El Legado Poético de Antonio Machado: Del Modernismo a la Reflexión Filosófica
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Biografía y Contexto Histórico de Antonio Machado
Nacido en Sevilla en una familia culta y liberal, Antonio Machado (1875-1939) se trasladó a Madrid, donde estudió en la Institución Libre de Enseñanza. Junto a su hermano, frecuentó los ambientes modernistas de la época. Tras aprobar unas oposiciones a cátedra de francés, obtuvo plaza en el instituto de Soria. Allí conoció a la jovencísima Leonor Izquierdo, con quien se casó. La temprana muerte de Leonor, a causa de una enfermedad, dejó una profunda herida en el poeta. Posteriormente, se trasladó a Baeza y, poco después, a Segovia. Durante la Guerra Civil, tomó partido por la causa republicana. En 1939, ya enfermo, partió al exilio y murió en Colliure (Francia).
Temas Principales en la Obra de Machado
- El tiempo: En sus versos, el poeta dialoga con su tiempo, utilizando símbolos como la mañana, la tarde, el agua o la fuente para representar la temporalidad. Este diálogo nace de un sentimiento de angustia ante el paso del tiempo.
- El sueño: Machado considera el sueño como la única forma de conocimiento verdadero.
- El amor: En su obra, el erotismo es escaso, predominando el recuerdo de la amada.
- Dios: Su peregrinar espiritual fluctuó entre la desesperanza y la esperanza, reflejando una constante búsqueda.
Etapas de la Producción Poética de Antonio Machado
Primera Etapa (hasta 1907): Soledades y el Intimismo Simbolista
Esta etapa está representada por Soledades (1903), obra que se amplió posteriormente en Soledades, Galerías y otros poemas (1907). Predominan la soledad y la melancolía por la fugacidad de la vida. Se caracteriza por un tono intimista, el empleo de símbolos y un constante diálogo del poeta consigo mismo y con el paisaje. La influencia modernista se observa en la versificación, aunque en el libro de 1907 se suprimen algunos rasgos modernistas y se incorporan nuevos símbolos. Los temas principales son el tiempo, la muerte y Dios. Destaca el uso del simbolismo, con motivos recurrentes como la tarde y el agua. La preferencia por versos dodecasílabos y alejandrinos también proviene del simbolismo y del modernismo.
Segunda Etapa (1907-1919): Campos de Castilla y la Preocupación Social
La segunda etapa está marcada por Campos de Castilla (1912). Sus 56 poemas corresponden a un período de graves acontecimientos personales (la muerte de Leonor) y sociales. Se presta mayor atención al paisaje y a los temas político-sociales, con Castilla como símbolo de España. Incluye una serie de elogios a hombres que admiraba (Rubén Darío, Unamuno...), poemas de paisaje ("A orillas del Duero"), evocaciones de Soria o de la esposa muerta ("A un olmo seco"), y otros que expresan preocupaciones existenciales e inquietudes religiosas. Destacan también los Proverbios y cantares, una serie de poemas brevísimos de inspiración popular, que son chispazos líricos o filosóficos, y el extenso romance "La tierra de Alvargonzález".
Tercera Etapa (1919-1939): Nuevas Canciones y la Reflexión Filosófica
La tercera etapa, aún más reflexiva, se inicia con Nuevas Canciones (1924), una obra breve y variada. Predomina la preocupación filosófica y los poemas se inspiran en coplas populares. Lo más característico de este ciclo son los Proverbios y cantares, pensamientos, frecuentemente paradójicos, que parecen encerrar intuiciones profundas. Sus últimas producciones líricas incluyen: Canciones a Guiomar, dedicadas a Pilar Valderrama, De un cancionero apócrifo y Poesías de Guerra, que contiene una elegía a García Lorca.
Estilo y Recursos Literarios
El estilo de Machado se caracteriza por una gran variedad de versos y estrofas. Utiliza una técnica impresionista: mediante un estilo nominal, capta impresiones en las que proyecta emociones, utilizando símbolos para ello. Su antirretoricismo lo llevó a ser parco en el uso de la metáfora. Entre los recursos habituales se encuentran el símil, las interrogaciones retóricas y la personificación. En su etapa modernista, empleó sinestesias e introdujo epítetos para crear un marcado poder de evocación. Su tono es sentencioso, con una gran profundidad en sus reflexiones, un lenguaje sobrio y, en ocasiones, críptico. Creó un clima poético de intimidad, incorporando el paisaje sin dejar de lado lo espiritual.