Legado Cultural Español: Esplendor del Siglo de Oro y Reformas Ilustradas
Enviado por Programa Chuletas y clasificado en Arte y Humanidades
Escrito el en español con un tamaño de 4,83 KB
El Legado Cultural Español: Del Esplendor del Siglo de Oro a las Reformas Ilustradas
El Siglo de Oro español, un periodo de inmensa brillantez artística y cultural, paradójicamente coexistió con una profunda crisis política, económica y social en España. La ideología de la época concedía una gran importancia a la religión, marcada por la Contrarreforma. No vivir esta religiosidad estrictamente podía significar la persecución por herejía. La honra y el honor eran aspectos centrales que preocupaban a la sociedad; para mantenerlos, era imperativo ajustarse a las estrictas normas morales. Los trabajos manuales, considerados deshonrosos, inhabilitaban para la obtención de la hidalguía.
El Arte en el Siglo de Oro: Reflejo de la Contrarreforma
En el campo del arte, este siglo fue un momento de esplendor. La Iglesia Católica, inspiradora del arte de la Contrarreforma, desempeñó un papel fundamental en las manifestaciones artísticas. Las órdenes religiosas se convirtieron en los principales mecenas de la arquitectura, la escultura y la pintura, decorando los templos con imágenes devotas, patéticas y de un realismo impactante.
Arquitectura Barroca Española
La arquitectura barroca de este periodo muestra una pervivencia de edificios austeros, de estilo herreriano, que con el paso del tiempo se fueron complicando hacia finales de siglo. Los elementos decorativos comenzaron a recubrirlo todo. Los materiales empleados eran a menudo modestos (ladrillo, tapial y yeso), que solían estar recubiertos para simular materiales más nobles. Se concedió gran importancia a las fachadas y a las portadas, y como soportes se generalizaron la columna salomónica y el estípite.
Escultura Religiosa del Barroco
La escultura fue predominantemente religiosa, manifestándose en imágenes, retablos, coros y los icónicos pasos procesionales de Semana Santa. Estas obras se caracterizan por su extremo realismo y expresividad, buscando conmover y dirigirse directamente a los sentidos del espectador. Como material principal, se empleó la madera, a menudo policromada.
Características de la Pintura del Siglo de Oro
Las características de la pintura de este periodo incluyen:
- El realismo y la expresividad.
- El predominio de la pincelada y el color sobre el dibujo y la línea.
- El tenebrismo, con fuertes contrastes de luz y sombra.
- La perspectiva aérea.
- El predominio de temas religiosos, naturalezas muertas y el retrato.
Entre los pintores más destacados se encuentran Ribera, Ribalta, Zurbarán y Murillo. Sin embargo, sin duda, el pintor quizás más importante de toda la historia de la pintura española sea Diego Velázquez.
El Despotismo Ilustrado: Carlos III y las Reformas del Siglo XVIII
Durante el siglo XVIII, los monarcas europeos, influenciados por las ideas de la Ilustración, llevaron a cabo una serie de reformas destinadas a mejorar el bienestar y la felicidad de sus súbditos, un bienestar esencialmente material. Esta política, conocida como Despotismo Ilustrado, encontró su base ideológica en la Ilustración francesa, que defendía el uso de la razón y el conocimiento para transformar la sociedad e iniciar una etapa de progreso ilimitado hacia un mundo más justo y racional.
Objetivos y Limitaciones del Reformismo Ilustrado
Los objetivos principales de estas reformas fueron:
- Desarrollar la economía.
- Hacer más eficaz el gobierno.
- Racionalizar la administración.
- Fomentar la cultura.
- Extender la educación.
- Difundir nuevas ideas y conocimientos.
A pesar de sus ambiciosos propósitos, las reformas ilustradas tuvieron un alcance muy limitado, ya que los ilustrados no pretendieron alterar las bases sociales del Antiguo Régimen. Este reformismo comenzó a desaparecer a finales del siglo XVIII, cuando surgieron ideas que cuestionaban profundamente el Antiguo Régimen y demandaban cambios revolucionarios.
Carlos III: El Monarca Ilustrado de España
En España, Carlos III es quien mejor personifica el Despotismo Ilustrado. Su impulso reformista se acentuó significativamente tras los motines de 1766 (conocido como el "Motín de Esquilache"), que habían sido una reacción violenta contra las novedades que el rey intentaba introducir. Para llevar a cabo sus reformas, Carlos III se apoyó en importantes figuras ilustradas como el Conde de Campomanes, el Conde de Floridablanca y el Conde de Aranda.