Lexicografía y Diccionarios: Fundamentos, Tipologías y Evaluación

Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Otras materias

Escrito el en español con un tamaño de 19,85 KB

Gramática vs. Diccionario

Se tiende a sobrevalorar las gramáticas frente a los diccionarios en la creencia de que las gramáticas reconocen lo general y lo regular, mientras que los diccionarios registran lo idiosincrásico y lo particular. Algunos estudios recientes destacan que la mayoría de las personas que tienen alguna duda prefieren consultar un **diccionario** a una gramática. Por tanto, el **léxico** tiene más importancia con respecto a la gramática de lo que tradicionalmente se ha pensado. Desde el punto de vista documental, el diccionario es un texto con una enorme cantidad de información (etimología, significado, usos, cuestiones gramaticales, sinónimos, derivados, etc.).

Definición de Diccionario y su Evolución

Partiremos con la definición del profesor Haensch, Universidad de Augsburgo: “La **lexicografía** nació y se fue desarrollando en un ámbito precientífico, sin una teoría lingüística coherente que pudiera servirle de base, desarrollando sus métodos y sus técnicas ‘sobre la marcha’. A finales del siglo XX, con la lingüística moderna y la **metalexicografía** como telón de fondo, tenemos que exigirles por fuerza algo más a las obras lexicográficas”. Así, la lexicografía surgió como un arte y se ha ido convirtiendo en una **ciencia aplicada**, que tiene como base los conceptos y métodos de la lingüística científica y además ha desarrollado su propia teoría sobre las obras lexicográficas (lexicografía teórica o metalexicografía).

Los inicios de la lexicografía fueron los **glosarios medievales** en latín y una lengua vernácula, con el objetivo de ayudar a los pocos individuos que tenían acceso a la escritura. La aparición de la **imprenta** logró que los diccionarios alcanzaran un público más amplio. De esta época debemos destacar el *Vocabulario español-latino* de Antonio de Nebrija (siendo la primera obra de este tipo que incluye el español como lengua de partida).

Los diccionarios desde el siglo XVI al siglo XIX se pueden agrupar en varios tipos:

  • Diccionarios de latín
  • Repertorios de vocabulario especializado
  • Diccionarios multilingües
  • Diccionarios monolingües (a destacar: *Tesoro de la Lengua Castellana o Española* de Covarrubias; *Diccionario de Autoridades*, primer diccionario de la RAE que ofrecía documentación del uso de las palabras con citas de autores representativos; y el **DRAE**, publicado por primera vez en un tomo en 1780, hasta la 10ª edición incluía traducción correspondiente del lema al latín).

En el siglo XX, con las investigaciones sobre campos semánticos, surgieron los diccionarios ordenados por conceptos (*Diccionario Ideológico* de J. Casares). Otra innovación de este siglo es la aparición de **diccionarios descriptivos**, que no imponen criterios restrictivos en la selección del léxico (*Diccionario de Uso del Español* de María Moliner o *Diccionario del español actual* de Seco, Andrés y Ramos). En la actualidad se puede hablar de dos lexicografías: una **teórica** (que sistematiza la elaboración de diccionarios) y una **práctica** (que produce los diccionarios).

Conceptos Imprescindibles en Lexicografía

  • Unidad léxica: toda unidad conceptual (bien formada por una palabra, como *piedra*, o por varias, formando locuciones como “en lugar de”, sintagmas nominales como “esquí de fondo”, o expresiones como “en un abrir y cerrar de ojos”). Por tanto, lo que registra un diccionario no son palabras, sino una versión más amplia que puede abarcar más de una palabra. Estas unidades léxicas pluriverbales están fijadas por el uso y su estructura no se puede modificar sin cambiar el sentido.
  • Macroestructura: ordenación del conjunto de materiales que forman el cuerpo del diccionario (generalmente por orden alfabético), así como otras partes (prólogo, instrucciones de uso, introducciones fonéticas y gramaticales, apéndices, etc.).
  • Entradas o artículos: se organiza en pequeñas unidades autónomas que se dedican a cada una de las unidades léxicas registradas. La entrada va encabezada por el **lema** (palabra clave), que es la forma por la que se reconoce la unidad léxica objeto de la descripción. El problema de la **lematización** es una de las cuestiones más debatidas y complejas de la lexicografía. Lematizar consiste en establecer el criterio para establecer cuándo una unidad léxica se convierte en lema de un artículo. Es problemático en casos en los que existen un significante y varios significados. Si entendemos que tienen la misma categoría, podemos agruparlos dentro de la misma entrada con dos acepciones diferentes. **Acepción** se define como cada uno de los sentidos diferentes de una palabra polisémica; por tanto, es equivalente a nuestra definición de unidad léxica.
  • Microestructura: es la ordenación de los elementos informativos que componen la entrada o artículo. Entre la información que podemos encontrar en una entrada está: **lema**; **pronunciación**; **variantes ortográficas**; **información morfológica** (género, plural, irregularidades...); **información sintáctica** (categoría, régimen...); **información semántica** (definición propiamente dicha); **información sobre uso** (marcas dialectales, de especialidad, de estilo, cronológicas...); **locuciones y modismos**; y **ejemplos de uso**.

