El legado de Elise Cowen
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Elise Cowen
Soy una poeta y escritora estadounidense. Formé parte de la generación beat y soy amiga del poeta Allen Ginsberg, una de las figuras principales del movimiento.
Nací en una familia judía de clase media en el barrio neoyorquino de Washington Heights. Escribo poesía desde muy joven, influenciada por la obra de Emily Dickinson, T. S. Eliot y Dylan Thomas. Durante los años cincuenta, mientras asistía a la Barnard College, me hice amiga de Joyce Johnson y tuve una relación amorosa con Alex Greer, mi profesor de filosofía.
Donald Cook, mi profesor de psicología, me presentó a Allen Ginsberg en casa de Alex Greer. Descubrimos que teníamos un conocido mutuo, Carl Solomon, a quien ambos habíamos conocido en un hospital psiquiátrico. Esta anécdota reforzó mi teoría de que éramos almas gemelas. En ese período comenzamos a probar drogas recreativas.
Antes de cumplir un año como pareja de Ginsberg, él me confesó que era homosexual y que se había enamorado del poeta Peter Orlovsky. Sin poder separarme de Ginsberg, y quizá por despecho, comencé una relación con una mujer.
Desde que dejé la universidad Bernard, trabajé como mecanógrafa. Fui despedida de la oficina en medio de un escándalo policial. Más tarde le conté a mi amigo Leo Skir que uno de los oficiales me había golpeado en el estómago y me rompió las gafas. Cuando mi padre se enteró del arresto, dijo: 'Esto va a matar a tu madre'.
Había sido depresiva toda la vida y comencé a ser afectada por problemas psicológicos cada vez más graves. Ingresé en el Hospital Bellevue para recibir tratamiento para hepatitis y psicosis. Contra las órdenes médicas, me di de alta voluntariamente y, bajo el pretexto de ir de vacaciones con mis padres a Miami Beach, regresé al apartamento de mis padres en la avenida Bennett. Allí fue donde me suicidé, saltando por la ventana de la sala, cerrada con llave, cayendo siete pisos hasta el suelo, el 27 de septiembre de 1962.
Después de mi muerte, la mayor parte de mis cuadernos fueron quemados por una familia vecina de mis padres, incómodos por mis opiniones sobre mis experiencias lésbicas y el uso de drogas en los poemas. Sin embargo, Leo Skir, mi amigo cercano, tenía 83 poemas en su poder en el momento de mi muerte y se encargó de publicarlos, afirmando que poseía los derechos de autor en varias revistas literarias.
City Lights Journal ('Diario de las Luces de la Ciudad'),
El Corno Emplumado
A Magazine of the Arts ('Revista de las Artes').