Legado Psicológico de William James y Robert Woodworth: Conciencia, Emoción y Motivación

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William James y la Corriente de la Conciencia

La corriente de la conciencia es selectiva y, como tal, piensa, «elige». Esto se denomina el arte selectivo de la conciencia, que se ejerce a través de la atención.

Teoría Motora de la Conciencia

A partir de esta premisa, James construye la Teoría Motora de la Conciencia, pues esta constituye la fuerza motriz del organismo. Los estados mentales siempre tienen dos tipos de efectos:

  • El pensamiento de un acto que lleva directamente a su ejecución. Esto se denomina voluntad.
  • Los estados mentales que causan cambios corporales internos, que incluyen respuestas motoras encubiertas, secreciones glandulares y cambios en la tasa cardíaca.

Por lo tanto, James considera al organismo como un ente que transforma estímulos en reacciones a través de la acción de la conciencia.

Teoría de los Instintos

James también elabora una Teoría de los Instintos, la cual define como una facultad innata de actuar, una secuencia de reflejos que se desencadena tras un estímulo específico y que provoca una respuesta adaptativa. Sin embargo, estos instintos no son fijos ni invariables; la experiencia puede modificarlos, dando origen a los hábitos, que son imprescindibles para la adaptación al medio.

La Emoción según James

Una derivación significativa de su teoría motora es su explicación de la emoción, resumida en la célebre frase: «No corremos porque tengamos miedo, sino que tenemos miedo porque corremos». Esta teoría sobre la emoción explica el éxito en prácticas de desensibilización sistemática, donde, a través de la relajación, se anulan los cambios corporales. Al anularse estos cambios, se anula la conciencia de ellos y, por lo tanto, la emoción que desencadena el síntoma, lo que lleva a la desaparición del síntoma.

Transición hacia la Filosofía

Tras este éxito, James comenzó a perder interés en la psicología. A partir de entonces, todos sus trabajos se orientaron hacia la filosofía. Se inclinó por una filosofía funcional, más que por una doctrina, no esperando hallar una verdad fija, sino buscando un método para solucionar problemas. La psicología de la época, tan experimental y científica, le parecía a James que solo podía alcanzar logros insignificantes. Fue entonces cuando se interesó por los fenómenos ocultos de la mente: el espiritismo, la hipnosis, la telepatía, la escritura automática y los médiums. Quizá este cambio en su trayectoria se entienda mejor si consideramos que fue un retorno a intereses siempre presentes en su trabajo, pero que la rigidez de la psicología científica no le había permitido explorar con mayor profundidad.

Robert S. Woodworth y la Psicología Dinámica

Robert S. Woodworth (1869-1962), psicólogo estadounidense, desarrolló su Psicología Dinámica, dedicada al estudio de las actividades conscientes y no totalmente conscientes de los seres vivos. Se centró, sobre todo, en el estudio de las causas de las conductas de los seres vivos, sosteniendo que estas causas se sitúan fundamentalmente en el interior del organismo. Por lo tanto, consideraba fundamental el estudio de la motivación.

El Impulso en la Psicología Dinámica

Para Woodworth, la Psicología debía partir de los hechos objetivos de la conducta —los «estímulos»—, pero no limitarse solo a ellos. Afirmaba que las verdaderas causas de la conducta no residen en el ambiente, sino en el interior del organismo. Woodworth habló del impulso o tendencia a la acción, diferenciándolo de los instintos de James y de los impulsos de McDougall. Aunque distinguía el impulso de la conducta, afirmaba que no podían separarse completamente, ya que, de hecho, la acción misma podía convertirse en su propio impulso o en el de otras conductas.

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