Legado Romano en Hispania: Conquista, Arte y Filosofía Clásica

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Nombres de la Península Ibérica

  • Hesperia o Tierra de Occidente: Se pensaba que el Jardín de las Hespérides se encontraba aquí.
  • Iberia: Nombre dado por los griegos, derivado de las tribus que la habitaban.
  • Hispania: Denominación surgida tras la colonización fenicia de la península.

Romanos y Cartagineses

A mediados del siglo III a.C., los cartagineses ampliaron su presencia peninsular para obtener compensación debido a la pérdida de Sicilia, que supuso su derrota frente a Roma en la Primera Guerra Púnica. También buscaban obtener recursos con los que pagar los tributos que la República Romana les había impuesto. Hacia el 226 a.C., años después de la fundación de Cartago Nova y ante la expansión de los púnicos en la península, Roma promovió la firma del Tratado del Ebro, que hacía del Ebro el límite de la expansión cartaginesa hacia el norte. La concordia entre ambos países duraría poco.

La Segunda Guerra Púnica

Durante este conflicto, las primeras tropas romanas desembarcaron en la península. Lo hicieron en Emporion, desde donde descendieron hasta el Ebro y fundaron, en el primer año de guerra, la ciudad de Tarraco como un asentamiento en la costa. Ahí, Roma se limitaba a causar problemas a los cartagineses en su retaguardia, mientras el conflicto principal se desarrollaba en tierras italianas. Tras algunos reveses en el sur de la península, Roma comenzó a obtener victorias con uno de sus militares más competentes, Publio Cornelio Escipión. Cartago Nova fue tomada y Gades (Cádiz) fue entregada a los romanos en el 206 a.C.

Conquista y Romanización de la Península Ibérica

A comienzos del siglo II a.C., los territorios conquistados por Roma en la Península Ibérica se extendían por la costa oriental y la zona meridional. Antes de retirarse, Publio Cornelio Escipión organizó la fundación de un enclave en Itálica.

Resistencia a la Colonización Romana

Las áreas que fueron colonizadas por fenicios o griegos se mostraron inclinadas a aceptar la presencia romana. Otros territorios del interior no tuvieron contacto con ellos, y la Lusitania y la Celtiberia opusieron gran resistencia a los invasores. A la pérdida de libertad se sumaba el pago de tributos. A mediados del siglo II a.C., el líder lusitano Viriato, símbolo de la resistencia, con tácticas de guerrilla que causaron problemas a las tropas romanas hasta su muerte por traición. Hasta el 133 a.C. no caería Numancia, capital de una tribu celtíbera y foco de resistencia. Solo se tomó después de un prolongado asedio por hambre. Con la conquista de Numancia se consolidó la presencia romana en la meseta y una expedición alcanzó Galicia.

División Provincial de la Península

  • Tarraconensis: Tarraco
  • Baetica: Corduba
  • Lusitania: Emerita Augusta

Aportaciones Culturales Romanas

Poesía

La poesía épica tuvo en Ennio, contemporáneo de Plauto, a su primer representante con su obra Annales, una historia heroica de Roma desde la llegada de Eneas a Italia que enlazaba la tradición griega y romana. Con el final de la República y el comienzo del Imperio, Roma entró en una fase de helenización impulsada por Augusto. El poeta Virgilio compuso la Eneida, obra que narra los viajes de Eneas hacia Italia y su posterior asentamiento en el Lacio tras duros combates. Otro autor fue Horacio, quien inmortalizó un famoso pasaje de sus Epístolas sobre la superioridad de la civilización griega, afirmando que Grecia, a pesar de la derrota, había impuesto modelos artísticos y literarios a Roma. El poeta Ovidio utilizó tradiciones mitológicas para su obra Las Metamorfosis.

Escultura

La influencia griega fue notable en la escultura romana de la época de Augusto. Frente al realismo de las representaciones escultóricas de la República, la idealización de origen helénico se impuso en la representación del cuerpo, recuperando el canon del escultor Policleto y la serenidad en el rostro que recuerda al arte clásico griego.

Arquitectura

En el siglo II d.C., el emperador Adriano representó este espíritu griego que se había apoderado de Roma. Su predilección por Atenas quedó atestiguada por el interés que mostró en embellecer la ciudad con nuevos monumentos y en ampliarla, como la Puerta de Adriano y los restos del templo que mandó construir en honor a Zeus.

El Legado de Roma

Aunque Roma debe mucho al mundo griego, Grecia también debe a Roma, al haber extendido su cultura. La filosofía estoica no hubiera alcanzado tanta difusión si no fuera por Cicerón, Séneca o Marco Aurelio. Aunque el arte romano no fue original porque tomó elementos del arte etrusco (el arco de medio punto, la bóveda, la columna toscana), no se niega que desarrolló un sentido práctico del arte gracias a la construcción y su ingeniería.

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