La Justicia: ¿Innata o Construida? Perspectivas Filosóficas y Evidencia Empírica
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El Derecho: ¿Creación Humana o Principio Universal?
¿La justicia surge espontáneamente? ¿O es fruto de la creación humana? ¿Qué se considera como derecho natural? El derecho natural es independiente de los juicios humanos y preexiste a las convenciones sociales, mientras que el derecho positivo es creado por los hombres. Aunque en la naturaleza ya existe un derecho inherente, como se evidencia en la constitución espontánea de Atenas, los grupos sociales son cambiantes. Por ello, se necesitan definiciones permanentes, lo que lleva a la creación del derecho positivo. Esto hace que el derecho natural resulte ineficaz y trivial en comparación con el derecho positivo.
La Perspectiva Aristotélica: "Lo Justo No Es Natural"
Esta aparente banalidad del derecho natural se manifiesta en la idea de Aristóteles de que “lo justo no es natural”. Podemos decir que Aristóteles reconoce que muchas de las normas que consideramos justas no son intrínsecamente naturales, sino que son resultado de acuerdos sociales que buscan la convivencia y el orden. Estas normas no derivan directamente de la naturaleza humana, sino de la decisión de los legisladores y de la comunidad. Esto no implica que estas leyes sean arbitrarias o carentes de valor, sino que su origen reside en las decisiones humanas y no en la naturaleza misma.
Justicia General y Justicia Particular
Este pensamiento se fundamenta en la distinción entre justicia general y justicia particular:
La justicia general en Aristóteles representa la moralidad y abarca todas las virtudes, siendo conocida como justicia legal o virtud universal. Ejemplos como el de Arístides, considerado "hombre justo" por su valentía y honestidad, ilustran esta idea. Filósofos como Heráclito y Platón ven la justicia como un orden armonioso en la sociedad y el cosmos, convirtiéndola en una virtud social que beneficia al cuerpo social. Sin embargo, la justicia general desborda el ámbito del derecho, ya que abarca toda la moralidad. En contraste, la justicia particular se refiere a la equidad en repartos específicos, donde un individuo es justo al tomar lo que le corresponde. Esta justicia es una parte de la moralidad total y está relacionada con el arte jurídico, cuya finalidad es medir y repartir bienes, no necesariamente perseguir la utilidad o el bienestar.
Principios Universales y Evidencia Empírica
Sin embargo, existen principios morales que parecen ser universales y aplicables a todos los seres humanos, independientemente de las convenciones sociales. Un ejemplo de ello son las similitudes entre Los Diez Mandamientos del judaísmo y otras leyes religiosas o éticas de diversas culturas, que pueden indicar la presencia de un derecho natural común. Otro ejemplo es la propia Teoría del Derecho Natural, desarrollada por pensadores como Tomás de Aquino y que tiene sus raíces en la filosofía del propio Aristóteles.
Aportes de la Biología y la Neurociencia
Además, atendiendo a la biología, una ciencia empírica, podemos hablar sobre el altruismo: comportamientos que parecen ser innatos y no el resultado de acuerdos sociales, y que se manifiestan en hechos observables como los chimpancés compartiendo comida. Por otro lado, la neurociencia moderna ha demostrado, mediante estudios como la resonancia magnética funcional, que ciertas áreas del cerebro se activan cuando las personas piensan en situaciones justas o injustas, lo que sugiere que el sentido de justicia está enraizado en la biología humana.
Conclusión: Matizando la Visión Aristotélica
En conclusión, Aristóteles no se equivoca al afirmar que la gran mayoría de las normas sociales actuales han sido previamente estudiadas y juzgadas por el conjunto de la población. Esto queda reflejado en los conceptos de justicia general y particular, así como en la mutabilidad de la sociedad. Sin embargo, el hecho de que los humanos hayan sido creadores de “lo justo” no implica que otros fundamentos empíricos, como la historia o la ciencia, deban pasar desapercibidos. Por lo tanto, la frase literal de Aristóteles sobre “lo justo no es natural” carece de veracidad absoluta y requiere de una matización.