Juicio y Noúmeno en la Filosofía Kantiana: Conceptos Clave

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Juicio y Noúmeno en la Filosofía Kantiana

Juicio

El término Juicio fue empleado por Immanuel Kant en el siglo XVIII, en plena Ilustración, una corriente ideológica basada en la confianza en la razón, la ciencia y la educación como factores de un progreso capaz de conducir al hombre a la felicidad. Esta palabra había sido empleada por otros autores como Aristóteles o Santo Tomás, pero fue Kant quien, a través de ella, intentó explicar la composición de la ciencia en su teoría del conocimiento. Para Kant, la ciencia se compone de juicios, como: “El Hombre es un ser racional” o “El todo es mayor que las partes”.

Para Kant, existían distintos tipos de juicios:

  • Los analíticos: en los que el predicado está comprendido en el sujeto. Son universales, necesarios, pero no extensivos (no amplían el conocimiento).
  • Los sintéticos: en los que el predicado no está incluido dentro del sujeto; no son universales ni necesarios, pero sí extensivos (amplían el conocimiento).
  • Juicios a priori: que son universales y necesarios, en los cuales la verdad podía ser conocida independientemente de la experiencia.
  • Juicios a posteriori: en los que la verdad era conocida a través de la experiencia.

De esta forma, solo se podían dar juicios científicos si eran sintéticos y a priori, ya que sus características indicaban que estos ampliaban nuestros conocimientos, afectaban a todos los individuos y eran necesarios.

Noúmeno

El término Noúmeno también fue empleado por Immanuel Kant en el siglo XVIII, en plena Ilustración, corriente ideológica basada en la confianza en la razón, la ciencia y la educación como factores de un progreso capaz de conducir al hombre a la felicidad.

También escrito noúmenon, es un término procedente del griego "noumena", que significa etimológicamente "lo pensado, lo inteligible".

Para Kant, el noúmeno es el objeto tal como es independientemente de nuestro modo de conocerlo, al que denomina "la cosa en sí". Kant lo opone al fenómeno, al objeto tal como es para nosotros, es decir, tal como lo conocemos en función de las formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento.

Es decir, para Kant, lo que conocemos no es la realidad objetiva, sino aquello que ha pasado por nuestro filtro, por nuestra sensibilidad: el fenómeno. La realidad externa de la que proviene el fenómeno es denominada por el autor Noúmeno o realidad en sí. Para acceder a ella, el sujeto tendría que salir de sí mismo y comprobar que el objeto o fenómeno que interpreta se corresponde con ella. Como este paso es imposible, el noúmeno se convierte en el límite del conocimiento.

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