Tipos y Subtipos de Obras Lexicográficas

Debido a la variedad de términos con que se denominan las obras lexicográficas, es preferible utilizar este nombre genérico que incluye: diccionario, glosarios, vocabularios, etc.

  • Diccionarios generales monolingües y bilingües
  • Diccionarios escolares y diccionarios de español como lengua extranjera
  • Diccionarios dialectales y atlas lingüísticos
  • Diccionarios históricos, etimológicos y cronológicos
  • Diccionarios de dudas gramaticales y conjugación
  • Diccionarios de construcción y régimen, diccionarios de locuciones
  • Diccionarios especializados y terminológicos
  • Diccionarios de sinónimos y antónimos
  • Diccionarios inversos
  • Diccionarios de frecuencia
  • Diccionarios por la imagen
  • Diccionarios de apellidos, nombres de pila, seudónimos, apodos
  • Diccionarios de insultos, de refranes, etc.

Distinciones entre Diccionarios

Las obras lexicográficas se pueden clasificar por dicotomías:

  • Obras enciclopédicas / obras lingüísticas: Tratan de conceptos, cosas, personas, países, etc., cuyo objetivo es la síntesis del conocimiento humano sobre ellos. Pueden estar ordenadas por temas o alfabéticamente y mezclan el contenido enciclopédico con definiciones lingüísticas.
  • Diccionario normativo / diccionario descriptivo: distinción fundamental que refleja dos concepciones sobre la función del lingüista: el experto que fija la norma de lo correcto y lo incorrecto, o el científico que observa la manera de hablar y la registra. El DRAE incorpora cada vez más léxico popular y los llamados diccionarios de uso, por el mero hecho de publicarse, producen cierto efecto normativo. La diferencia esencial es su actitud conservadora o receptiva a los **neologismos**, **vulgarismos** y **extranjerismos**.
  • Diccionario general / diccionario particular de un dominio o “sublengua”: El diccionario general no tiene restricciones de dominio, mientras que los particulares se restringen a un subconjunto del léxico (diccionario de medicina, de navegación, de electrónica, etc.). Un diccionario general extenso debería ofrecer la mayoría de la información que registra un vocabulario parcial.
  • Diccionarios en papel / diccionarios en soporte electrónico: Lo que los diferencia es la forma de acceder a la información, no solo en el aspecto puramente práctico, sino sobre todo en las posibilidades de **búsqueda hipertextual** del texto electrónico y búsqueda por materias.

En conclusión, la tipología es extensa y compleja de definir. Sin embargo, hay ciertos tipos de obras que son más representativas, que suelen ser los **diccionarios generales monolingües descriptivos**.

Problemas y Limitaciones en la Elaboración de Diccionarios

El Prof. Haensch señala que hay tres tipos de limitaciones para la elaboración de diccionarios:

  • El tiempo: Las editoriales presionan para que el diccionario salga lo antes posible, para rentabilizar la inversión y evitar la competencia de proyectos similares.
  • El problema económico: si se invierte más dinero se puede disponer de más y mejores colaboradores.
  • La formación teórica y práctica de los autores y colaboradores: la elaboración de diccionarios exige una sólida formación y suficiente experiencia práctica. Dado que hay muy pocas instituciones que formen lexicógrafos, la mayoría lo hace entrando en grupos editoriales o en universidades, guiados por los lexicógrafos con más experiencia.

Delincuencia Lexicográfica: Abusos en la Edición de Diccionarios

Se trata de una serie de abusos:

  • El anonimato y la copia: si un diccionario no lleva la mención de responsabilidad del autor o director de la obra, puede indicar que la editorial está tratando de ocultar la escasa cualificación de los colaboradores, tratándose de una práctica muy habitual en el ámbito hispánico.
  • Las reimpresiones y las nuevas ediciones: en algunos casos, la simple reimpresión se considera una nueva edición. Otro engaño similar es ocultar el año de publicación inicial; dato importante, ya que el léxico de una lengua evoluciona rápidamente, y una obra anticuada dejará de recoger léxico actual.
  • Cambio de formato: consiste en volver a publicar, con una maquetación y formato diferentes, una obra ya existente.
  • Recuento de entradas: el dato no es fiable porque se dan prácticas muy ambiguas y sospechosas.

