El Legado de Kant: Razón, Ética y Progreso Humano
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Immanuel Kant y la Ilustración
Immanuel Kant, filósofo del siglo XVIII, emerge en el contexto de un nuevo movimiento cultural: la Ilustración o Siglo de las Luces. Kant comparte los ideales de tolerancia, igualdad, libertad y progreso de la humanidad. Su obra ¿Qué es la Ilustración? se convierte en un ideario de este periodo, consolidando a Kant como el filósofo ilustrado por excelencia, gracias a sus conocimientos y aportaciones al movimiento intelectual. En esta época, la física de Newton, basada en la experimentación y el cálculo matemático, se establece como modelo científico riguroso, influyendo en el pensamiento kantiano. En el ámbito filosófico, Kant, educado en el racionalismo pero sensible al empirismo, sintetiza ambas corrientes en su filosofía trascendental, convirtiéndose en el filósofo más importante de la Ilustración europea.
La Crítica de la Razón Pura: Teoría del Conocimiento
El Giro Copernicano y las Fuentes del Conocimiento
En la Crítica de la razón pura, Kant aborda la pregunta: ¿qué puedo conocer? Para ello, realiza un giro copernicano, partiendo del sujeto (yo o conciencia) en lugar del objeto. Kant concluye que todo conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo él procede de ella. Existe un componente a priori, anterior a la experiencia. El conocimiento se fundamenta en dos capacidades del sujeto: sensibilidad y entendimiento. Lo a priori reside en estas capacidades: la sensibilidad contiene a priori el espacio y el tiempo, que no pertenecen a los objetos, sino que son impuestos por el sujeto. El entendimiento, por su parte, elabora juicios.
Tipos de Juicios y la Metafísica
Toda ciencia se compone de juicios que expresan una relación entre sujeto y predicado. Los juicios analíticos no añaden información y son siempre verdaderos. Los juicios sintéticos añaden información, pero pueden no ser verdaderos. Los juicios sintéticos a priori combinan ambas características. Kant considera que la metafísica sintetiza nuestros conocimientos, pero la razón, al investigar más allá de la experiencia, se ocupa del noúmeno (la cosa en sí), lo que puede llevar a errores.
Errores de la Razón y Estructura de la Crítica
En su dimensión metafísica, la razón puede cometer tres tipos de errores: Paralogismos (errores lógicos al traspasar la experiencia), Antinomias (contradicciones de la razón) e Ideales (intentos fallidos de demostrar la existencia de Dios). En la Crítica de la razón pura, Kant analiza las fuentes del conocimiento:
- Sensibilidad: se basa en las formas a priori del espacio y tiempo (estética trascendental) y la información sensorial.
- Entendimiento: utiliza categorías como conceptos a priori (analítica trascendental).
- Ideas metafísicas: analizadas por la dialéctica trascendental, que puede revelar antinomias.
Kant propone que el sujeto construye la realidad (giro copernicano) a través de la mente (idealismo trascendental). Conocemos mediante intuiciones puras (formas a priori de la sensibilidad) y conceptos puros del entendimiento (formas a posteriori o categorías), ambos dentro de nuestra mente.
La Crítica de la Razón Práctica: Ética Formal Kantiana
Kant se centra en la acción moral, buscando su fundamento y finalidad. La libertad es el fundamento de la acción moral, y el deber, su horizonte. Propone una ética deontológica (centrada en el deber) en lugar de teleológica (centrada en el fin). Distingue tres formas de actuar: contra el deber, conforme al deber y por el deber, siendo esta última la única moralmente válida. La acción moral responde a un imperativo:
- Imperativo categórico: incondicional, sin contenido específico, indica lo que debe hacerse siempre (ej. "Obra de tal forma que tus acciones particulares puedan ser formuladas como una ley universal").
- Imperativo hipotético: condicional y particular.
Kant defiende el imperativo categórico, propio de la ética formal, frente al hipotético, de la ética material. La ética formal se caracteriza por obligaciones universales y a priori, y un deber autónomo (principios racionales propios), mientras que la ética material es particular, empírica y heterónoma (sigue órdenes externas). Los postulados de la razón práctica (libertad, inmortalidad del alma, existencia de Dios) son indemostrables pero necesarios para la vida moral. La libertad es esencial para la responsabilidad moral, y la inmortalidad del alma y la existencia de Dios garantizan el progreso hacia la perfección moral.
Filosofía de la Historia y Camino hacia la Paz Perpetua
Kant se pregunta: ¿qué me cabe esperar? Desde el punto de vista individual, la inmortalidad del alma permite aspirar al bien en otra vida. Desde el punto de vista colectivo, se cuestiona el propósito de la existencia humana, el sentido del sufrimiento y la posibilidad de una esperanza futura. La filosofía de la historia de Kant se enmarca en la Ilustración y la Revolución Francesa. Interpreta la Ilustración como la salida del hombre de la minoría de edad (incapacidad de servirse del propio entendimiento) y la Revolución Francesa como un avance en el progreso moral de la humanidad, donde la autoridad política se legitima en la razón, la paz y la libertad. Kant considera la historia como un progreso hacia la perfección del Estado, impulsado por la naturaleza. Esta nos ha dotado de una disposición intermedia entre la enemistad y la amistad. El progreso se da a través de la vida en sociedad, donde la naturaleza nos impulsa a vivir civilizadamente. La guerra, aunque competitiva, puede llevar a alianzas y a un estado de paz. Para Kant, la paz simboliza el progreso de la humanidad y se logra mediante una unión entre estados, donde los ciudadanos disfruten de derechos básicos como la libertad y la justicia.