Karl Marx: Capital, Alienación y la Transformación Material de la Historia
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El Capital: Fundamentos de la Crítica Marxista al Capitalismo
El Capital es la obra más importante de Karl Marx, donde desarrolla los fundamentos de su filosofía y crítica al capitalismo. Marx solo publicó en vida el primer volumen; los otros fueron editados por sus colaboradores a partir de sus notas. Su objetivo es descubrir la ley fundamental que rige la sociedad capitalista, caracterizada por la acumulación de mercancías.
La Mercancía: Unidad Básica del Capitalismo
La mercancía, unidad básica del sistema, tiene dos valores:
- Valor de uso: utilidad concreta.
- Valor de cambio: valor cuantificable e intercambiable.
Esta forma mercantil de las cosas explica fenómenos clave como la alienación, el fetichismo de la mercancía y la explotación. Todas las mercancías se pueden intercambiar porque comparten algo en común: el trabajo humano medio socialmente necesario para producirlas. El dinero es la mercancía universal que expresa ese valor común.
Ciclos de Intercambio y el Origen de la Plusvalía
Marx distingue dos ciclos de intercambio:
- M-D-M’ (Mercancía-Dinero-Mercancía): se vende una mercancía para obtener dinero y con este se compra otra. No hay ganancia, solo cambio cualitativo.
- D-M-D’ (Dinero-Mercancía-Dinero aumentado): se invierte dinero para obtener una mercancía (especialmente la fuerza de trabajo) que, al utilizarse, genera más dinero (D’ > D), dando lugar al beneficio.
La explotación surge porque el trabajador produce más valor del que recibe en forma de salario. Es decir, una parte del valor creado por su trabajo (plusvalía) es apropiado por el capitalista. Este es el fundamento de la acumulación de capital y la desigualdad en el sistema capitalista.
La Concepción Marxista del Ser Humano y la Alienación
Para Marx, el ser humano es un ser social que se realiza a través del trabajo. No tiene una esencia fija, sino que la construye mediante su relación con otros en el proceso de transformación de la naturaleza. A diferencia de los animales, el ser humano trabaja no solo por necesidad, sino para humanizar la naturaleza, expresando así su creatividad y alcanzando su libertad. El trabajo, por tanto, no es solo un medio de subsistencia, sino la base de la realización humana.
No obstante, en el capitalismo, el trabajador no es dueño ni de su trabajo, ni de los medios de producción, ni del producto de su trabajo. Esto provoca la alienación: el trabajador se siente extraño a su propia actividad, infeliz y despojado de su humanidad. La alienación aparece en varios niveles, siendo el esencial la alienación del trabajo por su vinculación económico-social:
Tipos de Alienación según Marx
- Alienación filosófica: Se manifiesta en sistemas como el Idealismo, que interpretan y justifican el sistema capitalista convirtiéndose en sus cómplices, en lugar de transformarlo. La filosofía de Marx, en contraste, pretende interpretar la realidad para transformarla.
- Alienación religiosa: Para Marx, la religión es el “opio del pueblo”, porque adormece a la clase trabajadora prometiéndole una recompensa en “otra vida”, de la que no hay pruebas. Mientras tanto, justifica el sufrimiento en esta vida para que los obreros no provoquen cambios sociales.
- Alienación político-jurídica: Al mantenerse vigente el derecho a la propiedad, se perpetúan las desigualdades sociales y las luchas de intereses económicos. Por eso, la libertad solo existe para los ricos, que aumentan a la vez su riqueza y su poder, mientras los pobres están cada vez más dominados y se empobrecen. El Estado no es un juez imparcial entre las clases antagónicas, sino que impone normas jurídicas y políticas que apoyan un sistema económico concreto. De este modo, el sistema jurídico y político aliena a los ciudadanos al darles la ilusión de una igualdad ante la ley que resulta falsa, pues la mayoría está desposeída de su libertad.
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Alienación económico-social: Es la más importante y el fundamento del resto de alienaciones. La alienación económica se produce en el trabajo y se manifiesta en cuatro dimensiones:
- Respecto a la naturaleza: Esta deja de ser un patrimonio común sobre el que cualquier ser humano puede disponer para trabajar, y se convierte en la propiedad de otro; en materia prima que se puede comprar y vender, enajenada respecto a su original propiedad común.
