Legado Artístico Papal en Roma: Manierismo y Barroco en Sepulcros y Palacios
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El Arte Papal en Roma: Sepulcros y Palacios
Sepulcro de Sixto V
En el sepulcro de Sixto V, observamos la articulación de la parte superior a base de estípites, un soporte parecido a una pirámide de tronco invertida. Este es un soporte nada armonioso que Miguel Ángel ya utiliza, además de las ménsulas de pecho de paloma, como por ejemplo en el hall de la Biblioteca Laurenciana en Florencia. Las hermas (estípites hermafroditas) dan un efecto decorativo que será otra nota del Manierismo que llegará al Barroco y que se sale del marco arquitectónico. Consiste en colocar en la parte superior del estípite un busto (si es de hombre recibe el nombre de Hermes; si es de mujer, el de herma).
Sepulcro de Pío V
Realizado entre 1566 y 1572, es un sepulcro idéntico en el que también podemos destacar las hermas (que podrían venir de las cariátides) y en el que Miguel Ángel se está atreviendo con formas innovadoras. La figura de Pío V está sedente. El antecedente de esa posición (sentado y bendiciendo, postura que se repite con mucha frecuencia pues representa una de las principales funciones papales) podría ser la figura de Julio II.
(Referencia visual: Sepulcro de Julio II)
La Capilla Sixtina de Santa María la Mayor
En la Capilla Sixtina de Santa María la Mayor, la cúpula, que tiene un cerramiento en forma de semicírculo, un casquete de esfera, termina en un óculo por donde entra la luz, cerrado por un templete llamado linterna (elemento que suele representar a Dios Padre y al Espíritu Santo). Para pasar del cuadrado a la cúpula se hace mediante el uso de pechinas o de triángulos curvos, que están generados por cuatro arcos torales que sirven de soporte a esa bóveda.
Los arcos torales se amplían y generan a cada lado unas bóvedas de cañón. La decoración pictórica corre a cargo de Giovanni Guerra y Cesare Nebbia. Se trata de una decoración de panes de oro sobre estuco y pinturas realizadas por amplios talleres bajo la dirección de Guerra y Nebbia.
Los nervios o radios son mucho más anchos en la base y más estrechos conforme nos vamos acercando a la linterna, para dar una mayor sensación de profundidad a la cúpula. La decoración pictórica se trata de una jerarquía de ángeles colocados como si fueran frisos. En las pechinas se representan a los antepasados de Cristo, caracterizados por la monumentalidad de la figura, los escorzos y los colores manieristas. La posición es típicamente manierista, con una proporción muy estilizada propia del canon de Miguel Ángel, y con las figuras en contrapposto, que recuerdan a las representadas en la Capilla Sixtina del Vaticano.
(Nota: Se omite la descripción de la capilla y la cúpula de Paulo V, realizada entre 1605 y 1621 por el arquitecto Flaminio Ponzio.)
El Palacio del Quirinal
Fue, en origen, un palacio papal. El último de aquellos del siglo XVI, terminado en el siglo XVIII, pero manteniendo la estética del original. Ya estaban allí las esculturas de Cástor y Pólux, y se colocó junto a ellas uno de los obeliscos que Sixto V comenzó a colocar, como parte de su gran reforma urbanística, en los puntos clave de la ciudad.
El palacio, aun habiéndose comenzado en el siglo XVI, lo terminará Ferdinando Fuga a la vez que comienza el Palacio de la Consulta en el siglo XVIII. En el centro de la plaza, decorándola y centralizándola, tenemos la Fuente de los Dioscuros, con figuras monumentales que procedían de las Termas de Constantino, y que a su vez eran una copia romana del original griego del siglo IV a.C.
Sixto V continuará esta obra iniciada por su predecesor, a la vez que se encarga de la reforma urbanística de la ciudad de Roma. Paulo V realizará el núcleo del palacio, y, bajo la dirección del arquitecto Flaminio Ponzio y, posteriormente, de Carlo Maderno, continuará la obra iniciada por Sixto V y Domenico Fontana (arquitecto clave en la urbanización del entorno). Hará el núcleo principal del palacio, lo ampliará a unas salas fundamentales, y, aunque la Capilla de la Anunciación ya existía, construyó la Capilla Paulina, al lado de sus habitaciones. Esta parte tendrá una mayor altura de techos, lo que obligó a levantar una parte del edificio.
El Palacio de la Consulta
La planta baja tiene ventanas adinteladas rematadas en la parte superior con un elemento que destaca por su volumen y crea una serie de juegos de luces y sombras. La luz será un elemento fundamental en la decoración.