El Legado de Licurgo: Pilares de la Grandeza Espartana
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La Singularidad de Esparta: Un Modelo de Poder y Disciplina
Reflexionando cierto día sobre el hecho de que, siendo Esparta una de las ciudades menos pobladas, se haya mostrado sin embargo la más poderosa y renombrada en Grecia, no pude menos de preguntarme, admirado, cómo tal cosa pudo suceder. Pero al considerar las costumbres de los espartanos, dejé de asombrarme.
La Visión de Licurgo: Forjando una Sociedad Única
1. El Rol de la Mujer y la Procreación
Licurgo, por el contrario, pensó que para proveerse de ropas bastaba con las esclavas y que para las mujeres libres lo más importante era la procreación de los hijos. Ordenó, pues, en primer lugar, que el sexo femenino ejercitase su cuerpo no menos que el masculino. Y además, promovió combates de ligereza y fuerza entre las mujeres, al igual que entre los hombres, creyendo que de ambos padres fuertes nacen hijos más vigorosos.
2. La Educación y Disciplina de la Juventud
Cuando los niños pasan a la adolescencia, en otras ciudades se les deja descansar de pedagogos y maestros, y ya nadie manda en ellos, sino que se les deja libres. Pero Licurgo también opinó de modo muy distinto sobre esto. Sabiendo que en tal edad surge naturalmente en los jóvenes un desmedido orgullo, que la insolencia prevalece grandemente y que un deseo imperioso de placeres les domina, les impuso en esa edad muchísimos trabajos y se las ingenió para no darles ocio alguno.
3. La Responsabilidad Compartida y el Bien Común
En las demás ciudades, cada cual gobierna sus propias cosas: hijos, criados y hacienda. Pero Licurgo, queriendo disponer que, sin causar daño alguno, los ciudadanos disfrutaran de algún provecho los unos de los otros, ordenó que la educación y disciplina de los hijos fuera una responsabilidad compartida, aplicable tanto a los propios como a los ajenos.
Principios Económicos y Cívicos Espartanos
4. Restricciones Económicas y Dedicación a la Ciudad
En las demás ciudades, evidentemente, todos se enriquecen cuanto pueden: uno trabaja la tierra, otro tiene navíos, otro comercia, otros también viven de sus oficios. Pero en Esparta, Licurgo prohibió a los hombres libres que se dedicaran a ningún tráfico y les impuso que se dedicaran exclusivamente a aquellas obras que procuraran la libertad y el bienestar de la ciudad, considerándolas como su única y verdadera ocupación.
La Estructura de Poder y la Obediencia
5. La Sumisión a los Magistrados
Me baso en el hecho de que, en las demás ciudades, los más influyentes de ningún modo quieren que parezca que temen a los magistrados, sino que consideran esto impropio de un hombre libre. Pero en Esparta, los más poderosos también procuran agradar mucho a los magistrados y se esfuerzan por ser sumisos. Cuando se les llama, acuden corriendo, no andando, considerando que si ellos mismos empiezan por obedecer, inmediatamente seguirán también los demás.
6. El Poder de los Éforos
Porque los Éforos son poderosos para castigar al que quieran y tienen autoridad para proceder en el acto, e incluso para hacer cesar en sus funciones a los magistrados y hasta para expulsarlos y llevarlos a juicio capital. Teniendo tal poder, no toleran (como en las demás ciudades) que los magistrados elegidos gobiernen durante el año a su antojo, sino que, al modo de los tiranos y de los que presiden los juegos gímnicos, si advierten que alguno obra en algo contra las leyes, al momento y sin dilación le castigan.
La Valoración de la Valentía y el Desprecio por la Cobardía
7. Consecuencias de la Valentía y la Cobardía
Aquel, en efecto, procuró de modo bien claro y seguro la felicidad a los valientes y la infelicidad a los cobardes. Pues en las otras ciudades, cuando uno es cobarde, lo único que tiene es la reputación de serlo, pero el cobarde acude al ágora si quiere, lo mismo que el valiente, y se sienta a su lado y con él se ejercita en el gimnasio. Pero en Lacedemonia, cualquiera se avergonzaría de admitir a un cobarde como compañero de mesa o como contrincante en los ejercicios de lucha.