El lenguaje como expresión semántica de la conciencia
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Veamos algunas de las MICROHABILIDADES que se requieren para la COMPRENSIÓN ORAL:
1. Reconocer: Reconocer e identificar fonemas, morfemas y palabras.
2. Seleccionar: Distinguir las palabras relevantes de un discurso de las que no lo
son.
3. Interpretar: Comprender el contenido del discurso, comprender los detalles, las
ideas secundarias, entender las presuposiciones, lo que no se dice
explícitamente, las ambigüedades, dobles sentidos, elipsis. Comprender la
estructura o la organización del discurso, identificar la variante dialectal, y el
registro, captar el tono del discurso, notar las carácterísticas acústicas
4. Anticipar: Saber activar toda la información que tenemos sobre una persona o un
tema. Saber prever el tema, el lenguaje y el estilo del discurso. Saber anticipar lo
que se va a decir a partir de lo que ya se ha dicho.
5. Inferir: Saber inferir datos del emisor (edad, sexo, carácter, actitud, procedencia.
Saber extraer información del contexto comunicativo: situación, papel del
emisor y del receptor, tipo de comunicación. Saber interpretar los códigos no
verbales: mirada, gesticulación, movimientos.
6. Retener: Recordar las palabras frases e ideas durante unos segundos para poder
interpretarlas más adelante. Con el discurso acabado, los datos más generales
quedan almacenados en la memoria a largo plazo. Utilizar los distintos tipos de
memoria (visual, auditiva,…) para retener información.
LOS OBJETIVOS GENERALES de la enseñanza de la comunicación oral deben ser:
Ser capaz de usar la lengua para comunicarse con cualquier individuo que
pertenezca a la comunidad que habla esa lengua, independientemente de la
regíón y del medio social en que viva.
Educar la capacidad del alumno para codificar de manera clara y adecuada el
pensamiento en lenguaje. Es decir, aprender a pensar; dada la vinculación entre
lenguaje y pensamiento, hablar bien significa pensar mejor.
Vencer la timidez y la inhibición.
Aprender a dialogar y a convivir.
Participar responsablemente en la vida democrática a través de la palabra
compartida.
Otro de los objetivos básicos de esta didáctica deberá perseguir que los alumnos
aprendan a detectar el tipo de relación que se establece entre la parte del mensaje
codificada oralmente y el componente no verbal. La psicolingüística afirma que
en una conversación normal el significado social de los códigos no verbales
suele transmitir un 60% o un 70% de la información, mientras que los códigos
verbales transmiten sólo un 40& o un 30% de la información. La comunicación
oral utiliza muchos códigos no verbales:
La kinésica o quinésica estudia el significado expresivo, apelativo o comunicativo de
los movimientos corporales y de los gestos aprendidos no orales de la precepción visual,
auditiva o táctil.
La proxemia se refiere al empleo y a la percepción que el ser humano hace de su
espacio físico.
Abundan también los elementos paralingüísticos: elementos vocales, aunque no
lingüísticos, en la frontera entre el gesto y la palabra. La intensidad y el timbre de voz
pueden indicar el sexo, la edad, estados físicos como la afonía, o estados anímicos,
como el nerviosismo, la relajación, etc. La calidad de la voz se puede modular para
conseguir determinados efectos o para manifestar determinadas intenciones.
MICROHABILIDADES DEL APRENDIZAJE DE LA EXPRESIÓN ORAL:
1. COHERENCIA:
Lógica del discurso: el alumno construye discursos congruentes que responden a los
principios lógicos del pensamiento. Selecciona la información relevante y la expone con
fundamento y originalidad; asocia ideas; usa ejemplos y datos; establece coordenadas
espaciales y temporales en su discurso; y propone enfoques, situaciones o desenlaces
imaginativos y originales.
Construcción del discurso: El alumno demuestra poseer el conocimiento implícito de la
realidad que todo hablante tiene; organiza la información con arreglo al tipo de texto
(narración, argumentación,…); evita mencionar lo que se supone ya sabido, introduce
información nueva de forma ordenada, sin mezclar temas y sin perder la unidad, al
tiempo que sintetiza lo ya dicho para garantizar la comprensión.
2. CORRECCIÓN:
Gramatical: El alumno utiliza correctamente las categorías gramaticales, no comete
errores de concordancia, procura no dejar frases incompletas, construye estructuras
sintácticas correctas y variadas.
Léxico-semántica: El alumno evita el abuso de clichés, frases hechas, vulgarismos, y
muletillas, así como el uso innecesario de extranjerismos. Utiliza un léxico
aceptablemente amplio evitando el vocabulario genérico y poco preciso; sabe usar
circunloquios para cubrir vacíos léxicos y para no repetir palabras. Utiliza y demuestra
que comprende significados metafóricos y subliminales.