- Respecto al trabajo mismo: Este no le pertenece al proletario sino al burgués que le emplea, y que aprovecha la situación de superioridad que esto genera. Además, es un tipo de actividad que no es elegida, libre ni creativa, sino que a menudo consiste en una mecanización del ser humano. El proletario no elige su trabajo y se ve obligado a venderse a sí mismo como trabajo, lo que le hace sentirse extraño, insatisfecho y explotado. Marx afirmará: “Está en lo suyo cuando no trabaja, y cuando trabaja no está en lo suyo”, considerando que la libertad del proletariado queda limitada “a sus funciones animales, en el comer, beber, engendrar, y todo lo más en aquello que toca a la habitación y el atavío, y en cambio en sus funciones humanas se siente como animal.”
- Respecto al producto de su trabajo: Tampoco este le pertenece, sino que es la mercancía, el capital que será vendido para beneficio exclusivo del burgués, dueño de los medios de producción. Esto aumenta aún más el abismo de desigualdad que existe entre la burguesía y el proletariado. El producto final termina esclavizando a su productor, que no ejerce ningún tipo de poder sobre él.
- Respecto a la sociedad: La alienación del trabajo es el origen de las clases sociales. El lugar del trabajo es sinónimo del lugar que se ocupa en la sociedad, lo que determina todas las posibles relaciones sociales. Además, el trabajo propio del capitalismo genera competencia y desigualdad: el otro no es visto como un compañero, como otro ser humano, sino como un rival con el que competir, contra el que luchar. El trabajo capitalista genera egoísmo y destruye toda posibilidad de unas relaciones sociales basadas en la justicia y la igualdad.
La ideología refuerza esta alienación al presentar como naturales situaciones injustas y perpetuar el dominio burgués. El fetichismo de la mercancía consiste en atribuir un poder casi mágico a las cosas (como el dinero), mientras que la reificación (o cosificación) convierte las relaciones humanas en relaciones entre objetos.
La Teoría del Conocimiento de Marx: Materialismo Histórico
La teoría del conocimiento de Marx se construye a partir de tres grandes influencias:
- La filosofía hegeliana: De Hegel, Marx toma la idea de que la historia sigue un desarrollo dialéctico, es decir, se transforma mediante contradicciones internas. Sin embargo, se separa del idealismo hegeliano. Para Hegel, las ideas mueven la historia; para Marx, es la materia, es decir, las condiciones económicas. Rechaza la afirmación hegeliana de que “todo lo real es racional”, porque considera que justificar la realidad tal como es solo sirve para mantener un sistema injusto.
- El socialismo francés (utópico): De este, Marx hereda el deseo de justicia social y la lucha de clases como motor de cambio. No obstante, considera que sus propuestas son ingenuas y sin base científica. Por eso, Marx propone un “socialismo científico”: no basta con imaginar un mundo mejor, hay que analizar las condiciones materiales reales que hacen posible ese cambio.
- La economía política inglesa: Especialmente de autores como Adam Smith o David Ricardo, toma el análisis del valor-trabajo: el valor de un producto depende del trabajo que contiene. Pero critica a estos economistas por justificar el sistema capitalista, presentándolo como natural, sin cuestionar las relaciones de explotación que genera.
Frente a todo esto, Marx desarrolla su propio enfoque: el materialismo histórico. Según él, no son las ideas las que cambian el mundo, sino las condiciones materiales de vida. Las relaciones económicas que los humanos establecen entre sí (quién posee los medios de producción y quién trabaja para sobrevivir) son las que determinan la historia.
Infraestructura y Superestructura
La economía no es una parte más de la sociedad, sino su base fundamental, a la que Marx llama infraestructura. Todo lo demás —la política, el derecho, la religión o el arte— es una superestructura que refleja esa base económica. Así, para entender cualquier época histórica, hay que analizar su modo de producción.
Etapas Históricas y Lucha de Clases
Marx identifica cinco grandes etapas o modos de producción:
- Comunidad primitiva (sin propiedad privada)
- Esclavismo (el esclavo es propiedad del amo)
- Feudalismo (el siervo trabaja para el señor)
- Capitalismo (el obrero vende su fuerza de trabajo al burgués)
- Socialismo (la propiedad es colectiva)
La historia avanza a través de la lucha de clases, es decir, el enfrentamiento entre grupos con intereses económicos opuestos. Esta lucha es el verdadero motor del cambio histórico.
En resumen, para Marx, el conocimiento debe servir para transformar la realidad. Entender el mundo desde un punto de vista materialista es el primer paso para acabar con la explotación y construir una sociedad más justa.