La Ley de Ferrocarriles de 1855: Contexto e Impacto en España
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El Ferrocarril en España: La Ley de 1855
Clasificación y Localización de la Fuente
Fragmento de la Ley de Ferrocarriles aprobada por Isabel II el [día] 3 y publicada el [día] 6.
- Fuente: Primaria
- Tipo: Legislativo-político
- Naturaleza: Jurídica
Encuadre espacio-temporal:
- Periodo: Bienio Progresista (1854-1856)
- Siglo: XIX
Autor: Colectivo (Diputados de Cortes)
Destinatario: Colectivo (el pueblo)
Análisis del Contenido
El documento se estructura en dos partes principales:
- Una introducción donde se identifica a los autores (las Cortes).
- Una sección de articulado, de la cual se destacan varios puntos clave:
- Artículos 4 y 6: Establecen quiénes pueden construir las líneas férreas.
- Artículos 8 y 19: Detallan las fuentes de financiación.
- Artículo 20: Especifica los beneficios para los constructores.
- Último artículo (mencionado): Presenta una de las condiciones para la construcción.
Contextualización Histórica
Tenemos delante parte del articulado de la Ley de Ferrocarriles de 1855. En este periodo, Isabel II reinaba, pero el poder efectivo lo ostentaba el General Espartero, líder del Bienio Progresista.
Esta ley supuso cambios significativos para el Estado, los habitantes y la inversión, buscando atraer capital para la construcción de la red ferroviaria. Para comprender su importancia, es necesario analizar sus causas:
Causas Lejanas
Aunque la Revolución Industrial comenzó tempranamente en España, a finales del siglo XIX ya mostraba un notable retraso. Este se debía a varios factores:
- La dependencia de un mercado interno limitado, formado principalmente por campesinos pobres.
- Un elevado índice de analfabetismo que frenaba el desarrollo tecnológico.
- Una red de comunicaciones pésima que impedía la creación de un mercado nacional integrado.
- La escasez de capital nacional, lo que obligó a recurrir a la inversión extranjera.
Causas Próximas
Durante el reinado de Isabel II, el régimen evolucionó, generando descontento generalizado. En 1854, el General O'Donnell, entre los moderados, se pronunció en Vicálvaro (la Vicalvarada), lo que llevó al General Espartero a tomar el poder con el apoyo de O'Donnell, dando inicio al Bienio Progresista.
Durante el gobierno de Espartero (1854-1856) se impulsaron medidas clave:
- La Constitución non nata de 1856, que no llegó a aplicarse por la brevedad del periodo.
- La Desamortización de Madoz (1855), que nacionalizó bienes de propios y municipales.
Los fondos obtenidos de la desamortización, junto con la inversión extranjera, se destinaron a industrializar el país y, fundamentalmente, a construir la red ferroviaria. Hasta ese momento, solo existían las líneas Barcelona-Mataró (1848) y Madrid-Aranjuez (1851).
Para conseguir los recursos necesarios para la construcción, se crearon instituciones financieras como la Sociedad General de Crédito Inmobiliario, la Compañía General de Crédito de España o la Sociedad Española Mercantil e Industrial. Aunque concebidas para estimular el desarrollo industrial en general, estas acabaron centrándose en la construcción de ferrocarriles, dedicando a ello hasta el 40% de sus inversiones.
Trascendencia e Impacto
En mi opinión, la Ley de Ferrocarriles tuvo tanto inconvenientes como ventajas. Entre las ventajas, destaca la posibilidad de atender la creciente demanda de transporte generada por la incipiente industrialización y el impulso que supuso para la industria siderúrgica y las construcciones mecánicas. Fue un gran avance para España al facilitar enormemente la comunicación interior.
Sin embargo, también surgieron desventajas, como la adopción de un ancho de vía más ancho de lo habitual, lo que dificultaba las comunicaciones con el resto de Europa. Además, la construcción requirió una inversión masiva en un momento de necesidad económica para otras áreas.
A pesar de estas desventajas, considero que las ventajas superaron los inconvenientes y que la construcción del ferrocarril fue, en conjunto, un factor positivo para el progreso del país.