Fonético-fonológica: El alumno vocaliza con claridad, regula la intensidad de la voz, así
como la velocidad de su elocución; distribuye adecuadamente pausas y silencios y
enfatiza las palabras e ideas fundamentales por medio de la entonación. La entonación y
las pausas se usan también para aportar expresividad.
3. ADECUACIÓN:
Al objeto del discurso: El alumno mantiene el grado de profundidad y especificidad en
el tratamiento del tema y utiliza sin errores el registro apropiado al contenido del texto.
A la situación: El tema del texto es apropiado para la situación en que se produce la
comunicación. El nivel de formalidad elegido se ajusta tanto a la situación como al tema
y el registro lingüístico seleccionado es el adecuado a los factores anteriores.
Al interlocutor: El tema elegido responde a los intereses del interlocutor o
interlocutores. El nivel de formalidad elegido corresponde al tipo de interlocutor y a la
relación que se mantiene con él, así como a la situación comunicativa. El registro
lingüístico seleccionado se ajusta a la capacidad del receptor.
4. COHESIÓN:
Relaciones semánticas: En el texto aparecen correctamente usadas las relaciones
semánticas más usuales (sinónimos, antónimos, palabras polisémicas) se incluyen
diversos tipos de anáforas (pronombres, elipsis, sinónimos), así como elementos
deícticos para evitar repeticiones y garantizar la comprensión del receptor. Se utilizan
en su justo término otros mecanismos paralingüísticos (gestos, onomatopeyas) precisos
para reforzar el significado del texto.
Uso de conectores: En el texto aparecen relaciones lógicas variadas (temporales,
causales, consecutivas, explicativas…), ajustadas al contenido y al tipo de texto.
5. COOPERACIÓN:
Pertinencia: El alumno procura que sus intervenciones contengan la cantidad justa de
información en relación con las finalidades del intercambio; no incluye divagaciones ni
se desvía arbitrariamente del tema. La información que aporta es verdadera y, cuando
no tiene certeza de ello, lo hace saber.
Claridad: El alumno procura que sus intervenciones sean claras, que la información
quede expuesta de la forma más breve y equilibrada posible –combinando lo general
con lo anecdótico, lo objetivo con lo subjetivo, y de forma ordenada para facilitar la
comprensión del interlocutor.
6. CORTESÍA:
El alumno consigue preservar su papel y su territorio en los intercambios comunicativos
sin amenazar la imagen en el espacio de los demás.
Demuestra conocer las nociones sociales de cortesía y las fórmulas verbales (saludos,
despedidas, tratamientos, apelativos…) y no verbales (actitud corporal, gestos y
miradas); muestra interés por lo que dice el interlocutor manifestando su acuerdo o su
desacuerdo sin brusquedades, y evita prevalecer sobre los demás aplicando
adecuadamente sus convenciones para expresar modestia, tacto, simpatía, etc.
El alumno cuida su postura corporal, muestra una actitud relajada y, al mismo tiempo,
de interés, mirando al interlocutor o interlocutores y acompañando la expresión con
gestos adecuados, sincrónicos y mesurados.
7. ACTITUD:
Ante los contenidos de tipo conceptual: El alumno muestra una actitud de interés muy
buena ante los contenidos conceptuales del área preguntando dudas y participando
activamente en clase.
Ante los contenidos de tipo procedimental: El alumno muestra interés ante los
contenidos procedimentales de área aplicando creatividad y autonomía en la gestión de
su propio proceso de aprendizaje.
LEER… ES COMPRENDER UN TEXTO, ESCRIBIR… ES PRODUCIR UN TEXTO
Lectura: La lectura es una capacidad, técnica, habilidad o destreza que permite al hombre
hacerse con las claves (signos gráficos) o significantes con los que representar la realidad o
significados. La lectura es un medio de comunicación, de conocimiento, comprensión, análisis,
síntesis, aplicación y valoración del entorno donde se inscribe. La lectura es un instrumento de
gran valor para la formación integral del ser humano.
Escritura: La escritura es un medio de expresión, por tanto de comunicación, del lenguaje
gráfico, facilitado por el aprendizaje de una técnica concreta. Es un instrumento indispensable
del trabajo intelectual, por ella se registra, precisa y clarifica el pensamiento y se concreta la
expresión; y lo que es más importante, contribuye a la maduración del pensamiento, por lo
que es útil no sólo a nivel personal, sino además a nivel social.
