El Legado de los Baños en la Antigüedad: De Ritos Sagrados a Centros Terapéuticos
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Baños y Religión en la Antigüedad
Desde la antigüedad, los manantiales han sido adorados y considerados como deidades, al igual que el río Nilo. Los griegos, que consideraban el agua como uno de los cuatro elementos de la naturaleza, comenzaron a venerar algunas fuentes como morada de los dioses, atribuyéndoles poderes de curación. El primer dios adorado con este fin fue Asclepio, el rey protector, en el siglo V a.C. Sus templos fueron denominados Asclepiones.
Los manantiales y los Asclepiones eran, en realidad, centros de baño situados cerca de fuentes minerales y termales. Los principales Asclepiones, como los de Epidauro y Cos, estaban alejados del manantial y requerían el transporte del agua mediante tuberías. Corinto y Pérgamo, por su parte, eran una mezcla de santuario y hospital, a los que acudían enfermos que eran atendidos por encargados, mitad sacerdotes, mitad enfermeros, de tres tipos: zacoros, portallaves y piróforos.
Los romanos adoptaron los dioses griegos de las fuentes, sobre todo Mercurio, Hércules y las ninfas. Incluso en la Biblia aparecen baños con curas milagrosas, como los de Naamán. Existen muchos rituales cristianos relacionados con mitos antiguos que perduran hasta nuestros días.
Baños e Higiene a Través de las Civilizaciones
Antiguo Egipto
Heródoto afirmaba que los baños higiénicos estaban relacionados con sacerdotes y reyes.
Grecia
En la cultura griega, existían baños, aunque solamente en las casas ricas.
Roma
En Roma se desarrollaron baños con una finalidad más higiénica y preventiva que terapéutica. Se construyeron acueductos para abastecer de agua a la ciudad. En el año 330 a.C., existían 860 baños y 11 grandes termas. Las termas eran construidas por emperadores y llevaban su nombre. Las de Caracalla, por ejemplo, tenían 124.000 m² y en ellas podían bañarse 3.000 personas a la vez.
Instalaciones de los Baños Romanos
Las instalaciones de los baños tenían las siguientes partes:
- Apodyterium: Espacio decorado con pinturas y relieves donde se desvestían los bañistas.
- Frigidarium: Sala de reposo que contenía un baño frío.
- Tepidarium: Sala con baños tibios para favorecer una sudoración moderada y donde se daban masajes con aceites.
- Calidarium: Donde se tomaban los baños más calientes y que, a su vez, se dividía en:
- Sudatorium: Donde se producía la sudoración más marcada.
- Laconicum: Baño de vapor.
- Labrum: Piscina poco profunda para bañarse.
- Alveus: Baño de piedra con un asiento.
Las mujeres solían ir por la mañana y los hombres por la tarde. De todas estas instalaciones, la más grande era el Tepidarium, lugar de descanso y entretenimiento.
Se seguía el siguiente orden: primero al Apodyterium para desvestirse; después, por el Tepidarium (baño de agua tibia) y el Laconicum (baño más caliente); a continuación, por el Frigidarium, donde se bañaban con agua muy fría para provocar una sana reacción de la sangre (vasoconstricción). Gracias a estos baños, en Roma apenas hubo epidemias. En el año 89 a.C., Hipocausto dotó a las termas de un sistema de calefacción en el suelo.
Baños y Salud: Terapia a lo Largo de la Historia
Ciertos manantiales se han usado con fines terapéuticos, como los de Corinto, Melos o Lesbos.
Imperio Romano
Durante el Imperio Romano, se fundaron balnearios como Ischia o Baiae. Donde más baños se fundaron fue en las Galias y en el norte de África. A estos baños se les llamó balneum o vicus. Los balnearios más importantes fueron Neis y Greoux. También se fundaron baños como Aix-les-Bains, Bourbonne-les-Bains, Amélie-les-Bains y Saint-Amand.
Las aguas sulfurosas y las astringentes, como las de aluminio, se usaban en enfermedades de la piel y en alteraciones gastrointestinales y urinarias.
En los siglos XVII y XVIII, se produjo un declive de la hidroterapia debido a los contagios. A partir del siglo XIX, la balneoterapia volvió a resurgir. En 1818, aparecieron las curas carbogaseosas con fines cardiovasculares y, a finales del siglo XIX, se introdujeron curas con aguas radiactivas.
El balneario es, hoy en día, un centro terapéutico más de cuidado que de curación.