En resumen, los males más extendidos de la práctica lexicográfica española son la **falta de originalidad** y la **falta de actualización**.

Criterios Esenciales para Escoger un Buen Diccionario

Para escoger un buen diccionario:

  • ¿Cuánta información contiene un diccionario? Cobertura. Se trata de un criterio puramente cuantitativo y es un dato difícil de obtener, pues en la mayoría de los casos no se menciona. Además, tenemos el problema de la lematización, ya que la lematización por homonimia duplica el número de entradas con formas homógrafas. Ningún diccionario puede presumir de ser completo, dado que el léxico de una lengua, sin ser infinito, es incierto; reflejando lo más dinámico y cambiante de una lengua. Así que, descartado el objetivo de completitud, podemos buscar como meta la **exhaustividad**: conseguir registrar la mayor cantidad de unidades léxicas y acepciones. El mero recuento de entradas no nos proporcionará una cifra fiable de comparación, así que lo pertinente son las acepciones. Aunque esta solución no es del todo satisfactoria, ya que lo que un diccionario recoge como una acepción, otro lo puede separar en dos. Nos queda un obstáculo: ¿cómo acceder a las acepciones de los diccionarios? Muchas editoriales no dan la cifra, empezando por el DRAE, así que debemos esperar que los nuevos diccionarios que se publiquen sí lo hagan.
  • ¿De qué manera se presenta la información? Estructuración. Este criterio, junto con el siguiente, son cualitativos, aunque cuantificables. Encontramos que una organización clara de la información influye directamente sobre la forma de acceder a los datos, lo que redunda en la facilidad de acceso y de relacionar diferentes aspectos. Tenemos que recordar que los diccionarios son documentos que contienen muchísima información en muy poco espacio, así que es esencial que cada clase esté claramente diferenciada del resto. Los primeros diccionarios se caracterizaban por la falta de distinción entre distintos tipos de información. Su estructura constaba de lema y resto, donde se incluía todo de manera caótica. A medida que la lexicografía se ha ido alejando de sus orígenes “artesanos” y se ha ido conformando como una rama de la Lingüística Aplicada con su propia teoría, la necesidad de estructurar la información se ha hecho evidente. Podemos resumir las recomendaciones en estos tres puntos:
    • Distinción de tipos de información en una entrada lexicográfica. Cada clase de diccionario debe establecer cuál es la información básica, la secundaria y la prescindible.
    • Exposición ordenada de la información. Poder encontrar cada tipo de información siempre en el mismo orden facilita el acceso al dato buscado. Es importante establecer el orden de las acepciones siguiendo uno de estos dos criterios: el **cronológico** y el de **frecuencia de uso**.
    • Sistematizar la presentación. La teoría lexicográfica recomienda el uso de **recursos gráficos**: diferentes tipos y estilos de letras, marcas y símbolos, ya que ayudan a identificar rápidamente la información buscada.
  • ¿Cómo es la información ofrecida? Calidad. Todo el mundo se ha sentido frustrado cuando, al consultar una palabra desconocida, nos remiten a otra de la misma familia (*zulaque*) o nos dan un sinónimo desconocido para nosotros (“zuda: véase azud”). La teoría lexicográfica actual ha insistido en las características de una buena definición:
    1. Evitar las definiciones confusas o poco informativas.
    2. Estilo claro donde se establezcan las relaciones entre cosas.
    3. Evitar el empleo de términos difíciles o desconocidos, que obliguen a una nueva búsqueda.
    4. Emplear **vocabulario controlado** en la definición, o no utilizar en la definición una palabra que no tenga una entrada propia en el diccionario.

    Por otra parte, al diccionario actual se le exigen también cuestiones gramaticales y de uso.

Procedimientos de Evaluación de Diccionarios

Para evaluar diccionarios debemos seleccionar una muestra de palabras o expresiones, que luego buscaremos en los diccionarios de prueba. Para la selección de palabras, se sugiere:

  • Escoger palabras muy **polisémicas**, para comprobar la cobertura de acepciones.
  • Escoger palabras **recientes**, para comprobar la actualización.
  • Elegir léxico **especializado**, con variantes dialectales o sociales (jergas).

¿Qué es un Diccionario General?