Componentes de la lectura: Leer con los niños y ayudarles a practicar los
componentes específicos de la lectura puede mejorar considerablemente su capacidad de
Leer
La investigación científica demuestra que existen cinco componentes esenciales de
la lectura que deben enseñarse a los niños para que puedan aprender a leer. Los adultos
pueden ayudarles a los niños a aprender a leer bien practicando con ellos
sistemáticamente estos cinco componentes:
Los cinco componentes esenciales de la lectura:
Conocimiento fonémico—El reconocimiento y el uso de los sonidos individuales para
crear las palabras. Es el conocer y usar sonidos individuales para crear las palabras. Los
niños necesitan que se les enseñe a oír los sonidos en las palabras y que las palabras
están compuestas usando varios sonidos.
Fonética elemental—La comprensión de las relaciones entre las letras escritas y los
sonidos hablados. Es el comprender las relaciones entre las letras escritas y los sonidos
hablados. Los niños necesitan que se les enseñen los sonidos que hacen las letras
impresas individualmente y en grupo. Conocer las relaciones entre las letras y los
sonidos ayuda a los niños a reconocer palabras familiares de manera exacta y
automática, y a "descifrar" nuevas palabras.
Fluidez o soltura en la lectura—El desarrollo de la capacidad de leer un texto con
exactitud y rapidez. Es desarrollar la capacidad de leer un texto con exactitud y rapidez.
Los niños deben aprender a leer las palabras rápida y correctamente para poder entender
lo que se está leyendo. Cuando los niños saben leer con soltura y en silencio, reconocen
las palabras automáticamente. Cuando leen en voz alta los niños que saben leer con
soltura, leen sin hacer el menor esfuerzo y lo hacen con gran expresión.
Desarrollo de vocabulario—El aprendizaje del significado y la pronunciación de las
palabras. Es aprender el significado y la pronunciación de las palabras. Los niños
necesitan formar y ampliar activamente sus conocimientos de las palabras escritas y
habladas, lo que éstas significan y cómo las mismas se usan.
Estrategias de comprensión para la lectura—La adquisición de estrategias para
entender, recordar y comunicar lo que se lee. Es adquirir estrategias para entender,
recordar y comunicar lo que se lee. Los niños necesitan que se les enseñen estrategias de
comprensión, o sea, el método que los buenos lectores utilizan para estar seguros de que
entendieron el texto. Los estudiantes que logran dominar la comprensión de la lectura,
se transforman en lectores aplicados y activos.
Por otra parte, además existen determinados factores que intervienen en el aprendizaje
de la lectura y la escritura, y que son trascendentales para poder comprender el
desarrollo del lenguaje en el niño, que se manifiestan tanto en el medio social donde se
desenvuelve como también dentro del proceso escolar formal. Este último determina si
el aprendizaje del niño es adecuado al nivel escolar en que se encuentra.
Tipos de lectura y sus dificultades
Hay varias clasificaciones de los tipos de lectura. Una primera clasificación distingue: la
lectura en voz alta y la lectura silenciosa.
La lectura en voz alta es un tipo mixto y específico de comunicación muy presente en
la vida cotidiana: leer una noticia del periódico a un grupo de amigos, grabar algún mensaje
escrito, en el trabajo, etc. Por eso mismo es útil realizarla en clase, ya que requiere una
práctica importante de la pronunciación. También es evidente que no puede suplir de ninguna
manera la auténtica expresión oral y la auténtica comprensión lectora. La oralización de
escritos es sólo un recurso más de clase y no la base de la clase.
Existen diversos tipos de lectura en voz alta: Lectura dramatizada, comunicativa y evaluativa
La lectura silenciosa es, sin duda alguna, la que todos practicamos más. Los tipos de lectura
silenciosa vienen determinados por los objetivos de comprensión que el lector se plantee, ya
sean voluntarios o involuntarios, impuestos o elegidos libremente. Los tipos de lectura
silenciosa son: extensiva, intensiva, involuntaria y rápida y superficial.
MODELO DE COMPRENSIÓN LECTORA: Según este modelo interactivo, se alcanza la
comprensión del texto a partir de la interrelación entre lo que el lector lee y lo que ya sabe
sobre el tema. El proceso empieza cuando el lector empieza a plantear sus expectativas sobre
lo que va a leer. Nuestra experiencia de lectura está grabada en la memoria a largo plazo en
esquemas de conocimiento. También antes de empezar a leer, fijamos unos objetivos de
lectura. El ojo explora la línea mediante fijaciones sucesivas que abarcan unas cuantas palabras
y que tendemos a concentrar en las unidades superiores. La información que obtenemos nos
permite confirmar o rectificar las hipótesis previas de significado. He aquí la esencia de la
comprensión. La memoria a corto plazo permite recordar algún dato durante unos segundos.
Si nos falla la MCP, hay que volver atrás, y así sucesivamente.