El Liberalismo en España: Regencias y Transformaciones del Siglo XIX
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El Liberalismo en España: Las Regencias y el Fin del Antiguo Régimen
El levantamiento en armas de los carlistas indujo a la regente María Cristina a buscar el apoyo de los liberales para asegurar el trono para su hija Isabel II. Por ello, sustituyó como primer ministro a Cea Bermúdez por Martínez de la Rosa y, posteriormente, por el Conde de Toreno, viejos liberales "doceañistas" que emprendieron tímidas reformas, del todo insuficientes para los liberales más exaltados o progresistas.
Estos últimos organizaron protestas y juntas revolucionarias por toda España, especialmente destacadas en Andújar y Barcelona, exigiendo a la regente reformas profundas que desembocaran en un verdadero régimen liberal. Ante las presiones, María Cristina nombró primer ministro al progresista Juan Álvarez Mendizábal (1835), cuyas reformas pusieron fin al Antiguo Régimen:
- Emprendió la primera desamortización de bienes eclesiásticos.
- Abolió el diezmo eclesiástico, el régimen señorial y los mayorazgos, convirtiendo a los nobles en simples propietarios de sus tierras (que perdían los derechos feudales sobre los campesinos) y a estos últimos en arrendatarios de los primeros.
- Dispuso medidas para el libre ejercicio de la industria y el comercio.
La Constitución de 1837 y el Ascenso Moderado
Las Cortes, de mayoría progresista, aprobaron la Constitución de 1837, caracterizada por la división de poderes, una amplia declaración de derechos del ciudadano, el papel moderador de la Corona, la aconfesionalidad del Estado y la instauración del sufragio censitario.
En las posteriores elecciones de 1837 vencieron los moderados, emprendiendo con el consentimiento de la regente una labor involucionista que restringió libertades, concedió más poderes a la Corona y devolvió privilegios a la Iglesia. Pero tras cuatro años de esta política, las revueltas de los progresistas por todo el país forzaron a María Cristina a dimitir y a las Cortes a proclamar regente al general progresista Baldomero Espartero (1841-1843), vencedor en la Primera Guerra Carlista.
La Regencia de Espartero y su Caída
De ideología liberal pero de carácter autoritario y actuando a espaldas de las Cortes, el nuevo regente adoptó medidas liberalizadoras que abrieron el mercado español a los tejidos ingleses. Ello provocó la crisis de la industria textil catalana y el levantamiento violento de sus trabajadores. Espartero respondió bombardeando Barcelona, lo que le puso en contra de toda Cataluña y de buena parte de su propio partido.
Aprovechando el descontento popular, los generales Leopoldo O'Donnell y Ramón María Narváez dieron un golpe de Estado en 1843, lo que provocó el exilio de Espartero y la proclamación de la mayoría de edad de Isabel II con tan solo trece años.