Se trata de un diccionario que registra un léxico muy heterogéneo que se espera que un usuario “normal” encuentre en el uso escrito y oral de su lengua. Tipo de léxico que compone un diccionario general:

  • Léxico de nivel estándar, no marcado: sin arcaísmos, dialectismos ni tecnicismos. Representa la gran parte de las entradas léxicas de un diccionario general.
  • Léxico de nivel literario y culto: esta sublengua suele estar muy bien representada, pero en términos globales no es más importante que el léxico de nivel estándar.
  • Léxico de lenguaje coloquial y jergal: solo una selección que no refleja la realidad del uso lingüístico. Los diccionarios más descriptivos suelen incluir más entradas léxicas de este tipo.
  • Léxico técnico: una selección, generalmente restringida a términos habituales y no demasiado especializados. La terminología de cada campo es tan abundante y cambiante que no se puede registrar nada más que en diccionarios especializados.
  • Léxico dialectal: selección reducida de variantes geográficas; para el español es especialmente interesante para el registro de **americanismos**.
  • Léxico tabú: el léxico relacionado con los órganos genitales suele ser muy reducido en los diccionarios generales.

Tipos de Diccionarios Generales

  • El diccionario definitorio: lo principal es la **definición semántico-pragmática** de la entrada léxica, se suele incluir información sobre: ortografía, pronunciación, morfología y categoría gramatical, e indicaciones cronológicas (arcaísmo, neologismo), geográficas, sociolingüísticas y de dominio (ejemplo: DRAE).
  • El diccionario de uso: se caracteriza además por estos tres elementos:
    • Ampliación paradigmática: información de la relación de la palabra con otras palabras (sinónimos, antónimos y familia de palabras). Los sinónimos deben aparecer en una sección especial dentro de la microestructura.
    • Ampliación sintagmática: información sobre el uso contextual de la palabra: régimen preposicional, colocaciones, valencias verbales. Esta información aumenta el carácter didáctico del diccionario.
    • Ejemplos: ya sean inventados o tomados de textos reales. Son muy útiles aunque ocupan un espacio considerable, lo que obliga a reducir la cobertura.

El DRAE no cuenta con ninguno de estos elementos, mientras que los “nuevos” diccionarios del español presentan, al menos, dos de estos tres elementos. Por tanto, el **diccionario definitorio** es un diccionario “de recepción” o diccionario “pasivo”: sirve para descifrar enunciados pero ayuda poco a producir nuevas oraciones. Mientras que el **diccionario de uso**, además de “pasivo”, es “activo” ya que proporciona información suficiente para elaborar enunciados.

Ejemplos de Diccionarios Monolingües

El diccionario de la RAE (**DRAE**) no incluye ejemplos de uso, aunque el primer diccionario (el de Autoridades) sí los incluía. La información sintagmática es muy deficiente. La información paradigmática, relacionada con la familia de palabras, no está indicada de una manera separada de la definición. Es indiscutible que el **DRAE** es el punto de referencia de los diccionarios generales del español; las innovaciones que aparecen en otros diccionarios generales se justifican con:

  • Una **actualización de la selección léxica** (neologismos no incluidos en el DRAE, eliminación de arcaísmos).
  • Una **mejora de la microestructura** con la inclusión de los elementos didácticos mencionados.

Dentro de los diccionarios de uso encontramos el de **María Moliner**, que fue el primer diccionario de uso del español. Moliner evitó la definición circular y simplificó para hacerlas más claras. Características: ricos elementos paradigmáticos y sintagmáticos, excelente cobertura y marcado tipográfico de los distintos elementos informativos de la microestructura. Dos críticas a este diccionario:

  • Por su peculiar organización de la macroestructura, ordenada por campos léxicos a partir de una misma raíz o etimología.
  • Por la fuente donde se tomaron los datos para la elaboración del diccionario, ya que Moliner se basó en obras lexicográficas anteriores y en su propia competencia lingüística (no aparecían americanismos, ni neologismos, ni jergas o palabras vulgares).

La mayoría de los otros diccionarios de uso son de corte escolar y didáctico, como el *Diccionario Anaya*, *CLAVE* y *Diccionario del español actual*. Para concluir, destacar que el **desarrollo tecnológico** ha conseguido que los diccionarios se parezcan más entre sí: el DRAE ha dejado de ser un diccionario puramente definitorio, incluyendo ejemplos y su actualización constante se hace pública a través de su portal de internet. El de María Moliner ha modernizado su léxico gracias a la información proporcionada por las bases de datos de la RAE.

Entradas relacionadas: