Lenguaje de Signos y Comunicación Corporal: Guía Completa

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Lenguaje de Signos

La lengua de signos es el lenguaje a través de gestos por el que se comunican las personas con discapacidad auditiva y/o dificultad en el habla. También es usado por personas sin dominio de la lengua oral por la circunstancia que sea, asociada seguramente a una posible discapacidad auditiva. Son lenguas naturales de carácter visual, espacial, gestual y manual en cuya conformación intervienen factores históricos, culturales, lingüísticos y sociales. La lengua de signos consiste en un sistema de gestos y expresiones visuales. Los gestos pueden ser también táctiles, realizados en la palma de la mano, para comunicarse con personas sordociegas. En ese caso se realizan símbolos y signos en la palma de la mano, se llama dactilológico. Los primeros indicios sobre el uso de lengua de signos datan del siglo XVII. La lengua de signos posee una estructura gramatical rica y compleja y un amplio vocabulario que, como cualquier otra lengua, se puede emplear para discutir cualquier tema, ya sea sencillo y concreto o denso y abstracto. Sus palabras no son una representación literal de las que se usan en el lenguaje hablado o escrito. Llega a tal complejidad que existen palabras que no tienen traducción literal en otras lenguas de signos.

Diversidad de Lenguas de Signos

Existen muchas lenguas de signos alrededor del mundo, debido a las apariciones y evoluciones independientes de cada una de ellas. De hecho, algunos países tienen más de una lengua de signos, como es el caso de España (lengua de signos española y lengua de signos catalana), o en países con un mismo idioma, como en Reino Unido e Irlanda. Lo que sí existe es un Sistema de Signos Internacional (SSI), inventado a partir del léxico y reglas de funcionamiento de distintas lenguas de signos, pero su uso se reduce a ocasiones muy concretas como congresos internacionales y no es una lengua sino un sistema artificial. Todas las lenguas de signos existentes se dividen, al igual que las lenguas habladas, en familias. De este modo, por ejemplo, la lengua de signos austriaca es más fácil de comprender para quien conozca la lengua de signos alemana. Al igual que con las lenguas orales, en las lenguas de signos existen dialectos. Dependen de la zona del país en la que se enseñe dicha lengua. No todas las personas sordas dominan la lengua de signos, ya que depende de si han tenido acceso a ella o no, o de si han adquirido la sordera tardíamente y ya dominan la lengua oral con algún sistema de apoyo a la comunicación, etc. En resumen, cada persona presenta unas condiciones y características personales que determinan su comunicación (empleo de lengua de signos u oral, capacidad de leer los labios…). Es difícil saber exactamente cuántas personas hablan la lengua de signos, pues no existen estadísticas fiables, pero se aproxima al 0.1% en cualquier país, sin incluir personas que lo hablen por motivos secundarios, como familiares o profesores.

Beneficios del Aprendizaje

El aprendizaje y uso de la lengua de signos no solo no entorpece el desarrollo de la lengua oral, sino que favorece la comprensión y la expresión del lenguaje oral. Varios autores como Schaeffer (1980), Juárez (1985) o Tamarit (1988) han mostrado cómo la utilización previa o simultánea de una comunicación gestual favorece la aparición o el desarrollo del habla.

Comunicación Corporal

Cabeza

En cuanto a los movimientos que se producen con la cabeza al hablar en público, caben destacar: el movimiento del pelo produce la atención del público al mismo, por lo que es recomendable llevarlo recogido para evitar interrupciones. Si la cabeza está inclinada hacia arriba, puede ser signo de arrogancia, pero si lo está hacia abajo, refleja temor e inseguridad, por lo que es conveniente mantenerla en un ángulo de 90 grados respecto al cuello con una posición natural. Además, para afianzar esta naturalidad, es aconsejable que la cabeza acompañe a la vista, de manera que todo el público se sienta incluido en el discurso.

Cejas

A la hora de comunicarnos tenemos que tener en cuenta no solo la comunicación verbal, sino también la comunicación corporal, ya que es muy importante a la hora de transmitir un mensaje. Las cejas son una parte muy importante en cuanto a la comunicación no verbal, ya que podemos transmitir numerosos mensajes dependiendo de la expresión que realizamos con las cejas.

