El Legado de Descartes: Vigencia en Ciencia y Sociedad
Enviado por Pedro MAnuel Quintana Morente y clasificado en Filosofía y ética
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A continuación se muestra la actualidad de algunos temas abordados en los fragmentos del Discurso con la intención de que a partir de ellos introduzcas otros.
Matematización y Desarrollo Científico-Técnico
El Discurso propone un método y un criterio de verdad que son herederos de las matemáticas. La matematización es una característica que desde entonces ha impregnado casi todos los ámbitos de la ciencia occidental. Lo real es lo matematizable. El conocimiento de las cosas se consigue cuantificándolas, es decir, reduciendo y hallando luego las relaciones. Los descubrimientos en las ciencias y sus aplicaciones técnicas han hecho que la fe en la religión haya sido sustituida por la fe en la ciencia. Descartes creía haber puesto las bases ciertas para abordar ese desarrollo científico en el que él mismo participó.
El desarrollo de las ciencias sociales y humanas también es consecuencia de la nueva visión del ser humano que vino con el cartesianismo. No han podido sustraerse a la matematización. Pero el modelo, lo que se considera “científico”, sigue siendo, se admita o no, lo matemático.
La informática es la última expresión de la actualidad del proyecto cartesiano.
Autonomía de la Razón Respecto de la Fe
La matematización no propiciaría el desarrollo científico sin la ayuda de la autonomía de la razón. Descartes se convierte en una referencia básica del proceso de laicización. Una vez que la razón se ha separado de la fe, la ciencia podrá descubrir leyes sin que tengan que ser testadas por ninguna autoridad distinta de la experiencia. Desarrollo científico y laicización son procesos paralelos. La fe sigue presionando para mantenerse como criterio de verdad.
Modernidad, Individualismo y Derechos Humanos
La separación razón-fe, además del desarrollo y matematización de las ciencias, ha contribuido a la aparición de posiciones ateas y agnósticas. El pensador francés no es ni una cosa ni otra, y estas ideas no estaban presentes en su proyecto. La razón, según Descartes, llega a la certeza de Dios.
Pero la modernidad ha perdido el optimismo racionalista: el racionalismo optimista ha desembocado en un racionalismo agnóstico.
La segunda parte del Discurso deja claro que es el sujeto “pensante” quien se impone como criterio de verdad. Pocas afirmaciones tan contundentes y con tantas consecuencias se han hecho en la historia del pensamiento. Descartes no defiende un subjetivismo relativista, sino racionalista. La razón es la misma en todos los hombres. Ahí se encuentran las raíces del individualismo del que tanto se critica a la sociedad.