El Legado de Kant: Contexto Histórico, Pensamiento y Contraste con Nietzsche
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Contexto Filosófico-Cultural de Kant
Kant desarrolló su obra en la segunda mitad del siglo XVIII, una época de bonanza y prosperidad en Europa. El ascenso de la burguesía mejoró considerablemente las condiciones de vida y el desarrollo económico fortaleció la ideología del progreso. En este contexto, se consolidó una nueva forma de racionalidad y nuevas ideologías que coincidían con los ideales de la Ilustración, dando origen al liberalismo.
Como reacción, surgió el despotismo ilustrado, donde las monarquías adoptaban los ideales de la Ilustración. Federico II el Grande de Prusia fue un representante de este despotismo, y Kant elogió sus reformas, aunque su juicio no fue acertado a largo plazo.
En el arte, predominó el clasicismo, reforzando los ideales de simplicidad y orden de la razón. El naturalismo, el interés por la ciencia, la secularización de la razón, la confianza en el progreso y la felicidad eran elementos fundamentales del espíritu de la época. Newton fue admirado por los hombres cultos de Europa, y Kant vio en su obra el mejor sistema de racionalidad matemática y conocimiento experimental, lo que influyó en su concepción de la razón, especialmente en relación con la física newtoniana.
La Ilustración y la Razón Kantiana
La Ilustración, conocida como la época de la luz, se identificó con el siglo de la razón. Kant la consideró la mayoría de edad de la humanidad, la capacidad de servirse del propio entendimiento. El "sapere aude" (atrévete a saber) solo puede entenderse desde esta perspectiva, donde el individuo no debe rechazar una autoridad externa arbitraria, ya que la máxima autoridad reside en la razón. Los ideales de la Ilustración, basados en la confianza en la razón, se impusieron para guiar la vida humana, controlar la moral y dirigir la historia.
Kant: Racionalismo, Empirismo y Ética
La posición filosófica de Kant se sitúa entre el racionalismo y el empirismo. Educado en el racionalismo de Leibniz, fue Hume quien, según sus palabras, lo despertó del sueño dogmático. El tribunal de la razón debía decidir sobre la polémica entre estas corrientes filosóficas y sus formas de entender la razón. Kant supo apreciar las ventajas de cada una, desechando sus puntos débiles y asumiendo sus interpretaciones más valiosas para determinar la estructura y los límites de la razón.
En cuanto a la ética, Kant rechazó el emotivismo moral. A diferencia de Hume, consideró que la razón debía cumplir su papel en dos vertientes: teórica, estableciendo la estructura y límites de la razón, y práctica, indicando cómo funciona la razón en la fundamentación ética. La obra de Rousseau, especialmente El contrato social, influyó significativamente en Kant, como expresó en su epitafio, donde manifestó su admiración por el cielo estrellado y la ley moral dentro de sí mismo.
Kant también renunció a la concepción tradicional de la teología, criticando los abusos de la superstición y el dogmatismo religioso, proponiendo mantener la religión dentro de los límites de la razón. El deísmo se presentó como un rechazo ilustrado a la fe revelada y la tradición teológica, favoreciendo una religión natural basada en la razón.
Kant y Nietzsche: Convergencias y Divergencias Filosóficas
Epistemología
Kant influyó en la epistemología al enfatizar el papel del sujeto en el conocimiento, reconociendo sus límites y demostrando que la metafísica no era posible como ciencia. Nietzsche también priorizó el sujeto en el conocimiento, destacando la sensibilidad como pilar fundamental, pero a diferencia de Kant, se opuso a la objetividad de la ciencia. Nietzsche criticó la ciencia moderna por matematizar la realidad, ignorando lo subjetivo. Para él, el conocimiento más importante reside en la vida, que no es cuantificable. La epistemología de Nietzsche se centra en la interpretación dinámica, considerando al sujeto y al objeto como entes en constante cambio.
Además, Nietzsche criticó el lenguaje por ser subjetivo, argumentando que cualquier expresión científica pierde su pretensión de objetividad al ser expresada lingüísticamente, ya que el hombre subjetiviza cualquier juicio científico a través del lenguaje.
Antropología
En antropología, Kant y Nietzsche difieren en su visión del hombre. Kant considera al hombre como fenómeno, sometido a las leyes de la naturaleza, y como noúmeno, un ser libre capaz de darse leyes propias. Esta dualidad lleva a Kant a afirmar que el hombre se caracteriza por una "insociable sociabilidad", motor del progreso histórico.
Nietzsche, por su parte, sostiene que el hombre es completamente subjetivo y debe pasar por etapas evolutivas (camello, león, niño) para convertirse en superhombre. Rechaza el concepto nouménico de libertad de Kant, afirmando que el hombre está moralmente esclavizado y debe liberarse de la tradición mediante la voluntad de poder.
Ética
La ética de Kant es formal, objetiva y busca la universalidad sin dar lecciones morales específicas. Se basa en el imperativo categórico y el deber, fundamentado en la razón. Nietzsche, aunque coincide con Kant en que la ética tradicional es de contenidos y está influenciada por la religión, critica la moral de esclavos impuesta socialmente. Propone una moral de señores, donde el superhombre determina sus propios valores sin imposiciones externas. Ambas posturas coinciden en que la moral debe ser determinada por el propio sujeto.