  • Ira: Bajamos y juntamos las cejas con el entrecejo fruncido.
  • Miedo: Cejas tensas y ojos muy abiertos.
  • Sorpresa: Cejas levantadas y ligeramente arqueadas.
  • Tristeza: Cejas bajas que se juntan por lo general en el centro.

Ojos

La mirada implica la observación de algo o de alguien. Es única en el sentido de que es tanto un canal (receptor) como una señal (emisor). Es decir, indica que estamos atendiendo a los demás. Se utiliza para abrir los canales de comunicación y es importante para manejar los turnos de palabra. Un contacto visual a menudo hace que comience una interacción, donde el que escucha mira normalmente al que habla, cuya mirada puede desviarse la mayor parte del tiempo mientras habla. El emisor se encontrará con la mirada del receptor para averiguar si está atento y también para señalarle su turno de palabra. Mirar al otro indica sentimientos activos de manera amistosa, mientras que desviar la mirada va unido a la timidez. Asimismo, la gente que mira más es vista como más agradable, pero la mirada persistente es vista como dominante. También, dejar de mirar primero se interpreta como señal de sumisión. Hacer contacto visual con otra persona es una señal de implicación, mientras que desviar la mirada significa, a menudo, un deseo de querer evitar el contacto.

Boca

Nuestra manera de usar los labios y de sonreír dicen mucho de lo que internamente pensamos que exponemos constantemente al mundo y nos permite “leer” a otras personas. Por ejemplo, el lenguaje corporal con el que enviamos un mensaje de que encontramos a una persona atractiva es bastante claro y consiste en mordernos el labio inferior. Juntar los labios de manera similar a cuando vas a dar un beso a alguien en la mejilla y moverlos hacia la derecha o la izquierda mientras tomas la decisión. Otro gesto típico es el de cerrar los labios con fuerza uno contra el otro. Como siempre, esto puede indicar más de una cosa: puede ser una señal de tensión o una señal de intentar mantener el control sobre uno mismo. También es un gesto que podemos ver en caso de que la otra persona no esté interesada especialmente en participar en ese tema.

La Gestualización de los Sentimientos

Miedo

Se dice que cuando sentimos miedo, los movimientos de nuestro rostro nos permiten ampliar el campo de visión y mover los ojos más rápido, así como detectar objetos alejados que no apreciaríamos en una situación normal. En la expresión de miedo, los ojos parece que se van a salir de sus cuencas: se reconoce rápidamente al fijarnos en la parte blanca por encima del iris, que aparece al descubierto por el ascenso de los párpados superiores. Lo mismo ocurre cuando algo nos sorprende; la diferencia entre el miedo y la sorpresa es muy fácil de establecer: en el miedo solo suben los párpados superiores, mientras que en la sorpresa ascienden también las cejas. Otro indicador lo encontramos en los labios: cuando sentimos miedo, las comisuras se retraen, los labios se estiran horizontalmente hacia atrás —incluso cuando la boca se abre para gritar—, y el cuello se aprieta con mucha tensión. Es como si nuestra cara se replegase sobre sí misma, huyendo de la situación.

Tristeza

Función: La tristeza nos proporciona la capacidad de reparar pérdidas, superar dificultades y afrontar situaciones difíciles.

Localización en el cuerpo: En el cuerpo sentimos la tristeza en la zona del pecho, como un dolor agudo o pesadez. A veces nos impide respirar correctamente.

Canal de expresión: El más común es el llanto, es la forma de expresión de este sentimiento que más alivia. Cuando una persona está triste se le nota a la hora de expresarse, habla más pausado, más lento, más calmado y tiende a tener un tono resignado y apenado. Las expresiones faciales varían según la persona y su grado de tristeza; los elementos comunes son cejas inclinadas hacia arriba, boca inexpresiva o con las comisuras hundidas hacia abajo, mirada caída y poco contacto visual.

Felicidad

La felicidad se explica como “estado de ánimo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno”. La principal forma de manifestarse es con una sonrisa y un tono de voz más alegre. Sonreír ayuda en la producción de endorfinas, las cuales fomentan esa felicidad. Por eso se dice que sonreír incluso cuando no apetece ayuda a llegar a ese sentimiento. Es común también elevar un poco las cejas durante un breve periodo de tiempo. Todos estos movimientos suelen ir acompañados de otros gestos del resto del cuerpo. En algunos casos, esa felicidad va acompañada por lágrimas y, dependiendo de la persona, puede ser mucho más inexpresiva o una felicidad falsa u oculta.

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