores han considerado el Estado como necesario, aunque solo sea como un mal menor. Tiene importantes tareas que cumplir. Pero otros pensadores han llamado la atención sobre los peligros del Estado: la tendencia del Estado a aumentar su poder y los abusos que puede cometer, en resumen, la pérdida de libertad de los ciudadanos. Estos peligros han sido denunciados en dictaduras y estados autoritarios, aunque las democracias no están exentas de ellos. La búsqueda del Estado de bienestar puede dar lugar a un Estado benefactor que tutela excesivamente a los ciudadanos. Muchos autores insisten en limitar el poder del Estado para mantener la libertad del ciudadano.

La Visión de John Stuart Mill sobre la Libertad

El filósofo John Stuart Mill fue un individualista que pensó que los individuos tienen sentimientos sociales que les hacen alcanzar la felicidad. Era necesario moderar el individualismo, pero la sociedad tiene que garantizar la libertad del individuo y hacer posible que cada uno pueda desarrollar sus capacidades. Mill defendió la democracia como la mejor forma de gobierno, pero siempre que el gobierno no oprima a las minorías y se mantengan la paz y el orden, evitando perjudicar a otros. Mill defiende que el Estado no debe intervenir en lo que una persona haga con su vida, intereses o salud. No está justificado que el Estado recorte la libertad del individuo y le prohíba aquello que le va a perjudicar. Para Mill, la defensa de la libertad ha de incluir la libertad para equivocarse, mientras que no perjudique a otros. El Estado debe protegernos de los demás, pero no de nosotros mismos.

Cuestionamiento Radical del Estado

El Marxismo: Lucha de Clases y la Desaparición del Estado

Otros pensadores han defendido que para preservar la libertad de los individuos no basta con limitar el poder del Estado, sino que este debe desaparecer. Aquí surgen el Marxismo y el Anarquismo.

Para Karl Marx, la historia humana se caracteriza por la lucha de clases sociales antagónicas y enfrentadas. Esto divide a los hombres entre los propietarios de los medios de producción (tierra, fábricas, minas) y los desposeídos que han de vender su única posesión, que es su fuerza de trabajo, y someterse a la explotación.

Marx ve una sucesión de sistemas clasistas: la sociedad esclavista, feudal y capitalista no son más que diferentes sistemas clasistas en donde unos pocos poseen los medios de producción y explotan a las masas de desposeídos. Para Marx, el Estado no es más que un instrumento al servicio de los explotadores. Marx abogó por la unión del proletariado industrial contra sus opresores burgueses. La clase proletaria se apoderará del Estado para establecer un sistema comunista que acabará con propiedades y privilegios de los capitalistas.

El Anarquismo: Ausencia de Poder y Autonomía Individual

Otro movimiento ha sido el Anarquismo (del griego "sin poder"), que hace referencia a aquella situación que se caracteriza por la ausencia de poder. Se asemeja el anarquismo con el caos y el desorden, aunque el anarquismo no propugna la desaparición de normas y la organización social, sino la abolición del poder y la obediencia a normas y autoridades impuestas. El anarquismo exalta los derechos, la independencia y la libertad, y defiende que el individuo no debe someterse a ninguna autoridad ni poder ajenos. Todo poder es ilegítimo y corrupto, incluso la democracia. En cuanto a los sistemas socialistas y comunistas, fueron rechazados por el anarquismo por considerarlos autoritarios y contrarios a la independencia de los individuos. Destacan pensadores como Pierre-Joseph Proudhon y Mijaíl Bakunin.

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