El Legado de la Segunda Guerra Mundial y la Era Bipolar: Orígenes de la Guerra Fría

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Este documento explora la configuración del orden mundial tras la Segunda Guerra Mundial, centrándose en la emergencia de la Guerra Fría como un periodo de profunda bipolarización y tensión geopolítica.

1. Definición y Periodización de la Guerra Fría

El periodo de la Guerra Fría (1945-1991) no fue homogéneo; en él se dio la bipolarización, voluntaria u obligada, en torno a las dos grandes superpotencias surgidas de la Segunda Guerra Mundial: Estados Unidos (EE. UU.) y la Unión Soviética (URSS). Estas dos potencias, con sus respectivos bloques, mantuvieron durante todo el periodo una rivalidad explícita en la que se definían mutuamente como enemigos y con sistemas mutuamente excluyentes. Esta rivalidad se asentaba sobre la premisa de que el capitalismo y el comunismo no podían coexistir a medio o largo plazo. Por lo tanto, existía la amenaza de una guerra abierta, un horizonte contemplado durante todo el periodo y evitado solo por la disuasión mutua.

El resultado de la puesta en práctica de esta premisa fue el establecimiento de relaciones bipolares que buscaban incluir a países de todo el mundo en el área de influencia de una u otra potencia. A medida que avanzaba el periodo, esto se convirtió más en una retórica que en una realidad. La retórica fue muy importante: desde el principio, ambas potencias buscaron por todos los medios no enfrentarse y aceptar el reparto del mundo surgido de la Segunda Guerra Mundial. No obstante, esta retórica se plasmó en posiciones muy conservadoras en la política interior de ambos bloques. Además, esta retórica convencional de la Guerra Fría, la idea del peligro inminente de una guerra nuclear, fue un mecanismo extraordinariamente eficaz de control de la población en ambos bloques hasta 1991.

2. Dinámica y Consecuencias de la Segunda Guerra Mundial

La Segunda Guerra Mundial fue un escenario de profunda alteración del equilibrio del poder internacional, con el surgimiento de nuevas potencias (EE. UU., URSS y Japón) en torno a las cuales girarían las que antes eran grandes potencias: Francia y Gran Bretaña. En este escenario, la Segunda Guerra Mundial puede entenderse como la búsqueda de la primacía alemana frente a Inglaterra y la URSS en Europa. Alemania, en la guerra, pretendía el poder hegemónico en Europa y repartirse el mundo con EE. UU. Por eso, la Segunda Guerra Mundial fue la auténtica Guerra Mundial.

La guerra se materializó en una especie de carrera, sobre todo en los últimos meses, entre el Ejército Rojo y el ejército norteamericano por liberar zonas del mundo, lo que significaba un establecimiento moral.

No obstante, la rivalidad interna entre los aliados constituye una historia secreta del conflicto. De hecho, Hitler era consciente de esta tensión entre quienes le hacían la guerra; su gran esperanza fue alargar la guerra para provocar el enfrentamiento entre soviéticos y norteamericanos, lo que, según él, permitiría la victoria alemana. En 1944, Hitler retiró las tropas de los Balcanes porque EE. UU. había invadido Italia y los soviéticos avanzaban sobre los Balcanes. Con ello, Hitler esperaba encontrar y precipitar el enfrentamiento, lo que le permitiese una alianza con EE. UU. contra la URSS y el comunismo. Esto, que hoy nos puede parecer ingenuo, no lo era en absoluto.

Pero este hecho fue evitado debido a que se dieron unos elementos de cohesión que impidieron ese enfrentamiento:

  • El primero de ellos fue el componente ideológico, que era muy importante (repugnancia moral, etc.).
  • A ello hay que unir el temor a que Europa fuera un mercado cerrado.
  • Otro factor de cohesión provino de la URSS, y es que esta necesitaba la ayuda americana para no hundirse económicamente, pues sabía que tenía un enorme esfuerzo de reconstrucción posbélica.
  • Por otra parte, era compatible para EE. UU. ayudar a la URSS y beneficiarse de su propia economía porque en ese momento les interesaba: ayuda técnica, trasvase de capital, etc.

Pero la idea de un enfrentamiento paralelo que salvaría a Alemania no se produjo; sin embargo, la desconfianza entre los aliados fue una constante durante la guerra.

Cuatro fueron los factores de desconfianza mutua que surgieron en el conflicto:

  1. En primer lugar, las resistencias de grupos republicanos a seguir concediendo ayudas a los soviéticos sin contrapartidas políticas a cambio.
  2. En segundo lugar, la desconfianza por el retraso aliado en la apertura del segundo frente.

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